Sin embargo, para el caso específico de Guatemala, funcionarios de EE. UU. afirman que detener los flujos migratorios irregulares no depende de facilitar el acceso a más vías legales para la migración, sino de implementar políticas que favorezcan a las comunidades rurales, que es desde donde parte la mayor cantidad de personas.
A EE. UU. le preocupa mucho la migración irregular, respondió Patrick Ventrell, encargado de Negocios, de la Embajada de ese país en Guatemala. “Hemos expandido las vías legales —para migrar— sí hay trabajo en EE. UU. y queremos que a esos trabajos vayan gente que va por una vía legal”, apunto el funcionario estadounidense en una conversación con Prensa Libre.
Pero disminuir los éxodos irregulares “depende de cambios aquí, en que se pueda tener más éxito a nivel de las comunidades en Guatemala”, añadió. Al mismo tiempo Ventrell destacó “lo que ha pasado con las comunidades indígenas”, que han manifestado y protagonizado bloqueos en los últimos días, ya que, a su entender, eso significa que reclaman más atención del gobierno actual y del próximo y que “quieren resultados en sus comunidades”.
“La posición de EE. UU. siempre ha sido que la democracia tiene que llevar resultados a los pueblos. En EE. UU. la gente quiere ver el impacto en sus comunidades del Gobierno, lo mismo es acá”, subrayó Ventrell. “Este llamado de los pueblos que necesitan más atención y resultados del gobierno puede hacer cambios interesantes”, añadió.
Programas insuficientes
Los diversos programas para acceder de forma legal a EE. UU. que han implementado las autoridades de este país son notoriamente insuficientes para la alta demanda que hay en sus vecinos del sur y de otros continentes, por una vida digna, segura y con oportunidades de desarrollo.
El lunes pasado (30.10.23) la subsecretaria de Estado Adjunta Principal de la Oficina de Población, Refugiados y Migración de EE. UU., Marta Youth, destacó que la administración del presidente Joe Biden ha ampliado las vías legales para migrar a EE. UU. a través del programa Movilidad Segura.
Desde que fue creado hasta la fecha, dicho programa ha recibido 61 mil solicitudes de algún beneficio migratorio, de las cuales nada más que cuatro mil 800 han clasificado para para “un posible reasentamiento como refugiados en EE. UU.”.
Youth destacó que la administración Biden continúa con los esfuerzos “para expandir el acceso a vías legales para ayudar a refugiados, migrantes vulnerables y otras personas desplazadas forzosamente en el hemisferio occidental”.
Pero, a la luz de las estadísticas que arrojan las agencias de EE. UU. que resguardan la frontera sur, el número de migrantes que son capaces de admitir, se queda corto.
En estos cuatro meses que ha estado en vigor el programa Movilidad Segura, EE. UU. contabiliza un millón 102 mil 76 migrantes que llegaron a su frontera sur, en busca de asilo o refugio o bien sea porque fueron sorprendidos por las autoridades luego de ingresar sin autorización, entre ellos se cuentan 105 mil 601 guatemaltecos.
Se requiere voluntad
En opinión de Marcel Arévalo, investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), contener la migración irregular pasar por generar fuentes de trabajo en los departamentos de mayor expulsión de migrantes.
En una acción coordinada de ese tipo deberían involucrarse, el Gobierno, las municipalidades, organizaciones de la sociedad civil y empresarios, para ejemplo, para concretar créditos accesibles, asistencia técnica, capacitaciones, seguridad para inversionistas medianos y grandes.
Arévalo considera que debe haber voluntad política para echar a andar estas acciones sobre la base de planes o diagnósticos que ya existen, pero que hasta el momento no han sido más que “papel y letra”. “Las acciones tienen que ver con madurez y voluntad política, donde intervengan todos los actores”, apunto el especialista de Flacso.
“Sí es factible, pero a como estamos ahorita, en el panorama no se ve una luz al final del túnel”, acotó.
Ante el empeoramiento de las condiciones socioeconómicas en nuestros países por el paso de la pandemia, indicó que las políticas de EE. UU. que buscan ordenar la migración y hacerla regular “siguen siendo rebasadas por una realidad que no se puede evadir”. Ya que, por una parte, hay un grupo de naciones cuyos ciudadanos sufren por la desigualdad y pobreza y por otro hay una potencia mundial con su economía en crecimiento y con necesidad de mano de obra.
Arévalo expuso que los programas de Movilidad Segura no necesariamente están al alcance de todas las poblaciones sobre todo de aquellas que no tienen acceso a medios virtuales o que huyen de su país porque su prioridad es salvar su vida.
Infraestructura
Por otro lado, el encargado de Negocios de la Embajada de EE. UU. precisó que empresarios de su país podrían venir a Guatemala a invertir en proyectos de infraestructura, como la construcción o ampliación de carreteras o puertos.
Agregó que, a la política exterior de EE. UU. no le corresponde involucrarse en ese tipo de proyectos, pero sí quieren ayudar a formalizar un “ambiente para atraer inversiones” y en donde “haya confianza en el estado de Derecho y en el gobierno que viene”.
Así, subrayó, “estas inversiones del sector privado de EE. UU. o de Europa o de otras partes pueden tener confianza de que hacer un puerto o ampliación o mejorar una carretera es una inversión que vale la pena”.