La fiscal recibe el Premio Jaime Brunet, dotado con US$40 mil 547 dólares -Q314 mil- y que reconoce su trabajo en favor de “los derechos de la mujer, y contra la violencia de género, y en pro de los derechos de la población indígena” , así como “su lucha contra la corrupción política y económica” .
Thelma Aldana, abogada y notaria con más de treinta años de experiencia en la judicatura, ha centrado también su gestión en desmantelar las redes de corrupción, vinculadas con funcionarios públicos de los tres poderes del Estado, incluyendo al expresidente Otto Pérez Molina.
Guatemala es “un país pequeño donde la pobreza tiene rostro de mujer, donde el 30 % de las mujeres del interior del país tiene desnutrición, donde hay desigualdad, pero donde hemos podido dar un paso importante en la lucha contra la corrupción”, dijo.
Durante su época como magistrada de la Corte Suprema de Justicia entre 2009 y 2014, cuya presidencia ejerció entre 2011 y 2012, impulsó también la creación de una jurisdicción especializada en delitos de feminicidio y otras formas de violencia contra la mujer, y de una justicia especializada en violencia sexual, explotación y trata de personas.
Sobre la violencia machista, reconoció que “ha habido avances, en algunos países más que en otros desde luego” .
“Todos los países, o la mayoría, tienen una cultura patriarcal, y en algunos como Guatemala, desafortunadamente es más profunda. Una cultura patriarcal que menosprecia a la mujer” , añadió Aldana, elegida en mayo de 2014 fiscal general de la República.
“Hay avances, quizá incipientes, pero hace falta todavía mucha voluntad política para avanzar hacia el verdadero reconocimiento y respeto de los derechos humanos de las mujeres” , subrayó.
En cualquier caso, señaló que algunos protocolos firmados demuestran que “hay preocupación en los países de Iberoamérica por enfrentar este fenómeno” .
Junto con la corrupción y la violencia de género, Aldana priorizó también en su carrera la investigación de casos de asesinatos y desapariciones de la guerra civil entre 1960 y 1996, desde su convicción de que hay que “hay que luchar contra la impunidad del presente” pero “también contra la del pasado” .
