El pasado 19 de mayo, el sector San Diego de la Patrulla Fronteriza informó del traslado de migrantes alojados en la estación del sector Valle del Río Grande, en Texas, hacia este condado debido a la saturación de espacios.
Desde ese día, se han contabilizado 128 casos de personas con síntomas de influencia. Tan solo del 30 de mayo al 1 de junio, se registraron más de la mitad, con 69 pacientes nuevos, según la agencia.
Casi al mismo tiempo que se informó del deceso de un adolescente a causa del virus de la gripe en una estación de la Patrulla Fronteriza de Texas comenzaron a detectarte los primeros casos en el albergue temporal a cargo de la Red de Respuesta Rápida de San Diego (SDRRN), lugar al que son remitidos un promedio de 400 solicitantes de asilo a la semana.
“Los solicitantes de asilo recién llegados a San Diego reciben una revisión médica cuando entran al refugio, sus necesidades médicas son evaluadas y reciben el tratamiento adecuado”, se detalla en el reporte de la HHSA.
“Aquellos que presentan síntomas relacionados con la influenza son aislados en habitaciones de un hotel local con unidades de aire acondicionado y calefacción. Los miembros de la familia también son puestos en cuarentena junto a sus familiares y se les administra tratamiento para prevenir que se enfermen y el virus se propague”, agrega el reporte.
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Religiosos visitan centros
Un grupo de religiosos y voluntarios recorrieron varios centros de detención en el sur de Texas (EE.UU.) para observar de primera mano el “dolor” que experimentan los migrantes centroamericanos en su travesía por llegar a Estados Unidos.
“No es lo mismo ver con tus propios ojos la problemática a escucharla de otros o verla por la televisión”, dijo a Efe Tatiana Hoecker, coordinadora del Programa de Misiones Globales de la Diócesis Episcopal de Texas, sobre la gira “Walk in Love”.
La decena de religiosos y voluntarios que fueron parte de la gira hicieron un recorrido por las ciudades fronterizas de San Antonio, McAllen y Brownsville entre el 15 y 17 de mayo pasado, y ya preparan otro recorrido para principios de julio.
“Lo que ellos han vivido pone en perspectiva mi vida y las diferencias que tenemos, por eso es importante ayudar”, señaló Hoecker.
Durante el recorrido también escucharon a agentes de la Patrulla Fronteriza, quienes confirmaron que se encuentran abrumados por el desmedido aumento de migrantes y solicitantes de asilo en la frontera centro-sur de Texas.
“No están equipados para procesar la gran cantidad de migrantes y solicitantes de asilo que llegan a la frontera, por lo que no satisfacen efectivamente sus necesidades humanitarias”, comentó la religiosa.
Los participantes ofrecieron tacos de desayuno a unos 75 agentes de inmigración, pero al margen de la gira, cada lunes miembros de las iglesias St. Peter & St. Paul preparan 600 tacos y los llevan al centro de detención de McAllen.
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