Migrantes

Cada mes cruzan Guatemala más de 54 mil migrantes sudamericanos rumbo a EE. UU.

Las redes de trata, el crimen organizado y autoridades corruptas son los principales ganadores de esta ola migratoria sin precedentes.

Una familia de venezolanos es captada en una carretera del oriente guatemalteco mientras intentan avanzar hacia la frontera con México. (Foto Prensa Libre: Carlos Hernández)

Una familia de venezolanos es captada en una carretera del oriente guatemalteco mientras intentan avanzar hacia la frontera con México. (Foto Prensa Libre: Carlos Hernández)

La intensa migración de venezolanos que se ha evidenciado en los últimos días a raíz de los operativos policiales no es nueva. Desde hace años, el deterioro de las condiciones sociales en ese país ha obligado a miles de sus ciudadanos a migrar a naciones como Brasil y Colombia.

Pero desde hace varios meses que los ciudadanos de este país voltearon a ver hacia el norte. A pesar de la larga distancia que hay entre EE. UU. y Venezuela —unos 7 mil kilómetros— y de la hasta hace poco casi inexpugnable selva del Darién.

En 11 meses, de octubre del año pasado a agosto del 2022, 155 mil 553 venezolanos lograron llegar a la frontera sur de EE. UU. Hace solo cuatro años, apenas llegó a dos mil 202 el número de ciudadanos de este país que llegaron hasta esa frontera. En los años previos, el número siempre fue inferior a 100.

La larga travesía de los venezolanos implica obligadamente atravesar por territorio guatemalteco. Aunque habrá más de alguno que tenga las posibilidades de pagar un boleto aéreo a México, la mayoría de quienes migran son personas de recursos limitados.

De otras nacionalidades

A diferencia de Nicaragua, Honduras y El Salvador, países que tiene un acuerdo de libre movilidad con Guatemala —CA-4—, los venezolanos y ciudadanos del resto de los países del continente necesitan como mínimo pasaporte para ingresar al país, en el caso de algunos, visa.

Los venezolanos son de los pocos ciudadanos del continente que requieren una visa categoría C para ingresar a territorio nacional, esta debe ser solicitada por un garante o patrocinador en Guatemala. Entre otros requisitos, deben demostrar solvencia económica, reservación del hotel donde permanecerán mientras está en el país y el boleto de regreso a Venezuela u otro medio de transporte que garantice su salida del país.

Estas condiciones, consideran especialistas en el tema, ha hecho que miles prefieran migrar de forma clandestina y se expongan a muchos peligros.

En estos 11 meses del actual año fiscal en EE. UU., aparte de los miles de venezolanos, también han logrado llegar a la frontera sur de ese país, 197 mil 870 cubanos, 116 mil 470 colombianos, 51 mil 429 haitianos, 19 mil 457 ecuatorianos y 54 mil 934 brasileños.

En total, 595 mil 713 migrantes del continente americano —fuera de los que integran el CA-4— fueron detenidos en la frontera sur de EE. UU., la mayoría hizo el peligroso trayecto de miles de kilómetros, que incluye Guatemala.

Quiénes ganan con esta migración

La migración representa gastos para los estados de tránsito quienes, con un enfoque de seguridad, han movilizado a fuerzas policiales y militares para impedir el paso de migrantes. También deben contar con recursos para albergues y la atención de quienes son interceptados, lo mismo hace EE. UU. que también tiene que apartar fondos para repatriarlos.

Pero los grandes ganadores de estas movilizaciones son las redes de trata de personas, coinciden analistas del tema. Una estimación conservadora del Global Financial Integrity calculó en 2021 que las bandas de coyotaje podrían haber ganado este año hasta Q20 mil millones al año por el tráfico de migrantes, solo de Guatemala, El Salvador y Honduras.

Para Jahir Dabroy, analista en temas migratorios de la Asociación de Investigaciones y Estudios Sociales, “donde hay flujo de personas hay flujo de dinero”, y hay una serie de actores que se benefician de la migración, incluso pequeños negocios. Sin embargo, “las redes de coyotaje son los beneficiarios directos”.

