Desde Irlanda, Trump dijo a periodistas que el vicepresidente Mike Pence liderará las conversaciones con la delegación mexicana, encabezada por el canciller Marcelo Ebrard, en la Casa Blanca para analizar la amenaza tarifaria.
“México quiere llegar a un acuerdo”, dijo Trump. “Enviaron a su mejor gente para intentarlo”, aseguró.
Añadió que la economía mexicana se verá afectada si el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador no hace algo para parar a los migrantes y a las “drogas” que llegan a la frontera sur de Estados Unidos.
“Creo que México tiene que hacer más y, si no lo hace, seguirán los aranceles, y si suben, las empresas volverán a Estados Unidos. Es muy simple”, subrayó.
Horas antes de que ambos gobiernos inicien formalmente el diálogo sobre el tema, el asesor económico de la Casa Blanca, Peter Navarro, impuso tres condiciones a los negociadores mexicanos.
Primero, pueden evitar que los migrantes viajen a Estados Unidos a solicitar asilo, admitiéndolos en México. “Pueden comprometerse a tomar a todos los solicitantes de asilo y luego aplicar las leyes mexicanas, que son mucho más fuertes que las nuestras”, aseguró.
En segundo lugar, dijo Navarro, México debe vigilar con más firmeza su frontera sur con Guatemala para impedir que ingresen los migrantes. “La frontera sur que México tiene con Guatemala tiene sólo 150 millas (240 kilómetros) y, además, tiene puestos de control naturales y artificiales que son realmente fáciles de vigilar”, señaló.
Finalmente, exigió que México luche contra la corrupción de sus agentes en los puestos fronterizos.
Trump, quien ha hecho de la lucha contra la inmigración ilegal una de las banderas insignes de su presidencia, acusa regularmente a México de cierta pasividad con respecto a los migrantes de América Central en ruta a Estados Unidos.
Trump anunció el jueves que Estados Unidos aplicará a partir del 10 de junio tarifas del 5 por ciento a todos los bienes provenientes de México, que aumentarán hasta 25% a partir del 1 de octubre, para forzarlo a detener el creciente flujo de indocumentados que llegan a la frontera sur estadounidense, principalmente Guatemala, Honduras y El Salvador.