Esa es la lectura que sostiene Alexander Sandoval, coordinador de la Red Latinoamericana de Derecho Forestal Ambiental (RELADEFA) y Ana María Palomo, integrante de la Mesa Nacional de Cambio Climático.
La reunión internacional dejó entre sus conclusiones la creación de un fondo de emergencia que será entregado a los países más vulnerables a los efectos del cambio climático, del que Guatemala históricamente ha sido protagonista.
Devastadoras tormentas que además de arrasar con cultivos y materia prima ha arrebatado la vida de guatemaltecos que se ven en la necesidad de vivir en zonas vulnerables. Dos ejemplos recientes que dejó el 2020 fueron las tormentas tropicales Eta e Iota, pero el margen de antecedentes es mayor.
Guatemala no tiene problemas en justificar ante las Naciones Unidas que es uno de los países que más necesita ese fondo de emergencia, pero recibir una cantidad económica no pone solución al problema, según los expertos.
Sobre todo porque en Guatemala ya existen normas que dan una guía clara de que poder hacer para combatir los efectos del cambio climático, pero su problema es que en el país no se aplican las normas y políticas ya existentes.
El decreto 7-2013 dio vida a la Ley Marco de Cambio Climático hace casi una década, pero contar con una norma que da alternativas a los problemas ambientales no ha impedido que el cambio climático siga pasando una costosa factura a Guatemala y por consecuencia a todos sus habitantes.
Tanto Sandoval como Palomo consideran que se necesitan acciones concretas que permitan ejecutar las leyes vigentes, y emitir algunas reformas para ir robustecimiento el engranaje legal que ya existe sobre medio ambiente.
Los grandes ausentes
Los resultados de las últimas reuniones de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático no han dejado los mejores resultados, al menos no han sido visibles para países como Guatemala, refiere Sandoval.
“Guatemala tiene tantos instrumentos nacionales que debe de poder seguir poniendo en práctica. Somos parte de la convenció marco de Naciones Unidas sobre el cambio climático y a eso obedecen tantas COP que llevamos, imagínese 27 COP y no hemos visto cambios sustanciales”, explicó.
En cuanto a cambio climático Guatemala a pesar de tener altos índices de contaminación en fuentes hídricas no es un protagonista en cuanto a la generación de gases de efecto invernadero, al contrario resulta ser una víctima de esas grandes potencias industrializadas que prefieren ignorar el tema o tan solo entregar recursos.
“Se habla de calentamiento global y cambio climático pero para mí eso es un discurso. Son los países desarrollados los que deben de implementar políticas que puedan cumplir, vemos como Estados Unidos, China, Rusia, India y Alemania, naciones altamente industrializadas son los que deben de aportar más y generar el cambio”, señaló el también docente universitario.
Guatemala más que ser un generador de gases de efecto invernadero pelea prácticamente el primer lugar entre los países más afectados por el cambio climático, por lo que no será un problema justificar que necesita de esos fondos de emergencias acordados tras la COP 27.
“Guatemala tiene que explicar la manera en que implementaría los fondos que está solicitando, necesitamos si o si esos fondos, pero también hay que analizar si es cooperación reembolsable o no reembolsable. Si es reembolsable hay que tomar conciencia y no solo por la deuda que adquieran nuestros nietos, tiene que ver la manera en que comunicamos para que todos tengamos conciencia sobre el medio ambiente y cambio climático”, refirió.
Mejoras a la legislación
Aunque Guatemala ya tiene desde 2013 una ley para combatir el cambio climático hace falta que otras instituciones evolucionen, por ejemplo la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (CONRED), refirió la Palomo.
La bióloga integrante de la Mesa Nacional de Cambio Climático señaló que la CONRED no puede prevenir por su actual marco jurídico, tan solo puede reaccionar después de la tragedia.
“Nosotros más que mitigar gases de efecto invernadero es adaptarnos, ya hay guías de reducción de vulnerabilidad, incluso el Gobierno pasado dejó impresas guías no sabemos si al menos las repartió, era información sobre sequias e inundaciones”, refirió.
Este año el Gobierno de Guatemala creo el Fondo Nacional del Cambio Climático, que según Palomo recibió Q50 millones pero hace falta que a este fondo se le aplique un mecanismo operativo, “hay un borrador que nunca ha sido discutido y eso nos permitiría abordar muchos problemas existentes. Se haría una convocatoria anual para que cada propietario de proyecto pueda hacer uso de ese fondo”.
Otra de las herramientas clave para combatir el cambio climático nacional, más que el ofrecimiento internacional de recursos que podría llevar años en ser concretado es el Sistema Guatemalteco de Ciencias del Cambio Climático que tiene cuatro grupos de trabajo; ciencias del clima, grupo de adaptación, grupo de mitigación y grupo de saberes ancestrales.
Incluso Palomo señaló que este último grupo, el de saberes ancestrales, es vital. “Esto nos puede servir para alertas tempranas; en los pueblos se observa como las aves hacen sus nidos, las posturas de los animales al colocar sus huevos y esto da índices de si el año será seco o húmedo, acá solo damos bases científicas a los conocimientos ancestrales”.
Sandoval y Palomo son claros en que muchos ofrecimientos internacional son de una aplicación tardía, por lo que sería necesario que cada país, en este caso Guatemala priorice su legislación y marco interno para tener de manera inmediata, y no depender de un factor externo, en el combate al cambio climático.