La evaluación destaca que el país eroga Q90 millones 168 mil, para contener la violencia, un 8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Guatemala se encuentra superior a Colombia, México, Venezuela y el Salvador, quienes ocupan las últimas cuatro casillas.
La puntuación se mide de 1 a 5, lo que significa que si la calificación es alta el país no cumple con medidas para reducir la violencia. Guatemala tiene una nota de 2.21, mientras que Chile —el mejor calificado— tiene 1.56 puntos.
Sin avances
Respecto de la evaluación anterior, el país mejoró 0.014 puntos, y en su posición en el ranking retrocedió 3 casillas, acercándose cada vez más a las últimas posiciones.
La tabla anterior nos ilustra que los mayores retos que presenta el país se concentran en 5 de los 22 indicadores, los cuales tienen relación directa con la percepción de criminalidad, la tasa de homicidios y de actos violentos, el acceso a armas de bajo calibre y la probabilidad de demostraciones públicas de violencia.
Básicamente Guatemala no ha mejorado su evaluación a lo largo del tiempo. En 3 de los 22 indicadores tiene la calificación máxima (5) y en dos tiene 4.
Los pendientes
El informe recomienda atender la percepción de inseguridad de las personas, el acceso a espacios públicos para la convivencia pacífica, la confianza en las figuras de autoridad que recorren las calles, la certeza de castigo y el alumbrado en las calles.
“Sin seguridad no puede existir prosperidad. Las personas deben sentirse seguras en cualquier lugar y bajo cualquier contexto, es un deber primordial del Estado de Guatemala garantizar la seguridad de su población dentro del territorio” afirma el informe.
