Migrantes

“El acuerdo es un gana para Estados Unidos y un pierde Guatemala”

Días después de firmado el acuerdo de migración entre Guatemala y EE. UU. crecen las voces de rechazo al convenio, sobre todo, porque no se conoce quién lo financiará.

Guatemaltecos protestan contra la firma del acuerdo que convertiría a Guatemala en un tercer país seguro. (_Foto Prensa Libre: EFE)

Guatemaltecos protestan contra la firma del acuerdo que convertiría a Guatemala en un tercer país seguro. (_Foto Prensa Libre: EFE)

El internacionalista Jorge Wong hizo un análisis del acuerdo firmado entre EE. UU. y Guatemala, que la primera nación lo llama de “tercer país seguro”, término que el gobierno guatemalteco se resiste a reconocer.

Wong ve un futuro sombrío luego de la firma del tratado y considera que con el paso del tiempo se empezará a notar un aumento en la cifra de fallecidos, personas que ante la imposibilidad de quedarse en EE. UU., aunque solicite asilo frente a sus autoridades, intentarán ingresar por rutas demasiado riesgosas, con lo cual el costo de este acuerdo se pagará con vidas.

El analista en temas internacionales critica que con el acuerdo Guatemala no tiene ninguna ganancia y solo servirá para cerrar el candado en el país a los migrantes salvadoreños y hondureños.

¿Qué análisis hace del acuerdo firmado entre EE. UU. y Guatemala?

Es un acuerdo firmado en el cual gana EE. UU. y pierde Guatemala, y si a eso le agregamos que no hay fondos para apoyar a Guatemala es doble pérdida, porque la gente regresará y no habrá ningún apoyo para subsistir, entonces estamos igual de lacerados con la firma, ya que todas las soluciones, mejoras y prebendas todas serán para Estados Unidos.

¿Lo que hace Guatemala es cerrar la puerta para que EE. UU. ya no tenga problemas en su frontera sur?

Exacto. Y obviamente con la estrategia de México de llevar seis mil militares de la Guardia Nacional a sus fronteras norte y sur, más este acuerdo de tercer país seguro, bajará la migración. Con eso van a haber números que se reflejarán a favor de EE. UU., o mejor dicho, a favor de la política del presidente Donald Trump, y eso le va a permitir presentar esos datos como logros en su campaña y ahora que le acaban de autorizar dinero —US$2 mil 500 millones— para construir el muro pues significa que le están apostando a él como el candidato a reelegirse en el 2020. Eso demuestra un cabildeo muy efectivo de los republicanos para sacar las leyes que les convienen y muestra que desde ya los demócratas están empezando a perder la batalla a pesar de que son mayoría en el Congreso.

Organizaciones dicen que la migración no se detendrá porque sigue la violencia y pobreza. ¿Cómo ve esto a la luz del endurecimiento de las medidas migratorias? ¿Qué pasará con estas personas?

El desastre humanitario va a ser terrible, porque lo que está pasando es que desde ya están buscando rutas alternas, más peligrosas y alejadas. Los coyotes tratan de encontrar nuevas formas de darle la vuelta al sistema y seguir llevando genta, porque esto es una cuestión de demanda, mientras haya gente que necesita viajar va a haber una oferta que se pone a disposición. Lo que va a pasar es que se va a incrementar el número de personas fallecidas, como el salvadoreño que murió ahogado con su hija.

Hacia allí vamos a empezar a caminar. Tal vez van a haber sufragios en el mar, yo no sé qué más puede hacer la gente, pero no hay forma de contener la migración.

¿Las redes de tráfico de personas podrían incrementar los precios también, cree usted?

Por supuesto, eso ya está pasando. La gente por el desconocimiento y la necesidad toma el riesgo de vender o empeñar lo poco que tiene para pagar al coyote e irse y los que tienen la suerte de llegar con vida los detienen y los mandaban a jaulas, ahora los van a deportar a su país, esto es una situación verdaderamente preocupante porque para nosotros no hay solución —y para EE. UU.— la solución es la desesperación de la gente.

¿Entonces, en la práctica el que Guatemala sea un país de refugio, es una política de deportar personas?

Es correcto. A diferencia de antes que la gente tenía la oportunidad de ir a EE. UU. a presentar su caso y pelearlo, pues ahora, uno estima que van a pensar para ‘qué voy a hacer aquí, mejor me regreso a mi país’. Eso es el sistema de la desesperación, es decirles ‘vas a esperar, pero en Guatemala’; además, hay un costo para traer a esa gente al país, unos 160 mil al año, la duda es ¿cuánto está dispuesto EE. UU. para pagar el regreso de esta gente a su país? El acuerdo como está hasta ahora está lleno de incertidumbre y habrá que ver que dicen los congresos de ambos países.

¿El Congreso debería conocer este acuerdo para aprobarlo?

Definitivamente. El Congreso debería conocerlo porque se están involucrando de alguna forma, a través de la Cancillería, a ciudadanos que no son guatemaltecos, entonces es un tema mucho más delicado, porque es un compromiso más grande -en términos de recursos- atender a personas que no son guatemaltecas. Para atender esta emergencia Guatemala tendrá que desembolsar miles de millones para hacerle frente, entonces el Congreso tiene que aprobar los recursos, por eso, directa o indirectamente, se tiene que involucrar.

¿EE. UU. tendría que aportar recursos?

El acuerdo dice que no se comprometerán fondos, no dice EE. UU. va a portar US$5 mil millones al año, por ejemplo, para que los refugiados tengan una condición de vida digna, eso no lo dice el acuerdo. Porque uno piensa que la idea es regresarlos a Guatemala porque estando acá se van a desesperar y van a regresar a sus países, y si no tienen dinero ni siquiera para pagar el bus que los lleve a sus países de regreso tendrán que hacer la migración de vuelta a pie,¬¬¬ y si allá los están esperado alguien para matarlos…

¿Este acuerdo podría calificarse de inhumano?

Sí, a todas luces. Porque si Guatemala tuviera cómo responder a este acuerdo sería una cuestión humanitaria porque podría atender a las personas con dignidad, porque no son animales, las personas tiene que tener vivienda, o un lugar donde dormir, tiene que tener trabajo, si tiene hijos tienen que meterlos a la escuela y darles de comer, entonces todas esas cuestiones hay que considerarlas.
Mandar burdamente de regreso a esa gente, me atrevo a decir que será un desastre humanitario si no el más grande, uno de los más grandes del mundo, porque ni siquiera hay condiciones para dar empleo a los jóvenes guatemaltecos tampoco no hay para el resto.

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