Migrantes

Crisis migratoria: cómo operaba una red de tráfico de personas integrada por soldados de la Marina de EE. UU.

Motivados por el dinero, soldados estadounidenses transportaban a varios migrantes a la semana, con la certeza de que no serían detectados en los controles fronterizos.

Marines en caso de Tráfico de migrantes

El Campamento Pendleton es la principal base de marines situada al sur de California. (Foto Prensa Libre:AFP)

La travesía de un migrante para llegar a Estados Unidos es inquietante: la excesiva cantidad de controles de seguridad tan estrictos en la frontera, las condiciones en que son trasportados a partir de las indicaciones de los “coyotes” y lo más duro, la incertidumbre de no saber si saldrán con vida de ese viaje.

Actualmente las cifras de personas que pasan la frontera de manera irregular para llegar a Estados Unidos aumentan significativamente, a pesar de los esfuerzos del gobierno de Joe Biden para obstaculizar aún más esta alternativa que muchas personas de México y Centroamérica toman para buscar una mejor calidad de vida.

Los “coyotes” tienen un rol importante en este problema, ya que ellos buscarán la forma de esconder a los migrantes para que no sean detectados. Desde remolques, camiones, furgones o algo mucho más “efectivo”, contratar soldados de la Marina de Estados Unidos para que transporten a los indocumentados.

Encubrimiento

Esto era lo que Byron Law y David Quinteros hacían cada semana del verano de 2019. se encargaban de transportar a migrantes a zonas específicas de Estados Unidos y ser recompensados por grandes cantidades de dinero de parte de Francisco Rojas, el contrabandista que  contrataba a marines para esa tarea.

Al mismo tiempo que varios infantes de Estados Unidos se encargaban de endurecer las medidas de seguridad para evitar el paso de los migrantes, otro grupo, en las sombras, se dedicaba a transportarlos de forma sigilosa, evitando los puestos de control fronterizos.

Su tarea era mucho más sencilla debido a su apariencia: su uniforme tan característico, su corte de cabello, las estampas de la Marina de Estados Unidos pegadas en sus automóviles eran ideales para llevar a cabo esas tareas, ya que ninguna autoridad de los puestos de control sospecharía de ellos.

Este caso fue uno de los muchos que se descubrió durante el 2019, y Francisco Rojas explicó en una entrevista al medio “Vice” todo el procedimiento que hizo que una red de contrabando funcionara de manera sigilosa dentro de las instalaciones del Campamento Pendleton, la principal base de marines situada al sur de California.

Modus Operandi

Francisco Rojas, quien había empezado en el contrabando hace más de dos años, explicó para el medio Vice que se enfocaba en reclutar marinos que se encontraban en la primera división, principalmente porque eran jóvenes que apenas habían salido de la escuela secundaria y querían empezar a ganar algo de dinero.

A partir de contactos que lo introdujeron a miembros del Campamento Pendleton y a la red social Snapchat, que tenía la característica de desaparecer todo el contenido publicado en 24 horas, logró operar con más de 10 soldados de la marina para transportar migrantes.

Les ofrecía UU$500 a los marinos por cada migrante que transportaba. Los operativos se ejecutaban en parejas, uno se encargaba de conducir hacia el destino fijado y otro era el traductor, para hablar con los migrantes al momento de recogerlos.

Cuando los marinos se encontraban cerca de la frontera recibían una llamada telefónica que les indicaba el lugar a donde tenían que llegar. Una vez en el destino, el grupo de migrantes salía de su escondite (detrás de una piedra, árbol o arbusto) e inmediatamente se metían en el vehículo.

Una vez dentro, eran transportados por los marines, pasando por todos los puestos de control sin ningún problema. Una vez dentro de las zonas eran dejados en restaurantes de comida rápida para ser llevados por otro vehículo.

Esta forma de operar tuvo grandes beneficios económicos no solo para Rojas, sino para los marines que deseaban formar parte de esa estructura criminal. “En una semana, se llegó a generar más de US$20 mil”, explicó Rojas.

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Corrupción

A pesar de que el caso de Law y Quinteros se haya convertido en un escándalo dentro de la Marina de Estados Unidos, no es la primera vez que soldados uniformados forman parte del tráfico de migrantes.

Agentes de la Patrulla Fronteriza, soldados de la Guardia Nacional y miembros de la base militar de Fort Bliss y Fort Hood han protagonizado varios casos de corrupción al ayudar a los migrantes a pasar la frontera.

Según los datos de la Comisión de Sentencias de Estados Unidos, el 71% de las personas condenadas por tráfico de migrantes son ciudadanos estadounidenses, en comparación con el 60% que lo conformaba en el año 2015.

El Servicio de Investigación Criminal de la Armada de Estados Unidos declaró para “Vice World News” que se habían reportado más de 30 casos de miembros de las fuerzas armadas de Estados Unidos colaborando en el tráfico de migrantes en un periodo de 5 años.

“El problema del tráfico de migrantes siempre ha sido una constante”, explicó James Tomsheck, jefe de asuntos internos de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos entre 2006 y 2014. “Y lo peor de todo es que es un problema que no es fácil de detectar”.

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