Este es el caso de Geovanni Ramírez, un hondureño de 34 años, que viaja hacia EE. UU. junto a su esposa Marilú García, 27, y su hija de 3 años, que asegura que no están migrando sino huyendo de la violencia de su país.
Ellos salieron de Santa Rosa de Copán, pues mencionan que no hay trabajo en ese lugar.
“Habemos muchas personas aquí que estamos viviendo bajo un puente en nuestro país y el Gobierno no hace nada por nosotros. Tenemos hijos, tenemos muchas muy cosas difíciles en nuestro país”, dijo Ramírez.
Explicó que ellos no pretenden quedarse en Guatemala, y no entiende por qué las autoridades guatemaltecas golpearon a los migrantes, pues solo desean llegar a Estados Unidos y huir de lo que están viviendo en Honduras.
Ramírez agregó que en Honduras no hay seguridad, ni salud ni educación.
Las pandillas
El migrante dijo que si gana 500 lempiras mensuales (unos Q161.50), deben entregar un porcentaje a las maras para poder estar tranquilos y sin miedo a que en las noches los vayan a sacar de sus viviendas.
Dijo que ya no pueden estar así en su país, y que si las cosas estuvieran bien en Honduras, no arriesgaría a su familia en este viaje. Añadió que lo único que buscan es algo mejor para su hija y su esposa.
“Buscamos que nuestra hija pueda crecer sin miedo y que uno no tenga el temor de que cuando cumpla 12 años te la vayan a reclutar para una pandilla. O dejas que entre a la pandilla o te la quitan o la matan”, comentó Ramírez.
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“O nos venimos o las maras me la matan”, aseguró el migrante.
Refirió que es la primera vez que viajan en una caravana migrante y lo hicieron porque luego del paso de las tormentas Iota y Eta quedaron damnificados y el Gobierno nunca los apoyó.
“Nosotros no podemos regresar a nuestro país, porque no tenemos nada allá. ¿A qué vamos a regresar?”, se preguntó Ramírez.
Pedimos que nos dejen pasar
Ramírez y su esposa pidieron a las autoridades guatemaltecas que los dejen pasar. Que es lo único que quieren para poder llegar a Estados Unidos. “Por favor, ustedes miembros de las fuerzas de seguridad también tienen hijos y vean que los nuestros tienen hambre y frío. Mi hija me pide comida y…. “, rompió en llanto.
La familia Ramírez García aseguró que tienen miedo de viajar así en búsqueda de mejores oportunidades, pero no les queda de otra.
“Como padre es difícil -rompe a llorar- que tu hija te pida comida y no tengás que darle, pero creemos en Dios y confiamos en Dios de que vamos a salir adelante”, mencionó Ramírez.
Dijo que personas de buen corazón les ayudan con comida y agua, pero no es fácil caminar tanto y dormir a la intemperie para buscar algo mejor en sus vidas.