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El programa de Movilidad Segura, sede de Guatemala, ya no recibe solicitudes de migrantes de otros países centroamericanos

Programa había recibido hasta finales de julio cerca de 18 mil solicitudes, de las cuales mil 100 habían sido admitidas.

Migrantes hondureños en una caravana de 2020. Ciudadanos de Honduras y de El Salvador ya no serán tomados en cuenta para el programa Movilidad Segura. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Migrantes hondureños en una caravana de 2020. Ciudadanos de Honduras y de El Salvador ya no serán tomados en cuenta para el programa Movilidad Segura. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

El programa Movilidad Segura del Gobierno de EE. UU. que inició en Guatemala el pasado 12 de junio sufrió una variación ya que ahora atenderá peticiones solo de ciudadanos de este país y ya no de hondureños, salvadoreños y nicaragüenses, como había sido concebido.

Según el plan original, con el objetivo de contrarrestar la migración irregular, EE. UU. patrocinaría la instalación en Guatemala de oficinas para procesar peticiones de refugio, reunificación familiar, programas humanitarios y de ciertas visas de trabajo para los ciudadanos de estos cuatro países centroamericanos.

Nunca se reveló el lugar en dónde estaban estos centros de procesamiento ante el temor de que caravanas de migrantes se dirigieran hacia esas localidades y presionaran los servicios públicos.

Las peticiones se hacen exclusivamente en línea. Cuando un solicitante ingresaba su petición debía esperar cita para acudir a los centros de procesamiento a una entrevista inicial, después de la cual debía regresar a su país, en caso fuera de El Salvador, Honduras y Nicaragua.

En los primeros 15 días de vigencia del programa, se atendieron cerca de tres  mil solicitudes, solo para pedir citas en Guatemala. Luego, el sitio en internet se cerró por varias semanas para más gestiones y cuando se reabrió, ya fue solo para guatemaltecos.

Cambios

La plataforma virtual de Movilidad Segura para Guatemala está actualmente disponible para ciudadanos guatemaltecos presentes en Guatemala”, se lee en el portal web.

No están claras las razones por las que se hicieron cambios al programa. El Departamento de Estado de EE. UU. y la Oficina de Población Refugiados y Migración, respondieron que el programa se implementa por fases y reconocieron que puede variar. “Las vías legales existentes, la elegibilidad y la disponibilidad de la plataforma en línea varían según diversos factores”, precisaron en una comunicación con Prensa Libre.

Sin embargo, no respondieron si el cambio es temporal y se limitaron a instar a los interesados, a visitar el sitio web periódicamente para obtener información sobre la disponibilidad del sitio para aceptar formularios y sobre las “vías legales disponibles, los criterios de elegibilidad específicos de los países y las novedades” que pueda tener el programa.

Tampoco se conoce cómo deben proceder ahora los ciudadanos de El Salvador y Honduras si desean migrar de forma de manera regular. La oficina en Costa Rica atenderá a nicaragüenses y venezolanos mientras que la de Colombia a cubanos, haitianos y también ciudadanos de Venezuela.

La oficina de Comunicación del Ministerio de Relaciones Exteriores confirmó que la “segunda fase” del programa “es solo para guatemaltecos”.

Números

Los hondureños y salvadoreños todavía son un grupo importante de migrantes que viaja de manera irregular a EE. UU. y que se expone a cualquier tipo de riesgos durante el trayecto.

De enero a julio la Patrulla Fronteriza detuvo a 144 mil 76 migrantes de ambos países. México hizo lo propio con otros 42 mil 341 migrantes de Honduras y El Salvador, detenidos de enero a junio pasados.

 Sin salida

El analista en temas migratorios Fernando Castro cree que las nuevas limitaciones del programa no dejarán otra alternativa a los migrantes de Honduras y El Salvador más que migrar de forma irregular con el consecuente beneficio para las redes de tráfico de persona, las cuales, incluso, podrían incrementar sus precios.

En tal sentido, considera oportuno que se informe adecuadamente a las poblaciones de esos países de los cambios al plan y que se insista en que la pobreza no es una condición válida para que EE. UU. otorgue asilo o refugio, esto para evitar que personas en la provincia sean engañadas y se endeuden o pierdan sus propiedades por un viaje en el que al final no serán admitidos.

De cualquier forma, Castro ya veía insuficiente el programa si se toma en cuenta que más medio millón de migrantes de estos cuatro países centroamericanos llegan año con año a la frontera sur de EE. UU. y que el gobierno de este país tuvo que incrementar de mil a mil 400 los oficiales de asilo en la frontera sur debido a que se ha incrementado el volumen de personas que están arribando.

El analista, además, criticó el alcance del programa y el impacto que pueda tener en la migración irregular puesto que está dirigido a un reducido grupo de personas que tienen que cumplir requisitos muy puntuales.

Carlos Sierra, coordinador del Centro de Investigación y Promoción de los Derechos Humanos en Honduras,

El sitio en internet del programa que ahora procesará solo peticiones de guatemaltecos, indica que pueden optar a alivios migratorios los familiares de personas que estén refugiadas o asiladas en EE. UU., ciertas familias que busquen reunificarse porque fueron separadas por el Gobierno de aquel país y quienes quieran aplicar a programas de empleo temporal en agricultura, silvicultura, jardinería, hospitalidad y otros tipos de industrias, bajo las visas H2A y H2B.

Quienes quieran aplicar a este último programa  primero deben contar con una oferta de trabajo de una empresa estadounidenses que sea elegible.

Para conocer a estos empleadores se deber contactar antes con el Ministerio de Trabajo de Guatemala, refiere la publicación.

Casi nadie va a cumplir con los requisitos y la situación va a seguir igual”, augura Castro, quien cree que la única fórmula para disminuir la migración irregular es la implementación de planes y políticas gubernamentales que apunten a generar empleo y desarrollo.

 Honduras

Carlos Sierra, coordinador del Centro de Investigación y Promoción de los Derechos Humanos en  Honduras, dijo que con estos programas de EE. UU. —como el de Movilidad Segura— el efecto en la ciudadanía que piensa migrar es “casi nulo”. “Las personas migran porque siguen los factores estructurales de expulsión, como la desigualdad y cada vez más recurrente la violencia”, afirmó.

Añadió que las personas no suelen informarse de estos programas y quienes quieren migrar adoptan la decisión “en horas”. “Toman el bus a la frontera y se van”, indicó Sierra.  Añadió que la situación en Honduras no ha variado mucho con la llegada al poder de Xiomara Castro, y a pesar de que había expectativas de cambios profundos, solo se ha visto el inicio de esos cambios. “Los problemas de décadas en el país no van a poder cambiar en año y medio y por eso los flujos migratorios siguen”, acotó.

Un grupo de migrantes se alista para cruzar el río Grande, en la frontera entre Piedras Negras, Coahuila, y Eagle Pass, Texas. (Foto Prensa Libre: AFP)

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