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El presidenciable conversó en el programa Sin Filtro Electoral, de Prensa Libre y Guatevisión, sobre varios temas coyunturales.
¿Qué se aprende de la primera vuelta electoral?
A pesar de que sabíamos que teníamos todas las probabilidades de pasar a segunda vuelta, nunca nos imaginamos que iba a ser tan intensa.
Bendito sea Dios contamos con muchos apoyos de todos lados. Hemos sumado ya un poco más de 200 alcaldes electos que nos están dando su apoyo.
En muchos departamentos ya se volvió una multipartidaria. Ha sido interesante tener contacto con gente que en la primera vuelta fuimos rivales y en la segunda vuelta estamos hablando el mismo idioma y poder aterrizar en las necesidades de Guatemala, hablar de una agenda legislativa que siempre se ha escuchado, pero no se concreta.
¿Ha sido demandante la campaña?
No puedo ocultar el rostro de cansancio. Estoy lleno de energía, pero como que el cuerpo ya va flaqueando. Tantos días y ha sido demasiado intenso, pero de las cosas positivas que esta campaña está dejando es el contacto con la gente, que antes ya se había perdido. La poca publicidad que se puede hacer obliga a estar más con la gente, ya no es una campaña de invasión aérea, sino de ejército de tierra.
¿Qué mensaje vio en el voto de castigo hacia el partido oficial y aliados?
No es que la gente que votó por el Humanista vaya a ser ahora giammatteista o que quien votó por Isaac Farchi ahora va a votar por Giammattei, yo no lo miro solo desde el punto de vista de los electores del partido de gobierno, que, dicho sea de paso, son el partido de gobierno que menos votos ha sacado históricamente.
Fue un mensaje contundente en contra de Jimmy Morales.
Es más que obvio, pero yo no puedo decirle a quién le van a dar el voto.
Los números indican que muchísima de la gente que se inclinó por otros candidatos en la primera vuelta ya se inclinaron con nosotros y lo vemos reflejado en encuestas que han salido o que son internas.
La calificadora de riesgo Moody’s dice que la primera vuelta evidenció que Guatemala no tiene un partido que sea una opción anticorrupción. ¿Qué responde a eso?
Yo no creo que eso sea verídico. Tal vez no hemos tenido mucha posibilidad de calar los mensajes en la población guatemalteca. Nosotros somos unos fieles defensores de que hay que combatir el sistema como está.
El problema no es meter a unos cuantos a la cárcel; ese es el efecto. El problema es que no se corrige la causa.
Nadie está corrigiendo el sistema, nos tenemos que enfocar en resolver los problemas de fondo. Los gobiernos tienen que ser más abiertos. Es urgente que tengamos más participación de la gente en la fiscalización social.
Pero no se trata solo de ver cuánto se ha gastado, sino que tenemos que irnos a la fiscalización de la calidad del gasto y del impacto de este gasto en cuanto a resolver los problemas de este país.
¿Cómo profundizamos en la transparencia?
Necesitamos un gobierno totalmente electrónico, totalmente abierto, que cualquiera pueda acceder en cualquier momento y no tener que hacer una solicitud de información, cuando esto debería ser un acceso directo, no condicionado.
Según la calificadora de riesgo, no hay un partido que tenga como eje la lucha contra la corrupción.
Nosotros nos enfocamos en tres temas: empleo, corrupción y violencia; han sido los temas de toda nuestra campaña.
Pero los generadores de opinión siguen sin percibir que eso sea una prioridad. ¿Dónde se está perdiendo el mensaje?
Para esta segunda vuelta hay Q300 mil que se pueden pautar en ciertos medios de comunicación por parte del Tribunal Supremo Electoral, que no le llega a la gente. No se pueden utilizar las redes como propaganda y todo el mensaje tiene que ser a través de entrevistas, que han sido muy pocas, a través de foros y debates, que en esta segunda vuelta han sido nulos.
