Migrantes

Cardenal Álvaro Ramazzini: “La pobreza es una forma de violencia estructural”

Líder religioso habla de la coyuntura migratoria del país, de la forma cómo se reprimió a la caravana de hondureños y de cómo la corrupción se ha convertido en un factor expulsión de migrantes.

El obispo Álvaro Ramazzini, el día que fue ordenado cardenal por el papa Francisco, en octubre del 2019. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

El obispo Álvaro Ramazzini, el día que fue ordenado cardenal por el papa Francisco, en octubre del 2019. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

El cardenal y obispo de la Diócesis de Huehuetenango, Álvaro Ramazzini, habló con Prensa Libre acerca de la actual coyuntura de la migración y subraya el que esta se origina en Guatemala por la pobreza “una forma de violencia estructural”.

Asimismo, se refiere a la forma en que fue reprimida la caravana de migrantes hondureños y por qué la corrupción se ha convertido en un factor que propicia la expulsión de migrantes desde los pueblos campesinos, por años abandonados por el Gobierno.

Ramazzini muestra su esperanza en que la nueva administración de Joe Biden pueda regularizar la situación de más de tres millones de guatemaltecos que viven en EE. UU. para que cesen las deportaciones y con ello el sufrimiento de las familias que lloran al ser separadas.

¿Qué opina de la coyuntura migratoria que se ha vivido en los días recientes?

Que toda persona tiene derecho a migrar, especialmente en situaciones cuando necesita escapar de la persecución y de peligros que atentan contra la vida, como la pobreza que es un atentado contra la vida porque muchas personas, con los niveles de pobreza en los que viven, no pueden tener una vida digna.

¿Qué piensa de la forma cómo fue tratada la caravana de migrantes hondureños?

Indudablemente hay que respetar las leyes de cada país, tenemos que reconocer su soberanía, pero al mismo tiempo tenemos que reconocer el derecho a la migración. Cómo combinar ambos enunciados es complicado, por eso es por lo que nosotros hemos instado a los gobiernos a que se necesitan políticas que promuevan la presencia de los migrantes porque al final no todos son delincuentes ni ladrones.

Ramazzini está al frente de la Diócesis de Huehuetenango y se ha caracterizado por la defensa de los más desposeídos. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Con la caravana… entiendo que el Estado tiene la obligación de aplicar las leyes que garanticen nuestra seguridad, pero creo que en circunstancias especiales debe permanecer el sentido humanitario sobre el legal; es decir, lo legal no puede estar sobre de lo que es justo y la mayoría de migrantes que buscan EE. UU. es porque escapan de la pobreza o persecución.

¿Cómo ve que un país expulsor de migrantes, como Guatemala, haya reprimido a esta caravana?

Este país tampoco ha implementado políticas para promover más empleo para la gente. El campesinado ha sido abandonado y el mismo sistema de recaudación de impuestos, que debería permitir tener recursos para satisfacer las necesidades del resto de guatemaltecos, no ha funcionado. Por eso la Conferencia Episcopal de América Central pide que haya una reunión de los presidentes para enfrentar esto de una manera global y hacer un frente común. No se puede solucionar esto solo con la represión o con el control estricto de fronteras. Del Sica (Sistema de Integración Centroamericana) tendrían que salir propuestas y acciones conjuntas, claro, eso tiene que ver con la falta de soluciones estructurales que ocasionan pobreza y violencia.

¿A propósito, cree que se han agravado estos problemas que al final de cuentas son la principal causa de la migración?

Sí se han profundizado, claro, porque tenemos más población y porque tenemos menos oferta de empleo y porque con la pandemia los empleos informales han desaparecido, y hay una violencia de la que no se habla y es la pobreza. La violencia no es solamente los ataques de pandillas o las extorsiones. San Pablo Sexto dijo que la pobreza es una violencia estructural. En cuanto a violencia física, Honduras está peor y El Salvador también, pero la mayor violencia nuestra es la pobreza. Si de veras no se invierte en desarrollo integral para favorecer a las clases empobrecidas la migración va a continuar.

Se ha acuñado el término de que corrupción es igual que migración ¿Qué piensa de eso?

Si se dice que corrupción es la causa de la migración yo entiendo que se debe a que por la corrupción no se logra todo lo que el Gobierno debería hacer en favor de las personas pobres y por lo tanto se va a otras manos. En ese sentido, hay leyes, pero al final de cuentas el ladrón sale libre y después de unos años de cárcel regresa a gozar del dinero que saber dónde dejó guardado. Aquí se resuelve todo con meter a alguien a la cárcel, ¿pero lo robado dónde está? El ladrón tiene que restituirlo si quiere recibir el perdón, eso es fundamental.

Uno ve llorar a las familias de los migrantes muertos en Tamaulipas y se pregunta ¿Quién es el responsable de que el país haya llegado a estos niveles de tragedia?

En primer lugar, los que han hecho la historia de este país. Los que intervinieron en las decisiones económicas, los que han tenido la responsabilidad de tomar decisiones políticas. Por ejemplo, decisiones como las de este Congreso que tenemos, que acepta que un acusado el que tiene antejuicios lo nombran magistrado de la Corte de Constitucionalidad. También es responsabilidad de todos, también de los familiares y parientes que reciben las remesas de la gente que se mata trabajando allá en Estados Unidos, porque no emplean el dinero como deberían, para crear mayor desarrollo.

Todos somos responsables en diferentes niveles: familias, políticos, legisladores que no favorecen leyes que promuevan el desarrollo, empresarios que en general buscan solo sus propios intereses, organizaciones sindicales y sociales que tampoco se convierten en agentes de desarrollo. Aquí todos somos responsables.

Hace unas semanas los obispos firmaron una petición al presidente de EE. UU., en ese entonces electo, de que hiciera una inversión grande en nuestros países ¿Es esa la solución?

Más que inversión, en esa carta, nosotros hacíamos eco de algunas de las recomendaciones que hacía el obispo de El Paso, Texas, Mark Seitz, que tienen el valor de venir de alguien que conoce la realidad de su país. Aquí el tema es hasta donde todas las inversiones que se hacen en proyectos de desarrollo dan los resultados que tienen que dar. Siempre ha habido por parte de sectores el deseo de hacer una auditoría social a las agencias de desarrollo no solo de EE. UU. sino de otros países para ver hasta donde la ayuda está siendo efectiva. Hace unos años hubo un encargado de la Unión Europea que tuvo el valor de demostrar que millones de ayuda no habían dado resultados, eso tiene que seguir porque si no, para qué tanto dinero si seguimos pobres como siempre.

¿Qué expectativas tiene con la nueva administración de Joe Biden?

He escuchado que el presidente Joe Biden quisiera regularizar la situación de 11 millones de indocumentados entre los cuales tres o cuatro millones de guatemaltecos están ahí. Desafortunadamente el sistema de EE. UU. implica la aprobación del Senado y la Cámara de Representantes y ahí puede haber dificultades. Yo esperaría que todos los movimientos de migrantes en EE. UU. aprovechen la coyuntura de  tener un presidente católico cuyos principios deberían ser católicos, y que además, ha manifestado su amistad por el papa Francisco y habrá que  aprovechar. Yo no pierdo la esperanza, aunque a sabiendas de que el presidente no es el que dispone todo en ese país.

En Comitancillo gran parte de la población vive en medio de la pobreza, aquellos que tienen algún bien es porque sus familiares han migrado a EE. UU. (Foto Prensa Libre: Juan Diego González)

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