Justicia

PNC sigue el rastro a grupo que utiliza a menores y migrantes para robar en semáforos

Limpia parabrisas y migrantes colaboran con delincuentes para identificar objetos de valor en vehículos que esperan en semáforos.

Los semáforos son aprovechados por supuestos limpia parabrisas y vendedores para cometer asaltos o alertar a delincuentes, afirma la PNC. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Los semáforos son aprovechados por supuestos limpia parabrisas y vendedores para cometer asaltos o alertar a delincuentes, afirma la PNC. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Las zonas 1, 5, 10 y 18 capitalinas son los sectores donde se han reportado más robos a automovilistas por supuestos vendedores de golosinas y migrantes de diferentes nacionalidades, dio a conocer la Policía Nacional Civil (PNC).

En esos sectores las autoridades ha registrado casos de automovilistas que fueron víctimas de asaltos en semáforos, después de que vendedores de golosinas o supuestos limpiadores de parabrisas alertaron a delincuentes de los objetos de valor que observaron dentro de los vehículos.

Subir los vidrios del vehículo en un semáforo por temor a ser víctima de un robo es una medida de prevención común en la capital. Sin embargo, las autoridades reconocen que los maleantes adoptan nuevas modalidades para escoger a sus víctimas, lo cual revela un problema que ha sido más notorio en los últimos dos años.

El esquema con el que operan estas bandas es tal, que en las pesquisas se han involucrado los investigadores de la División Especial de Investigación Criminal (Deic), de la PNC.

Cómo operan

Los investigadores policiales indican que los vendedores de golosinas o limpia parabrisas se acercan al automóvil para verificar quién es el conductor, si es mujer y viaja sola, si se trata de personas de la tercera edad y, en especial, si hay objetos de valor.

Añaden que cuando el conductor accede a comprar el producto que le ofrecen o permite que limpien el parabrisas de su automóvil, los vendedores aprovechan para escudriñar qué hay en el interior.

“Mientras uno limpia los vidrios del carro, otro trata de identificar teléfonos o computadoras, y luego con un movimiento de cabeza o de manos alerta a motoristas —del mismo grupo de delincuentes— que están cerca para que se acerquen al automóvil de la víctima”, expone un efectivo de la Deic.

En las redes sociales circula el testimonio de una joven que dice haber sido víctima de esta situación en la zona 18, aunque no especifica el lugar.

Relata que mientras se encontraba en el tráfico de la zona 18, un grupo de menores que venden golosinas rodearon su carro, se ofrecieron para limpiar el parabrisas, pero al parecer en unos instantes se percataron que no llevaba nada de valor, por lo que se alejaron. Sin embargo, uno de ellos, quien portaba un arma de fuego, que aparentaba unos 14 años, asaltó a un conductor que iba unos metros adelante.

Migrantes

La PNC indica que detrás de estos asaltos no solo hay menores, sino también migrantes de distintas nacionalidades que buscan llegar a Estados Unidos, quienes a cambio de dinero o alimentos aceptan recabar información para que se cometan asaltos en buses urbanos y extraurbanos de rutas cortas.

Esta modalidad consiste en que los indocumentados suben a los buses para ofrecer golosinas y aprovechan para observar quién lleva objetos de valor, como celulares de marcas reconocidas. También evalúan la vestimenta de la víctima y toman nota de la fila de asientos en que viaja.

Luego, por medio de un teléfono que les proveen los malhechores, describen a la persona que lleva el objetivo, así como de la matrícula y características de la unidad en que se desplaza, para que los asaltantes la aborden unas calles adelante.

Los investigadores dicen que quienes también se involucran en estos ilícitos son los denominados “atiempadores”, cuya función es medir el tiempo de distancia entre un bus y otro, para que los pilotos estén al tanto. Estas personas, según las autoridades, proporcionan las placas del bus y el número de teléfono de los pilotos a los extorsionistas.

David Boteo, subdirector de Operaciones de la PNC, manifiesta que existen estas modalidades de robo en buses y semáforos, pero detrás de los asaltos puntuales hay bandas con una estructura más compleja que son investigadas, algunos de cuyos integrantes ya fueron detenidos.

“No son niños, sino más bien adolescentes los que hemos identificado. En la zona 5 este año se ha capturado a varias personas que aducen que son limpiadores de parabrisas, pero —se sabe que— cometen asaltos. Este problema lo hemos encontrado más en las zonas 10, 5 y el Centro Histórico”, precisa.

El jefe policial añade que estas bandas, por medio del sistema de internet inálambrico, tratan de identificar qué teléfonos y computadoras hay en los vehículos que esperan en la fila del semáforo. Para ello también envían a los vendedores, con el fin de que identifiquen los vehículos en los que podrían estar estos dipositivos.

“Son bandas grandes y se trabaja con la Deic para detenerlos”, dijo Boteo.

Grabados en cámaras

Muchos de los asaltos a mano armada que se cometen en diferentes puntos capitalinos han quedado grabados en cámaras de seguridad, cuyas imágenes se viralizan en las redes sociales. Las autoridades indican que dichos indicios son clave para identificar cómo operan estos grupos y quiénes son los los responsables, para detenerlos.

Los videos han dado cuenta que las víctimas no son solo automovilistas, sino también transeúntes y motoristas que son baleados a pesar de que entregan sus pertenencias.

Violencia

Estadísticas de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) señalan que en los últimos 12 años más de 2 mil personas han perdido la vida víctimas de asaltos y violencia por extorsiones en el transporte público.

Solo en el 2022 se registraron 28 usuarios fallecidos por heridas de bala.

Édgar Guerra, de la Defensoría del Usuario del Transporte Público, de la PDH, expuso que del 2010 al 2022 perecieron 479 pasajeros, como resultado de ataques directos, balas perdidas o porque se opusieron a ser asaltados.

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