No ha habido posibilidad de masificar la información y al no hacerlo pareciera como que le suena a todos más o menos lo mismo, pero no es lo mismo. Nosotros hemos dicho que Guatemala necesita entrarle a la generación de empleo. Eso va a llevar entre 18 y 24 meses, recuperar la confianza del país.
¿Con quién ha tenido acercamientos para la segunda vuelta?
Hemos tenido prácticamente con todo el mundo, de todos lados.
¿Con los partidos?
Hemos hablado con dirigentes partidarios, algunos ya se han pronunciado abiertamente a favor nuestro, otros estarán por hacerlo.
Pero sin la voz de ningún candidato.
Va a llegar a su tiempo, todo a su tiempo. En una campaña tan corta como esta, los cartuchos hay que saberlos gastar, sobre todo cuando hay tan pocos cartuchos.
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Se cuestiona a Alejandro Giammattei por no ser crítico del gobierno de Jimmy Morales.
Este gobierno ha sido tan mal gobierno que hasta criticarlo duele, porque no hay comparación. Ni siquiera han oído en estos cuatro años lo que se le ha ofrecido.
No tengo empacho en reconocer que el presidente Morales ha sido malo, pero, ¿qué gano yo pretendiendo ganar votos atacando al presidente, cuando él no representa en lo más mínimo ninguna acción en la que se va a beneficiar uno?
Prefiero irme por lo positivo. Hagamos propuestas, las que él debió haber hecho y no hizo.
¿Es igual con la contendiente de la UNE?
Yo no la ataco, yo solo digo que triplicaron la deuda externa del país cuando estaban en el gobierno.
¿Cuál será su relación con las municipalidades?
Debo ser el presidente de todos los guatemaltecos, de los que hayan votado por mí y de los que no votaron por mí, de los que hayan sido electos por cualquier partido. Guatemala necesita entrar a la etapa de descentralización del Estado.
¿Cuál es el problema que más agobia a los guatemaltecos?
En el área rural es el hambre. El cambio climático ha pegado muy fuerte, hay la necesidad de triplicar, por lo menos, los proyectos de riego en el país para compensar que estamos perdiendo la productividad. Los campesinos están desprotegidos.
El Fondo de Garantía para el Desarrollo Rural que proponemos lleva incorporado el seguro agrícola, que va enfocado al pequeño productor.
¿Dónde está la apuesta en el tema de la desnutrición?
La desnutrición es multicausal. La primera causa, quizá la más importante, es la falta de educación, la calidad educativa es pésima, la mujer tiene en promedio dos años de escolaridad y eso incide dramáticamente.
Además, estamos perdiendo por la deforestación buena parte de nuestra tierra fértil.
No hay políticas de desarrollo rural, con tecnificación de cultivos, manejo de la tierra. Debemos apostar a un manejo integral.
El otro enfoque es la alimentación escolar, ya no darle al padre de familia dinero por su hijo en la escuela, sino darle alimento al niño.
Vamos a ampliar el impacto del programa de los Mil Días y abrir guarderías para apoyar a las madres trabajadoras.
Hay que tratar la desnutrición de forma multicausal.
¿Cómo lograr que un sector que participa en la campaña no termine influenciando al presidente?
Yo sí tengo roscas, estas —se toca el estómago—.
Yo no sé qué le pasa a la gente, que trata de encasillar los resultados de antes y los gobiernos anteriores y creen que uno va a hacer lo mismo.
Yo llevo 12 años luchando por esto, yo no voy a perder un día de mi mandato en cometer los errores que he visto que han cometido los cuatro presidentes anteriores.
Uno necesita un presidente que tenga el poder de decisión en la Presidencia, pero que no es el rey del país, y hemos visto a algunos que se han creído reyes o reinas de país y otros que se dejaron mangonear.
Guatemala necesita un presidente que tenga carácter, que tenga equipo, que tenga un plan de gobierno, y el equipo no son solo los 14 ministros, es toda una estructura.
¿Qué opina de que Guatemala puede convertirse en un tercer país seguro?
