El estado mexicano de Tamaulipas colindante con el sureste de EE. UU. es trágicamente recordado por la masacre de 72 migrantes, 58 hombres y 14 mujeres, ocurrida en agosto del 2010 a manos de los Zetas.
Hoy en día el crimen organizado continúa aprovechándose de los indocumentados que buscan ingresar al vecino del norte, según confirman organizaciones humanitarias y la Cancillería de Guatemala a través de los consulados en McAllen y Del Río, en Texas.
Desde pagar una gran cantidad de dólares por solo cruzar el Río Bravo, hasta secuestros, pasando por extorsiones, los migrantes se han convertido en la “mina de oro” de los grupos de delincuentes que los acechan cuando llegan a las fronterizas ciudades mexicanas de Reynosa y Matamoros.
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Padecimientos
La organización Angry Tías & Abuelas que trabaja desde hace más de un año en las zonas fronterizas de Matamoros y Reynosa y provee asistencia humanitaria y asesoría legal y para movilizarse dentro de EE. UU. a los migrantes que buscan asilo, confirmó que el Río Bravo “está bajo control de varios carteles del narcotráfico” y cruzarlo pone a los indocumentados en un enorme riesgo.
“Ellos son los dueños del río y nadie lo puede cruzar sin pagar una gran cantidad a los narcotraficantes, y si lo pagan pueden morir ahogados”, expuso Jennifer Harbury, una de las principales activistas del grupo.
La organización, que escogió las palabras en español “tías” y “abuelas” como una forma de protestar contra las políticas antimigratorias del gobierno, precisó que la actual coyuntura migratoria en la frontera sureste de EE. UU. “es imposible, una desgracia y es fatal”.
Harbury explicó que los grupos criminales en Tamaulipas extorsionan a los migrantes cuando los identifican, o los secuestran para pedir grandes cantidades de dinero a sus familias en Estados Unidos para liberarlos y permitirles cruzar el río. Estas suman van desde US$300 hasta US$10 mil.
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La activista indicó que “lamentablemente” historias como la del padre e hijo salvadoreños ahogados en el Río Bravo hace unos días, ocurren todos los días, y como ejemplo de la crueldad con que operan los criminales, contó cómo una mujer vio morir ahogado uno de sus hijos cuando los criminales los cruzaban en una balsa inflable.
La mujer viajaba con tres de niños, y al respecto Harbury cuenta lo que la madre le relató: “Iban cruzando el río y su hijo de 2 años cayó al agua, y ella gritaba ‘¡paren, paren! ¡Se cayó mi hijo!’ Y el hombre le respondió, ‘aquí nunca paramos’. La balsa siguió y la madre vio cómo su niño luchaba por sobrevivir hasta que al fin se hundió y se ahogó”.
“Es tremendamente horrible lo que les pasa a los migrantes a manos de los carteles”, subraya Harbury.
Quédate en México sería “fatal”
La activista no esconde sus temores de que se implemente en esas ciudades estadounidenses el plan Quédate en México, mediante el cual los solicitantes de asilo son retornados a este país en lo que se procesan sus solicitudes, lo cual será “terrible”.
“Va a ser fatal porque en Tamaulipas los migrantes son un blanco favorito de las maras. Un migrante no puede caminar en la calle sin ser asaltado, acosado, secuestrado o violado, todo el tiempo tienen que permanecer en albergues”, expuso Harbury.
Añadió que a las penas a causa de la violencia de los solicitantes de asilo se suma que, aparentemente, los propios miembros del Instituto de Migración de México (INM) cobran cierta tarifa para adelantar turnos a los migrantes que se presentarán a las autoridades estadounidenses. Prensa Libre envió un correo electrónico a la delegación de esa institución en Tamaulipas, pero al cierre de esta nota no había respondido.
A consecuencia de esta práctica las personas comienzan a desesperarse en los albergues debido a que varios tienen meses de esperar a su entrevista. “La situación de los migrantes ya es fatal, y si implementan Quédate en México ¡Ni lo quiero imaginar!”, enfatizó Harbury.
Consulados confirman situación
La Cancillería guatemalteca confirmó que los consulados en McAllen y Del Río atienden casos en los que los guatemaltecos han sufrido estos abusos. La ruta la toman muchos migrantes debido a que es más corta que llegar hasta Ciudad Juárez-El Paso, por ejemplo, o hasta Tijuana-San Diego.
La portavoz, Marta Larra, expuso que “la clandestinidad con la que los migrantes viajan a EE. UU. los hace más vulnerable, no solo al clima y a condiciones geográficas, sino también al crimen organizado”.
Agregó que, estando en detención, varios migrantes han contado a los cónsules que sufren robos y secuestros “exprés”, es decir que los detienen los meten en una bodega y llaman a los familiares para que paguen cierta cantidad de dinero a cambio de liberar a sus seres queridos.
Se solicitó un comentario a la Embajada de EE. UU. en Guatemala para saber si Quédate en México se implementará también en las ciudades del sureste del país, pero al cierre de la nota no habían respondido.
En México también se han dado casos de retenciones o secuestros que han sido atendidos por los consulados en Acayucán y San Luis Potosí.
A propósito de los riesgos en este país, a inicios de esta semana ocurrió un dramático caso cuando un niño guatemalteco de 10 años fue localizado herido abrazando al cadáver de su padre quien pereció cuando fue degollado, supuestamente a manos de integrantes de los Zetas.
Secuestrados por el mismo INM
En marzo pasado, medios mexicanos difundieron relatos de migrantes centroamericanos quienes aseguraron que durante su estancia en Reynosa habían sido secuestrados por los propios funcionarios del INM) y a cambio de liberarlos exigían US$3 mil 500.
Vice News y Telemundo son los medios que dieron a conocer las denuncias.
El sitio web InSight Crime publicó que los funcionarios de Migración mexicanos también han sido acusados de detener los autobuses que ingresan a Reynosa para exigir que los migrantes les entreguen el código que les hayan dado los llamados coyotes, o de lo contrario no les permiten continuar su viaje.
Al respecto, el presidente Andrés Manuel López Obrador expuso que se investigarían todas las denuncias, así como la corrupción de los agentes de aduanas y migración.
“El gobierno está lleno de prácticas corruptas; ha sido así durante mucho tiempo. Pero lo estamos limpiando, acabaremos con la corrupción”, dijo López Obrador en una conferencia de prensa, ofrecida un día después de que se revelaran los primeros testimonios.
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