Desde hace años el poblado de Indiantown, ubicado en el condado de Martín, Florida, ha sido habitado por muchos migrantes guatemaltecos, se calcula que el 60% de las familias de allí son hispanas, una gran cantidad de Guatemala, especialmente de Huehuetenango y San Marcos.
La solidaridad ha sido un común denominador de los guatemaltecos en esta pequeña ciudad del estado de Florida, y ahora con la llegada del covid-19 ha brillado más que nunca, sobre todo porque muchos migrantes que carecen de un estatus migratorio regular han resultado infectados y no tienen posibilidades de recibir ayuda estatal. Pero también con aquellas familias que han sufrido la muerte de un ser querido puesto que deben costear elevados montos por los funerales.
La comunidad de guatemaltecos en este lugar fue una de las más afectadas por la pandemia puesto que las actividades comerciales no se cerraron por completo, a diferencia de otros estados de la Unión Americana. Además, los connacionales se dedican en buena medida a la agricultura y a otros oficios que fueron calificados como “esenciales” en esta pandemia por el Gobierno de EE. UU.
Al exponerse más al virus muchos se infectaron y contagiaron a quienes vivían con ellos puesto que las condiciones de hacinamiento favorecieron la transmisión. Como es una constante con los connacionales en EE. UU. en Florida los guatemaltecos prefieren vivir en grupos de hasta 15 personas en una casa para ahorrarse algo en el pago de la renta.
El costo mensual por el alquiler de una casa en Indiantown podría alcanzar los US$1 mil 600 —unos Q12 mil 300—.
Se calcula que a la fecha unos 900 migrantes de licalidad de poco más de siete mil habitantes han resultado infectados, y aunque los contagios habían comenzado a bajar, con la apertura de las escuelas volvieron a incrementarse.
Por si eso fuera poco, en Florida cada vez son más las personas que se resisten a utilizar mascarilla y subestiman los efectos del virus.
Ayudan al prójimo
Janet Hernández es concejal de la recién creada Municipalidad de Indiantown, puesto que apenas en 2017 fue reconocida como ciudad y recibió el estatus como tal. Nació en EE. UU. pero sus padres son de Guatemala. Su papá de Cuilco Huehuetenango y su mamá de Tacaná San Marcos, razón por la cual dice “me siento muy guatemalteca”.
Hernández cuenta que los connacionales pertenecen a varios municipios de Guatemala, pero sobre todo —aparte de los lugares de origen de sus padres— de Aguacatán, San Miguel Acatán y San Pedro Soloma, Huehuetenango.
Respecto a la pandemia y cómo las familias guatemaltecas han tenido que lidiar con esta, Hernández cuenta que “ha sido muy difícil porque mucha gente tiene miedo de ir al hospital por su estatus migratorio”, por lo cual “muchas personas decidieron curarse en casa con remedios caseros porque el miedo de ser reportados a ICE (Inmigración y Control de Aduanas, en inglés) es muy grande.
Los primeros problemas que enfrentaron los guatemaltecos fue que hacerse las pruebas no fue tan sencillo puesto que tienen un costo que a algunos les es difícil pagar, sobre todo a los que no tienen sus papeles migratorios en orden y que suelen ganar menos por los mismos trabajos que hace el resto, pero que sí cuentan con un estatus migratorio legal.
De esa cuenta, cuando la comunidad se enteraba de algún caso positivo y de la cuarentena obligatoria que los afectados debían hacer se organizaban para comprarles alimentos e írselos a dejar a la puerta de su casa.
También hay organizaciones que se han encargado de pagarles las cuentas a aquellos que se han quedado sin ingresos, ya sea porque perdieron el empleo o porque no ganan lo suficiente para enfrentar esta enfermedad.
“Esta forma de organizarse es propia de toda la comunidad migrante hispana porque todos nos conocemos y todos nos ayudamos, y pues eso es lo que me hacer sentir orgullosa de ser de donde soy”, narra Hernández.
Fallecidos
La ayuda es voluntaria, sin embargo, todos colaboran.
La pandemia ha dejado a muchos hogares enlutados. El covid-19 se ha ensañado en contra de la población mayor y han fallecido guatemaltecos que a finales de los 80 y principios de los 90 fueron los primeros en llegar a Indiantown.
El Ministerio de Relaciones Exteriores (Minex) reportó recientemente que durante la pandemia han muerto 22 personas por covid-19 en el estado de Florida.
Cuando alguien fallece, cuenta Hernández, la comunidad se organiza y cada uno da cierta cantidad de dinero y se le entrega a la familia.
Una de las comunidades que más muertos ha lamentado es la conformada por guatemaltecos de San Miguel Acatán ya que seis personas han fallecido, esto no ha dejado de causar inconvenientes en lo económico puesto que es una gran cantidad de dinero la que debían juntar y primero lo hicieron para tres funerales y meses después lograron juntar para los otros tres.
“Regularmente hay uno o dos funerales en un año, pero no seis y menos en tres meses”, afirma Hernández, quien cuenta que un sepelio puede llegar a costar de US$12 mil a US$15 mil, y algunos incluso hasta US$20 mil.
“Lo peor de la pandemia es ver a todas estas personas que han fallecido, porque muchos pensaban que esto no les iba a afectar y cuando empezaron a ver que personas cercanas y familiares de ellos fallecieron entonces la comunidad tomó esto más en serio”, subraya Hernández.
Indiantown es una pequeña ciudad muy conocida porque ahí viven muchos guatemaltecos, en sus calles es común ver muchas expresiones culturales de Guatemala; por ejemplo, se pueden ver a muchas personas que visten con orgullo sus trajes típicos regionales.
En el listado de jóvenes que se graduaron este año del bachillerato abundan los apellidos hispanos y los característicos de Huehuetenango: Alonzo, Tomás, Pedro y Pascual, entre otros.
“Hay muchos negocios. Uno de los restaurantes más famosos donde muchos acostumbran a ir a comer es de un muchacho de Malacatán, San Marcos”, cuenta Hernández.
Según estimaciones del Minex en todo el estado de Florida viven unos 145 mil guatemaltecos. Aparte de Martín, a donde pertenece Indiantown, una buena cantidad de connacionales radica en Lake Worth y en West Palm Beach.