Existe lo que se llama la Convención Internacional de Viena, allí se limita lo que es tercer país seguro como tal, lo que el Estado receptor tiene que ofrecerle a la gente. Guatemala no está en capacidad de hacerlo.
Si lo que se va a hacer es un acuerdo de tercer país seguro, en donde se utilice el marco conceptual de la Convención de Viena, no se puede, hay que darles educación, trabajo, salud. Si eso es lo que se está negociando no le conviene al país, pero no sabemos si va a tener ciertos privilegios que va a tener el Estado.
Solo hay tres caminos, una persona puede estar en un tercer país seguro para: uno, solicitar asilo en ese país. Dos, pedir refugio, y el tercero es que el que no acepte irse refugiado a otro país debe ser devuelto a otro país, a costillas del erario americano.
Lo que hemos tenido son pedacitos de información y no sabemos lo que el país gana.
Si llega a ganar la segunda vuelta y recibe una llamada de la Casa Blanca, ¿qué es negociable y qué no?
Si recibo la llamada, le prometo que soy el primero en llamarlo y decirle qué fue lo que se habló. No tengo ningún empacho en esconder las cosas.
Si a mí se me llega a proponer un acuerdo, voy a tener cinco meses para que el Congreso lo conozca, porque, por ser un tratado, necesita ser ratificado o rechazado por el Congreso. Según nuestros abogados, tiene que irse al Congreso.
¿Por qué cree que el Gobierno está culpando a la Corte de Constitucionalidad por las declaraciones de Donald Trump?
Porque creo que no leyeron la resolución de la CC. Si la CC no emitió un amparo para que se dejara sin efecto un hecho que no se ha consumado. La Corte no puede impedir algo, por lógica jurídica. Le dijo: presidente, si firma algo lo debe mandar al Congreso.
Si le pudiera dirigir un mensaje a Donald Trump, ¿qué le diría?
Señor presidente Donald Trump, Guatemala tiene problemas y usted está teniendo problemas a consecuencia de los problemas de Guatemala, ayúdeme a resolver los problemas de este país, el desarrollo, la inversión; que nos abra los mercados. Tenemos que entrar en una relación de aliados con los EE. UU.
¿Cuál es la posición de Alejandro Giammattei respecto de la CC?
Siempre, ante cualquier sentencia, va a haber una parte que no está de acuerdo. Yo veo una Corte que no ha sido coherente en sus fallos, y nos ha dañado la imagen de riesgo internacionalmente. Yo, como ciudadano, miro incoherencias.
¿Algún candidato presidencial sería parte de su gabinete?
Puede ser.
¿Thelma Cabrera o Manuel Villacorta?
Hay una cantidad de gente del MLP (Movimiento de Liberación de los Pueblos) que nos ha apoyado en el interior del país, estructuras completas. Es que tenemos que apostar a la productividad del país, las posturas ideológicas se tienen que quedar a un lado, debemos apostarle a sacar adelante a Guatemala; es un problema de hambre, es un problema de falta de oportunidades, son problemas de la corrupción que han carcomido las instituciones del Estado.
¿A qué reformas para transparentar el sistema le entraría?
La primera ley que tenemos que hacer de nuevo es la Ley Electoral y de Partidos Políticos, que se ha convertido en un Frankenstein. Yo estoy a favor de dividir los distritos electorales en subdistritos, para que haya una verdadera representación.
Una reforma constitucional no está en nuestro radar, pero no hemos echado a andar esta Constitución, y hay que hacerlo.
Hay muchas cosas que se pueden hacer contra la corrupción que no necesariamente tienen que pasar por el Congreso.
¿Cuál es su mensaje a la población?
Este 11 de agosto tenemos una oportunidad, de las pocas que nos van quedando para poder salir adelante. Depende que vayamos a votar alineando las necesidades del país con un programa de innovación y desarrollo. Este 11 de agosto tomamos la decisión de una Guatemala próspera o una Guatemala a la que no queremos regresar.
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