Según análisis del MP, ambas partes coinciden en 90 por ciento los testimonios: “Todos actuaron con el afán de protegerse ante la amenaza que percibieron”.
Integrantes del grupo castrense explicaron que actuaron solos, sin orientación, pues quien estaba a cargo de la tropa y de dirigirlos era el coronel Xiroy.
La decisión fue aparentemente para “alejar” a la turba que amenazaba con retenerlos.
Varios de los sobrevivientes dijeron que manifestaban en forma pacífica, cuando vieron llegar camiones con soldados.
“Iban bien armados con carabinas, cascos blancos y bombas lacrimógenas. Nosotros no teníamos armas, solo teníamos palos y piedras. Quisimos dialogar para defender nuestros derechos”, explicaron.
Investigaciones
El Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) reporta en los resultados de las necropsias que el ataque fue directo, debido a la posición de los balazos.
El hecho ocurrió el 4 de octubre en la cumbre de Alaska, cuando manifestantes, convocados por autoridades indígenas de los 48 cantones de Totonicapán, protestaban por el alto precio de la energía eléctrica, los cambios a la carrera magisterial y las reformas constitucionales.
Una semana después, el Inacif revela que los informes balísticos detallan que al menos ocho de los 12 fusiles que portaba la tropa fueron utilizados durante el enfrentamiento.
No obstante, las fuentes refieren que no han logrado verificar qué balas eran de qué fusil y cuántas personas dispararon.
Búsqueda
Los investigadores también analizan los tipos de heridas que tienen 38 de los manifestantes de la cumbre de Alaska.
“Las balas de los fusiles Galil dejan orificio de entrada y uno de salida, pero se analiza por qué varias de las víctimas parecieran tener esquirlas. El problema está en que este tipo de armas no dejan estas secuelas, pues al momento de entrar en el cuerpo se desintegran”, explicaron.
Según el informe del Inacif, las víctimas fueron lesionadas en partes vitales, como pecho, corazón, caderas y extremidades inferiores, y otras tenían hemorragias o se habían desangrado.
Otro detalle, según las fuentes, es que en el sitio no encontraron casquillos de la escopeta que supuestamente accionó un guardia de seguridad privado, lo que pudo haber iniciado el ataque armado, como se informó.
“El camión quemado fue localizado a una distancia muy larga —unos dos kilómetros del lugar del enfrentamiento—, y que atribuían que un guardia de seguridad había disparado; sin embargo, se tuvo conocimiento de que ese camión no llevaba agente de seguridad”, indican.