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Según el ministro de Gobernación, Enrique Degenhart, para frenar el tráfico de menores que son llevados a Estados Unidos, en Guatemala se hará pruebas de paternidad a los niños y niñas migrantes hondureños y salvadoreños para comprobar si tienen afiliación con los adultos que los acompañan, y que estas se harán en unidades móviles que “se van a desplazar de punto a punto”.
“Hacerlo en una oficina móvil lo veo virtualmente imposible, porque se requiere de un equipo muy específico para realizar el estudio genético”, indica Rudy Alejandro Higueros, coordinador de promoción y logística del Instituto de Investigaciones Químicas, Biológicas, Biomédicas y Biofísicas de la Universidad Mariano Gálvez (UMG). Estas pruebas son minuciosas, además de costosas, añadió.
Proceso meticuloso
Hacer un estudio genético tardaría como mínimo seis horas, pues el proceso conlleva una serie de pasos que no pueden obviarse.
Al tomar una muestra de hisopado bucal, la cantidad de ADN que esta contiene no es lo “suficientemente grande” para obtener la información que se requiere analizar. Se necesita un paso previo para amplificar esa información, lo que tomaría alrededor de 90 minutos, para luego pasar a la lectura del ADN en un equipo especial.
5 horas es el tiempo mínimo que puede tardar hacer una prueba de ADN, según experto de la UMG.
Higueros menciona que para identificar si hay o no posibilidad de relación biológica entre personas hay que analizar más de un fragmento de ADN, pues la mayoría de las personas comparten por lo menos un alelo -cada una las versiones de un gen- dentro de su perfil genético.
“El estudio de relación biológica por ADN debe ser lo suficientemente minucioso para que nos permita hacer incluso esa diferenciación, hay que analizar fragmento por fragmento”, precisa el experto.
En las pruebas que se practican en el laboratorio de la UMG se analizan 15 fragmentos para perfilar genéticamente a una persona, los cuales son comparados entre sí, para luego hacer la relación biológica con la ayuda de un programa especial. La interpretación de resultados que debe estar a cargo de personal capacitado para ese fin.
Este proceso no lleva menos de cinco horas, por lo que el planteamiento que hace Degenhart de entregar los resultados en 90 minutos es poco probable.
“Es un trabajo bastante elaborado, y se quiere hacerlo bien, no considero que se lleve menos de mediodía, y se estaría hablando de una cosa como que fuera maquila. Yo no me atrevería a pensar en hacer una prueba de paternidad en un día”, agrega Higueros.
Pero no solo el factor tiempo hace inviable la propuesta del ministro de Gobernación, ya que para hacer los estudios de ADN y obtener lecturas exactas y precisas se requiere de equipo bien calibrado, lo que resulta improbable si este es transportado de un punto a otro en un laboratorio móvil.
“Primero, sería virtualmente imposible que tuviéramos una fuente de poder que alimente un secuenciador genético, y segundo, eso (el traslado) induciría a una descalibración de los equipos, me atrevería a decir, en menos de una semana”, dice el experto de la UMG.
Costo elevado
Cada perfil genético que el laboratorio de la universidad practica tiene un costo entre Q800 y Q1 mil, sin que la institución gane un centavo.
Según Marco García, analista de genética forense de la Fundación de Antropología Forense de Guatemala, que es una institución de carácter no lucrativa, un examen de ADN cuesta Q2 mil. El resultado tarda un mes. Solo el proceso técnico-científico pude llevar 15 días.
En clínicas privadas el costo oscila entre los Q3 mil a Q4 mil 600 (US$600). En los sitios consultados hacer el examen no lleva más de 20 minutos (raspado bucal), pero la espera del resultado varía según el precio que se esté dispuesto a pagar. En el primer caso tarda 15 días, y en el segundo 10. Los encargados hacen la salvedad de que estas pruebas no tienen validez legal.
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García comenta que en países como EE. UU. hay otras organizaciones, sobre todo privadas, que dan los resultados en el mismo día, pero el costo aumenta exponencialmente.
Si la idea es hacer un “proceso de identificación masiva” este requerirá de más tiempo debido a que se hacen diversas comparaciones y procesar volúmenes grandes de muestra para lo cual se requiere no solo de equipo básico, sino también de softwares especializados, algo en lo que coinciden García e Higueros.
A lo anterior se suma que Guatemala tendría que destinar un presupuesto elevado para costear estas pruebas, como lo confirmó Degenhart el pasado miércoles cuando afirmó que “Estados Unidos no se hace ni se va a hacer responsable” de ello.
Q3 mil a Q4 mil 600 puede llegar a costar en una clínica privada una prueba de ADN.
Preocupa separación de familias
Miriam Roquel, procuradora adjunta de Derechos Humanos, señala que previo a que el Estado de Guatemala haga las pruebas de ADN a los menores de cualquier nacionalidad, debe atender lo acordado en las convenciones internacionales sobre la Protección de Trabajadores Migrantes y sus Familiares y sobre los Derechos de los Niños.
“No porque Estados Unidos lo dice yo lo voy a aplicar, antes hay que hacer un estudio o análisis de las políticas migratorias que puede utilizar el estado de Guatemala. Eso es lo fundamental, ver los mecanismos para proteger a los niños”, enfatizó, al tiempo que considera que está demás el someter a las pruebas de perfil genético a los migrantes hondureños y salvadoreños si al llegar a la frontera guatemalteca presentan la documentación que comprueba que viajan con sus hijos.
Otra de las preocupaciones, menciona la subprocuradora, es que la medida derive en la separación de las familias lo cual es uno de los derechos fundamentales de los seres humanos.
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