?Será la primera festividad que disfrutaremos en paz y armonía en nuestra vivienda propia, aquí en la colonia 29 de Diciembre?, expresó Tiburcio Sarceño, ex combatiente de la guerrilla, y alcalde auxiliar de esta comunidad desmovilizada ubicada en Zaragoza, Chimaltenango.
La fundación Guillermo Toriello, el Fondo de Inversión Social y Cooperación Española proporcionaron fondos para que este centenar de familias tenga vivienda y acceso a una nueva vida, contó Sarceño. La colonia fue inaugurada el pasado 29 de diciembre.
Sin tierras ni empleo
Después de vivir tanto tiempo en medio de la selva, es una bendición tener casa, pero de todas maneras necesitan tierra para cultivar y empleo para educar a sus hijos, argumentó Byron Leiva, quien a sus 21 años combatió siete en Ixcán, Quiché, y hoy trabaja como piloto.
?Nos urge una escuela en la comunidad, los niños tienen que viajar hasta Chimaltenango y no siempre contamos con el costo del pasaje?, explicó Carolina Santiago, madre de dos niños.
Por las calles de la colonia 29 de Diciembre los niños corretean y se divierten en los juegos infantiles instalados; sin embargo, los que nacieron antes de que la guerra terminara todavía no pueden olvidar los horrores del conflicto.
Relato de niños
?Recuerdo que no teníamos un lugar fijo para vivir. Durante un tiempo estuvimos en México, casi no veía a mi papá y sentía mucha pena de que algo pudiera pasarle en la montaña?, relató Oralia, de 15 años de edad.
El silencio y la timidez de Mario, de 11 años, quien apenas ha cursado el 5o. grado de primaria, quizá se deba al observar a su padre, agricultor, quien perdió un brazo durante un enfrentamiento.
Anita, de 9 años, dice que quiere ser maestra y ayudar a su mamá, porque su papá murió en la montaña.
Camino difícil
Para los ex insurgentes reintegrarse a la sociedad no es fácil, sobre todo para los que fueron heridos en combate y ahora están discapacitados.
?Trabajo como sastre aquí en Chimaltenango, pero no me alcanza el dinero para mantener a mi familia, tengo dos hijos. Además, se me hace difícil movilizarme de mi casa al trabajo, porque los choferes de los autobuses no aceptan inválidos en silla de ruedas?, indicó Joaquín Tunar, de 30 años, quien fue lesionado de bala en Ixcán.
?Me inserté en las filas de la guerrilla a los 14 años, hoy tengo, 32, soy analfabeta y tengo dos niños. Es difícil encontrar un empleo?, narró Francisca Inés Balán.
Testimonio: “Yo fui correo de la guerrilla”
Rosa Martín, de 23 años, quien juega fútbol con su hijo y los demás niños de la colonia 29 de Diciembre, narró que durante cinco años combatió en Huehuetenango en las filas del Ejército Guerrillero de los Pobres, EGP.
?Nos encontrábamos en las montañas de los Cuchumatanes, y para comunicarnos con nuestras familias y otros grupos yo me prestaba como correo?, relató Rosa.
Agregó que fueron años difíciles porque vivían en incertidumbre. ?No sabía si en algún momento me iban a descubrir?, citó.
No obstante, a pesar del riesgo contó que no tenía miedo y abrigaba la esperanza de que algún día su futuro no sería tan incierto.
Hoy día es madre de un niño de 3 años y busca una oportunidad de trabajo para garantizar el futuro de su retoño.
Las aproximadamente 400 personas que viven en dicha colonia esperan celebrar la Navidad en familia, como lo hicieron hace muchos años, expresó Magdalena Sarceño.
Los habitantes de esta colonia de ex guerrilleros dicen que deben luchar duro.