Este 28 de julio sostendrá una reunión con autoridades salvadoreñas en una de las fronteras comunes para analizar la situación y tomar acciones conjuntas para combatir este flagelo que afecta a gran parte de la población en Guatemala.
Barrientos comenta que el tema no es nuevo, que desde que asumió el cargo ha tenido que enfrentar con este problema, que data de 2014, según datos de inteligencia de la Policía Nacional Civil (PNC).
El año pasado, comentó el jefe del Interior, arrestaron a once colombianos vinculados con estas redes de extorsionistas y lavado de dinero. Estos son los delitos que les han imputado, sumado el de usura, relata el funcionario.
En lo que va del este 2023 la PNC ha consignado a 45 “prestamistas colombianos”. El área de operación, según Barrientos, es más visible en municipios de San Marcos, Quetzaltenango, Escuintla, Retalhuleu, Suchitepéquez, Jutiapa, Petén, Chiquimula, Izabal, Jalapa y Guatemala.
Eso sí, agrega, no descarta que otros lugares del país también tengan este problema. “Hemos detectado al menos unas 15 estructuras, integrada muchas veces por más de diez personas, que se dedican a prestar dinero a las personas”, asegura Barrientos.
Barrientos explica que muchos colombianos siguen migrando hacia Estados Unidos y pasan por Guatemala. Algunos de ellos optan por quedarse y se articulan en las redes de prestamistas. Otros, agrega, llegan al país en calidad de turistas, y también se dedican a esta modalidad de préstamos.
“Trabajamos interinstitucionalmente para evitar que las personas lleguen al país para dedicarse a esta tarea ilegal”, expone el jefe del Interior.
Estos grupos, de acuerdo con la información de inteligencia civil, han transformado sus métodos de cobro por medio de redes sociales. A quien no paga lo acosan en perfiles de Facebook, por ejemplo, para que pague los altos intereses que acordaron con quien adquirió la deuda.
Las pesquisas revelan, según el Mingob, que prestan desde Q100 hasta Q100 mil, sin mayor problema. El asunto es que los intereses oscilan entre el 20 y 40 por ciento y se hace casi imposible de pagar porque acuerdan hacerlo diario, semanal, quincenal o mensual.
“Nuestra tarea es desarticular estas redes que causan zozobra en muchos lugares de Guatemala. Prestar dinero de esa forma genera violencia porque las personas no pueden pagar muchas veces”, explica Barrientos.
En conjunto con El Salvador, añade, analizarán la situación para fortalecer las investigaciones y lograr golpear a estas redes de “prestamistas colombianos”.
¿Por qué prestamistas colombianos?
Francisco Rivas, analista en temas de narcotráfico y exministro de Gobernación, explicó que esta actividad ha recibido ese nombre porque se desarrolló en Bogotá, Colombia en 1990.
Desde aquella fecha, dice Rivas, se expandió por las ciudades colombianas más importantes y luego se trasladó a otros países sudamericanos y centroamericanos como Guatemala, El Salvador y Honduras. No es algo nuevo, pero si se ha agudizado la violencia con que cobran las deudas.
Los allanamientos se han realizado en zonas residenciales en donde los extranjeros habían alquilado viviendas de lujo y que se ubican en municipios como San Juan Opico, Quezaltepeque, Nejapa y otras zonas de los departamentos de San Salvador y La Libertad. pic.twitter.com/5Jb0uThAiT
— Fiscalía General de la República El Salvador (@FGR_SV) July 20, 2023
“Por las investigaciones que se desarrollaron en Colombia, las que se hicieron en forma conjunta, y las que se efectuaron en el país, le podría decir que el dinero que prestan es del narcotráfico”, expone Rivas.
“Es dinero que las organizaciones criminales necesitan poner en circulación, porque es muy incómodo tenerlo, que no circule y y no poder depositarlo en instituciones bancarias legales. Entonces idearon esta modalidad de préstamos en pequeñas cantidades, pero a muchos beneficiarios”, agrega.
“Los grupos no usan el sistema bancario y por eso ha costado, tanto en Colombia como en Guatemala, poder imputarles el delito de lavado de dinero”, relata.
“Esta situación les genera ganancias porque son préstamos en pequeñas cantidades, pero con altos intereses y eso, en algunos casos, ahoga a las personas que los prestan porque se les hace imposible pagarlo, y por eso vienen las repercusiones de esos grupos”, argumenta.
“Fueron colombianos los que incursionaron en Guatemala. Se posicionaron en varias áreas y desarrollaron la actividad, especialmente en la economía informal, en mercados, con pequeños comerciantes”, relata.
Estas estructuras del crimen organizado irrumpieron en el país hace por lo menos 10 años, recuerda Rivas. “Antes de esto experimentaron con loterías y rifas en los mismos mercados, pero las autoridades detectaron la operación y cambiaron”.
“Al principio se desconocía mucho sobre esto. Se confundía con extorsionistas. Los propios comerciantes que adquirían los préstamos desconocían el origen y la verdadera identidad de las personas, pero conforme avanzaron las investigaciones se estableció que eran en su mayoría colombianos”, indica.
@mingobguate 🚨🚓 ¡Seguridad fronteriza reforzada! Guatemala toma medidas para evitar el ingreso de prestamistas colombianos al país.
“A estas alturas ya los colombianos son los que dirigen, coordinan y son guatemaltecos los que cobran”, explica.
Los lugares donde operan coinciden con el corredor del narcotráfico en Guatemala, refiere Rivas.
“De seguro el corredor del narcotráfico es aprovechado por ellos, pero la verdad es que ya se han posicionado casi en todo el territorio nacional”, indica.
Rivas considera que para enfrentar este flagelo debe ser en forma coordinada entre la PNC y el MP y otras agencias de investigación criminal no solo de Guatemala sino de Colombia para identificar y desarticular a estas agrupaciones.
Además, en uno de los inmuebles fue aprehendido Anttony Oswaldo Sic Citalán, por adquisición de equipos terminales móviles de dudosa procedencia. pic.twitter.com/7h0QVF7zbS
— MP de Guatemala (@MPguatemala) January 22, 2020