Asimismo, expuso que llama la atención la gran cantidad de personas que cruzan el tapón del Darién. EE. UU. estima que en estas últimas semanas hasta dos mil personas se están internando por día.

“Pareciera que hay interés en poder abrir una brecha en ese territorio y volver más común el paso de personas”, remarcó el analista, quien dijo “preocupa esa aparente facilidad de pasar el Darién”.

Otros actores que se habrían visto beneficiados son policías corruptos que les permiten el paso a cambio de una cuota. No son pocas las denuncias que se han documentado en video de estos agentes. En la reciente ola migratoria, los venezolanos denunciaron a medios de comunicación que en Guatemala es el país de tránsito en donde más han tenido que desembolsar sobornos a los policías.

La Fiscalía contra el Tráfico Ilícito de Migrantes ha dicho que investiga denuncias del pago de sobornos a policiales. Según sus investigaciones, cada policía podría recibir hasta Q10 mil por permitir o colaborar con el traslado de migrantes.

En agosto pasado, el titular de esta Fiscalía, Stuardo Campo, dijo contar con “muchas denuncias de corrupción de agentes policiales que piden dinero o reciben dinero cuando se los ofrecen”. El ministro de Gobernación, David Napoleón Barrientos, aseguró que las denuncias están bajo investigación.

Un grupo de venezolanos en una carretera de Esquipulas, Chiquimula. (Foto Prensa Libre: Carlos Hernández)

Denuncias de siempre

El sacerdote Matteo Luisón, director ejecutivo de la Pastoral de Movilidad Humana de la Iglesia Católica, afirmó que denuncias como las hechas por los venezolanos se escuchan en las casas del migrante “todos los días”.

En las ubicadas en Esquipulas, Chiquimula, y Entre Ríos, Izabal, que están a pocos kilómetros de las fronteras con Honduras los migrantes narran que ya han pasado “por cinco o seis puntos de control y a cada uno hay que dejar una cuota”, dijo Luisón.

“Es una injusticia que se generaliza o legitima por ser una autoridad y lo vuelven normal cuando en realidad no lo es”, señaló.

Fernando Castro, consultor en temas migratorios, dijo que Guatemala siempre ha sido un corredor migratorio sin que a la fecha haya existido un plan de contención efectivo, puesto que la migración depende principalmente de lo que ocurre en los países de origen.

“Ni siquiera México con sus 12 mil efectivos de la Guardia Nacional en la frontera sur la ha podido contenerla, menos lo va a hacer Guatemala”, afirmó Castro, quien añadió que las fronteras con Honduras y El Salvador son “sumamente permeables” y con México existen cerca de 740 pasos fronterizos ciegos.

Karina Silva, una médica cirujana venezolana de 41 años, muestra la bandera de Venezuela a su llegada el 13 de octubre de 2022, al pueblo de Bajo Chiquito (Panamá), tras cruzar la selva del Darién migrando hacia los Estados Unidos. (Foto Prensa Libre: EFE)

Castro dijo que estos numerosos grupos de migrantes son trasladados por estructuras muy bien organizadas y que por lo regular llevan un guía que es el encargado de sobornar a las autoridades en los retenes. Añadió que suelen pasar en grupos numerosos de hasta 400 personas de todas nacionalidades en puntos fronterizos difíciles de controlar por la poca presencia del Instituto Guatemalteco de Migración.

Dabroy comentó que los operativos para interceptar a migrantes en territorio nacional ocurren por presiones de EE. UU. y “no es algo a lo que el Gobierno —de Guatemala— le hubiera puesto atención per se”.

¿Necesita datos actualizados sobre Guatemala para tomar decisiones? Suscríbase a Microdosis, un servicio de contenido de estadísticas de alto valor de Prensa Libre, producido en alianza con ProDatos.

ESCRITO POR: