?Señor presidente, honorable pleno: con todo respeto quiero indicarles que conforme el artículo 30 de la Constitución de la República no puedo contestar dicha pregunta?, fue la respuesta reiterada del funcionario durante las 10 horas que duró su interrogatorio, para evadir temas relacionados con algunos gastos y la estructura piramidal de las fuerzas armadas.
El artículo en mención se refiere al secreto militar por cuestiones de seguridad interna.
La actitud de Morán provocó el enojo de los interpelantes, Nineth Montenegro y Jorge Balsells, quienes consideraron que los datos pedidos al ministro eran públicos porque se relacionaban con gastos y no acciones militares que podrían representar algún peligro.
La interpelación de 88 preguntas básicas incluía 14 relacionadas con el Instituto de Previsión Militar. Morán se negó a informar, y aseguró que de acuerdo con la Ley Constitutiva del Ejército, el ministerio a su cargo ?no tiene ninguna injerencia? en esta institución.
Algunas cosas
No todo fue pérdida para la ANN en su intento por conocer el manejo del presupuesto militar.
Aunque a medias, de forma poco clara y con la defensa oficiosa del Frente Republicano Guatemalteco, el ministro proporcionó algunos rubros de gastos.
Por ejemplo, que este año Defensa asignó Q78.2 millones para alimentos de toda la institución y que cada cadete gasta mensualmente Q4,576.
Los alumnos del Adolfo V. Hall representan un gasto mensual de Q325.79 cada uno.
Morán también reconoció que el 100 por ciento del presupuesto militar es para funcionamiento, porque el Ejército no hace ninguna inversión.
No obstante, señaló que la rentabilidad social militar radica en la seguridad que presta la institución y el apoyo que brinda en casos de desastres.
Diferencias salariales
Aunque el ministro se negó a informar del número de efectivos del Ejército, accedió a revelar los salarios de la alta oficialía y las tropas, y dejó ver la diferencia enorme de salarios existentes en el Ejército.
Un general de división devenga Q17,500 mensuales; los generales de brigada, coroneles, tenientes y capitanes, entre Q11,400 y Q6,500.
La oficialía absorberá este año Q29.2 millones, entre salarios y bonos.
A los empleados administrativos se les paga entre Q1,560 y Q10 mil mensuales, y a los soldados de segunda y sargentos primeros, entre Q900 y Q1,400 mensuales.
Sin voto de desconfianza
Pese a que las respuestas proporcionadas por Morán no convencieron a los interpelantes, se abstuvieron de pedir el voto de desconfianza en su contra.
?No vale la pena solicitar un voto de desconfianza para una persona que recién se estrena en el puesto, y que posiblemente no continúe?, resaltó la diputada Montenegro.
Además, hizo ver que el encargado de la cartera militar no estaba preparado para responder las preguntas que se le formularon, ya que durante el tiempo que duró el interrogatorio se auxilió de sus asesores.
Sin embargo, la ANN concluyó que con la interpelación al militar se demostró que continúan los privilegios en las fuerzas armadas, y que evidenció la ?supremacía del Ejército en temas que no son de su competencia?.
Sin palabras propias
La interpelación del ministro de la Defensa, Robin Macloni Morán, se extendió 10 horas debido a que el funcionario no contestó una sola pregunta sin antes consultar durante largo tiempo a sus asesores.
Hasta las preguntas básicas más sencillas, a las que sólo debía decir sí o no, Morán esperaba a que sus acompañantes redactaran a mano lo que debía decir.
Hubo ocasiones en las que el pleno se paralizó hasta por 35 minutos a la espera de las respuestas del ministro, y en algunos casos, sólo fue para decir ?no tengo información al respecto?.
Por lo menos, en la mitad de las preguntas efectuadas, Morán dio respuestas incompletas, por lo que deberá enviar documentación complementaria.
No obstante, la fecha fijada por la Presidencia del Congreso para cumplir este requerimiento fue el 20 de diciembre, un plazo considerado por los interpelantes como ?demasiado largo?.
Al ministro se le vio nervioso durante toda la actividad, y sus dos camarógrafos y fotógrafos se encargaron de grabar a cuanta persona intervino y comentó de su presencia en el Congreso.