También estimaron entonces que el régimen de aislamiento impuesto al ex jefe de la Policía Nacional Civil de Guatemala constituye un “tratamiento inhumano y degradante” y que, en consecuencia, la detención se ha vuelto “arbitraria”.
“El enjuiciamiento español de Vielman no cuestiona la condena y la responsabilidad de Sperisen, en la medida que el rol de ambos era totalmente diferente durante la operación para retomar el control de la prisión de Pavón”, en 2006, donde se perpetraron siete de los diez homicidios atribuidos a Sperisen, explicó Henri Della Casa, portavoz de la fiscalía de Ginebra.
En el Infiernito
Los otros tres fueron asesinatos de fugados de la cárcel “El Infiernito” en 2005. El Tribunal Federal agrega ahora que “mantener en detención (a Sperisen) reposa en índices de culpabilidad suficientes” y que existe “riesgo de fuga” si se lo liberadurante el trámite de la sentencia definitiva. En ese sentido, el Tribunal considera que dada la complejidad del caso -que requiere el análisis de abundante documentación, incluyendo textos en español-, no se han violado los principios de celeridad y proporcionalidad.
En la condena contra Sperisen, la corte de Ginebra consideró creíbles las pruebas aportadas por la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), establecida por Naciones Unidas y el gobierno del país centroamericano y recogió las conclusiones del entonces Relator Especial de la ONU contra las ejecuciones extrajudiciales, Philippe Alston, quien denunció en 2007 operaciones de “limpieza social” en Guatemala.