Guatemala

Plaga daña conocimiento

Escena de la vida real: un catedrático universitario presentó en el aula, a sus estudiantes, un trabajo de uno de ellos cuyo contenido, según descubrió, había sido copiado y pegado, con mínimas modificaciones, de un sitio de internet.

EXISTEN en internet sitios repositorios  de información, que son a menudo  usados para copiar.

EXISTEN en internet sitios repositorios de información, que son a menudo usados para copiar.

El estudiante infractor no tardó en defenderse, y aseguró que el texto, referente a los trastornos alimenticios de anorexia y bulimia, era de su autoría. “En efecto, hay párrafos que usted redactó, pero el 90 por ciento viene de un sitio web, que usted no citó”, increpó el docente, quien cuenta con varias herramientas digitales para identificar textos similares en la red: desde el buscador Google hasta programas que señalan correlaciones de palabras u oraciones “demasiado parecidas”.

El estudiante perdió esa nota, pero bajo la advertencia de que si repetía tal acción, sería puesto a disposición de las autoridades académicas de la universidad.

Reproducir total o parcialmente un documento sin hacer la cita respectiva es considerado plagio o copia ilegal en todas las universidades, por lo que cada casa de estudios lo norma y lo sanciona de acuerdo con su reglamentación interna.

Las instituciones consultadas coinciden en penalizar esas prácticas, no solo porque empobrecen la misión académica, sino porque ponen en tela de juicio la ética y la moral de la persona que incurre en ellas.

Las sanciones pueden ir desde amonestación verbal o escrita hasta expulsión definitiva.

Prohibido

La Universidad de San Carlos de Guatemala cuenta con 36 unidades académicas, y cada una tiene sus propias normas, basadas en el Reglamento General de Evaluación y Promoción del Estudiante.

Por ejemplo, el normativo para la elaboración de tesis de licenciatura en Ciencias Jurídicas y Sociales y del examen general público de esa casa de estudios hace mención del plagio en el capítulo tercero, artículo 17.

Ese apartado establece que “cuando el jefe de la Unidad de Tesis lo considere necesario, podrá solicitar a cualquiera de las unidades de Tesis o su equivalente en las Facultades de Ciencias Jurídicas y Sociales o de Derecho de las universidades privadas autorizadas que funcionan en el país, información sobre el contenido general o particular de una propuesta de investigación que se le presente para delimitar y comparar la semejanza o plagio total o parcial que pudiere existir”.

El jefe de la Unidad de Asesoría queda autorizado para “realizar las gestiones necesarias en las universidades privadas autorizadas que funcionan en el país, para celebrar en el futuro un convenio de intercambio de información”.

La reglamentación prohíbe autorizar un trabajo de investigación de tesis que haya sido desarrollado “total o parcialmente en cualquiera de las facultades de Ciencias Jurídicas y Sociales o de Derecho de las universidades privadas que funcionan en el país, queda prohibido el plagio total o parcial de otros trabajos de investigación preexistentes”.

El reglamento de convivencia de la Universidad Rafael Landívar, en el capítulo II, artículo 12, hace alusión a las faltas académicas, y en el numeral I, resalta “todas las modalidades de plagio o fraude y, en general, cualquier conducta contraria a la verdad y a la honradez encaminada a engañar al docente con intención de obtener un provecho académico o ajeno”.

La reglamentación de esa casa de estudios le da la potestad al director de cada carrera a que determine la sanción, que puede ir desde amonestación verbal o por escrito hasta el retiro de la materia, la suspensión temporal o definitiva del estudiante infractor.

Falta grave

En la Universidad del Istmo (Unis), el reglamento de evaluación y permanencia, en su artículo 46, especifica los criterios adoptados en caso de que un estudiante sea sorprendido con trabajo copiado.

Según la reglamentación de la Unis, la primera vez se sanciona al estudiante con pérdida del puntaje del trabajo; la segunda, el alumno reprueba la asignatura, y en la tercera oportunidad, se le cancela la matrícula y no puede volverse a inscribir en esa casa de estudios.

Las normas de esa universidad califican el fraude académico o su intento como “falta grave”.

El reglamento general de la Universidad Francisco Marroquín establece en el capítulo XV, numeral 4, que “cuando un alumno resulte involucrado en una acción fraudulenta, que puede incluir, entre otras, plagio de información o copia de cualquier trabajo o cualquier prueba de evaluación”, la facultad, escuela o departamento podrá aplicar sanciones, que van desde una carta de advertencia, un examen adicional, pérdida del curso con calificación cero, suspensión por un año y el retiro definitivo de la universidad.

El problema

Linda Paz, vicerrectora académica de la Unis, explica: El ser humano “está llamado al conocimiento de la verdad, y debemos tener un compromiso ético. A veces nos tenemos que apoyar en los gigantes, pero cuando expresamos ese conocimiento debemos decir de dónde viene”.

De hecho, el plagio no es exclusivo de Guatemala. El investigador español Pedro Morales Vallejo, de la Universidad Pontificia Comillas, España, y quien permaneció un par de años en Guatemala en labores académicas, señala que con la expansión de internet el problema del plagio ha crecido. Cita, en su libro Escribir para aprender (2011), que en España el 61.1% del estudiantado universitario afirma haber incorporado en sus trabajos fragmentos de páginas electrónicas como si fueran propios, al menos una vez.

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