Estas deportaciones ocurren mientras el país está en emergencia y hace esfuerzos por contener el avance del coronavirus covid-19. Por ejemplo, una de las medidas es el cierre del aeropuerto internacional La Aurora, con lo cual se ha evitado que arriben pasajeros de cualquier parte del mundo.
Si bien es cierto, el número de vuelos y consecuentemente de personas deportadas no es el mismo, pareciera que estos se van a retomar, al menos al ritmo de uno diario, aunque esta información aún no la confirman autoridades guatemaltecas.
La preocupación crece luego de que se diera a conocer que un empleado del equipo médico de ICE (Inmigración y Control de Aduanas) de un centro de detención de Nueva Jersey diera positivo en una prueba de covid-19.
Pero el Ministerio de Relaciones Exteriores (Minex) aseguró que tanto ICE como la Patrulla Fronteriza “han implementado una serie de revisiones sanitarias adicionales” en estos procesos.
Además, insinuó que aquellas personas que podrían resultar con síntomas podrían no ser deportadas en ese momento al recordar que en ocasiones “suelen ser retirados del vuelo a personas por diversas circunstancias, derivadas de procesos legales previos, u otras eventualidades que no posibiliten el retorno correspondiente”.
El Minex detalló que el Ministerio de Salud hace una “evaluación completa” de cada guatemalteco que es deportado para que antes de autorizar su salida de la Fuerza Aérea de Guatemala no padezca ninguno de los síntomas relacionados con el covid-19.
Procedimiento
¿Pero qué tan estrictos son los protocolos de Salud?
Luego de la revisión en EE. UU. y al arribar a Guatemala los retornados son enviados a sus lugares de origen. Como hay prohibición de circulación de buses urbanos y extraurbanos son enviados en buses que facilita el Ejército.
Estos los trasladan hacia las cabeceras departamentales de donde son originarios los migrantes deportados. Así, los del jueves fueron llevados a los parques centrales de Sololá y Quetzaltenango, desde donde buscaron sus municipios y aldeas de origen.
Todos son enviados a cuarentena domiciliar debido a que vienen del extranjero —EE. UU., el sexto país con más contagios de covid-19 en el mundo—, esta medida implica que deben permanecer dentro de sus casas como mínimo 14 días, tiempo que se tarda la enfermedad en desarrollar los primeros síntomas.
Esto porque, aunque un deportado no haya mostrado ninguna sintomatología ni cuando salió de EE. UU. ni cuando aterrizó en Guatemala, podría ser portador del virus y con ello contagiaría a las personas que tengan contacto con él.
Seguimiento
La oficina de Comunicación del Ministerio de Salud detalló que cuando los migrantes retornan al país se evalúan y se les piden los datos de su domicilio, además se les advierte que deben de guardar “cuarentena obligatoria” al llegar a su domicilio.
Después “son visitados periódicamente por personal de Salud del área o centro más cercano para evaluar su evolución”.
- Estos son los números de teléfono que el Minex habilitó para atender emergencias en los consulados de Guatemala en EE. UU.
Ante la pregunta de qué se hace para garantizar que estas personas y sus familias cumplan con la cuarentena, la oficina respondió que esto se coordina con otras entidades como el Ejército y la Policía Nacional Civil (PNC), aunque vigilar que no salgan de su domicilio “no le compete al Ministerio”.
También indicó que en las visitas periódicas se le hará ver al retornado cómo debe cumplir con la cuarentena domiciliar y se verifica que lo cumplan.
Un portavoz de la PNC ofreció que consultaría qué seguimiento se les dará a los guatemaltecos que fueron deportados entre jueves y viernes, ya que en principio no sabía si se asignaría un efectivo policial a por cada familia, lo cual podría ser inviable puesto que solo en estos días sumaron 143 personas retornadas.
Al cierre de esta nota no había respondido.
Preocupación
En EE. UU. crece la preocupación porque guatemaltecos contagiados puedan arribar a Guatemala sin mayores controles.
Guillermo Castillo, integrante de Cooperación Migrante, en Ohio, teme que muchos migrantes sin estatus legal contraigan la enfermedad y eviten ser tratados en hospitales de EE. UU. por el miedo a ser detenidos y deportados sin sus familias. Incluso, cree que muchos optarán por regresar a Guatemala por tierra a través de puntos ciegos.
Castillo considera que los guatemaltecos tendrían que quedarse en EE. UU. para tratar la enfermedad, por lo cual el Gobierno de Guatemala tendría que hacer una campaña de concientización para que cualquier guatemalteco infectado o que tenga sospechas de estarlo, solicite acompañamiento consular.
El Minex ha divulgado una serie de números telefónicos de emergencia por cada consulado en ese país para que reporten casos sospechosos. Un portavoz indicó que, de recibir alguna notificación de ese tipo, cada consulado los orienta con las autoridades de salud locales que en estado de emergencia deben prestarle atención.
Agregó que si lo que buscan es regresar a Guatemala, se le asiste en cuanto a disponibilidad de tránsito aéreo y opciones de alojamiento.