El documento es fruto de las visitas del comité a partir de la mitad de 2019 a ocho centros representativos de los más de 200 que utiliza el Servicio de Inmigración (ICE), donde hay cerca de 20 mil detenidos.
El reporte, para el cual fueron entrevistados 400 migrantes, denunció que en estos establecimientos habitualmente se muestra “indiferencia” frente al cuidado físico y mental de los retenidos.
En un centro, ejemplificó, los detenidos se quejaron de que había agua estancada en los suelos, lo que creaba “condiciones insalubres y un caldo de cultivo para mosquitos”.
Por otra parte, “varios empleados de estos centros desestimaron la seriedad de intentos de suicidio” de los migrantes.
Se encontraron igualmente “evidencias de que los problemas médicos de los detenidos quedan sin tratar”.
El Comité alertó que en los centros de detención se usaban políticas de “segregación y retaliación” violatorias de los estándares permitidos.
“Una de las quejas más frecuentes que escucharon los miembros del comité es que los detenidos enfrentan obstáculos significativos para obtener información sobre su caso”, denunció el panel.
El informe señala también que dado que las visitas fueron anunciadas a los centros, los integrantes del comité hallaron con frecuencia instalaciones que olían a “pintura fresca”. Las visitas “guiadas”, admitieron, no ofrecen así la imagen más “precisa” de las condiciones de detención.
El comité destacó además que en ocasiones los centros pidieron que como “precaución” estuviera presente un guardia y que ello entorpeció las entrevistas.
ICE rechazó por el contrario demandas de detenidos que pidieron hablar con los investigadores, añadió.
Desde que comenzó la pandemia, seis inmigrantes han muerto en estos centros de detención y más de seis mil han contraído la covid-19, según las cifras de ICE.
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