El guatemalteco había aterrizado en Bruselas, una hora antes de que se dieran los atentados, proveniente de Hungría, por lo que todavía pudo descender del avión con su equipaje.
La explosión la escuchó Salazar mientras desayunaba, antes de tomar el siguiente vuelo. No obstante, pasó la noche hacinado en un hangar; sin embargo, su situación no fue la peor, comparada con la de otras personas con las que habló.
“Algunos no pudieron pasar por Migración, sino que del avión de una vez los llevaron afuera de la terminal. Hay gente que no tiene nada de equipaje, e incluso algunos llevaban sus documentos en el equipaje de mano”, comentó Salazar.
Duerme en hangar
“Primer día como refugiado, involuntariamente varado en suelo belga, como resultado de los atentados en aeropuerto de Bruselas. “¡Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones! Por tanto… ¡no temeré…!”. Escribió Salazar en su muro de Facebook.