Miembros de Protección Civil de Matamoros, en el fronterizo estado mexicano de Tamaulipas, rescataron el martes 18 de agosto el cuerpo de Castro de la Parra de las aguas del Bravo por, señalaron.
La de Castro de la Parra es la primera muerte de un migrante en lo que va del año en Matamoros, fronterizo con Brownsville (Texas, EE. UU.), donde funciona una corte que lleva los procesos de asilo de solicitantes que en su mayoría esperan el resultado en México.
El cadáver fue hallado en un lugar cercano al campamento que habitan unos 1 mil 500 migrantes y ha sido su esposa con sus dos hijas y otros familiares lo que acudieron a reconocerlo, indicaron las autoridades.
Aparentemente, Castro de la Parra y otros migrantes se metieron al río para cruzar a Estados Unidos, pero no logró llegar, aunque la familia aseguró que aparentemente pudo haber sido empujado al agua y él no sabía nadar.
“Él estaba observando cómo cruzaban las personas y de repente como que alguien lo empujó o algo así y se cayó al río y él no sabía nadar”, comentaron.
Rodrigo era una persona realmente trabajadora, que siempre trató de hacer las cosas bien “y procuró esperar los tiempos que marcaban las autoridades para irse a Estados Unidos”, dijo la presidenta de la Asociación Ayudándoles a Triunfar, Gladis Edith Cañas Aguilar.
Los familiares de Rodrigo contactaron a funcionarios de su consulado para solicitar apoyo para repatriar las restos e incluso buscan la manera de viajar hacia la ciudad de Guatemala para estar presentes en el funeral.
Solicitudes de asilo
El aplazamiento de parte de Estados Unidos para revisar las solicitudes de asilo ha originado que surja la desesperación y que se retome la idea de llegar a ese país cruzando a nado por el río Bravo.
“La gente no nos hace caso, ya no presta atención a los consejos que damos. Esto es producto de la desesperación, el tiempo se les ha alargado, las cortes están suspendido por tiempo indefinido eso hace que la gente se desespera y quiera cruzar el río”, declaró la activista.
La comunidad migrante en Matamoros que ha esperado por más de un año el asilo por parte de Estados Unidos, se encuentran consternada por una nueva tragedia.
“Sucedió por negligencia del sistema de gobierno que está mal impuesto, porque están bajo la vanidad y el engaño”, declaró Ruben Sosa Pérez, de origen cubano y que vive en el campamento. EFE