Diversas voces coinciden en que la elección de Vargas es una contradicción a los principios que motivaron la creación del Sica que nació con el fin de fomentar las democracias en los países.
El nuevo secretario es allegado del presidente Daniel Ortega, cuyo régimen en Nicaragua ha sido señalado de dictatorial por gobiernos y organismos internacionales, como la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Desde que Cerezo dejó la secretaría los ocho países que conforman el Sica se negaban a nombrar a los candidatos propuestos por Ortega. En ese ínterin se celebraron elecciones presidenciales en Nicaragua donde resultó reelecto Ortega, proceso que fue cuestionado por Guatemala y Costa Rica.
Pero los señalamientos quedaron atrás, al parecer, con el voto unánime de los jefes de Estado o sus representantes en la elección de pasado 11 de agosto. Guatemala, a través el Ministerio de Relaciones Exteriores (Minex), se congratuló por la elección y le auguró “mucho éxito” a Vargas.
Costa Rica negó que la nominación constituyera un espaldarazo al régimen Ortega-Murillo.
El Minex justificó la votación con que la secretaría es rotativa y a Nicaragua le correspondía ejercerla. Otros afirman que reactivar el organismo es urgente ya que hay US$153 millones de cooperación pendientes de ejecutar.
Mensajes
Sin embargo, voces disidentes consideran que se pudo haber buscado algún mecanismo para evitar que el enviado de Ortega llegara a presidir el organismo lo cual habría sido un mensaje contundente en contra de los abusos y violaciones a los derechos humanos que, afirman, se comenten a diario en Nicaragua.
El último episodio, una ola de persecución en contra de ciertos integrantes de la iglesia católica que se ha saldado con sacerdotes detenidos, órdenes religiosas expulsadas y medios de comunicación católicos clausurados a quienes se les acusa de “golpistas”.
Arturo McFields, hasta hace poco embajador de Nicaragua ante la OEA, dijo que la elección de Vargas representa 20 años de retraso de la integración centroamericana y que el organismo, con esa decisión, había muerto.
Similar opinión emitió el analista político nicaragüense, Enrique Sáenz, quien manifestó que ese tipo de decisiones mina la credibilidad de estos organismos que deben tutelar la aplicación correcta de sus principios, pero en lugar de eso las violentan.
“Si ni sus instrumentos constitutivos respetan ¿Qué credibilidad pueden tener otras decisiones de menor jerarquía?”, cuestionó.
El Protocolo de Tegucigalpa, uno de los instrumentos fundacionales del Sica, dice en su artículo 3 que la naturaleza del organismo es “la realización de la integración de Centroamérica, para constituirla como región de paz, libertad, democracia y desarrollo”.
Dentro de los propósitos que describe dicho artículo resalta el consolidar la democracia y fortalecer sus instituciones sobre la base de la existencia de gobiernos electos por sufragio universal, libre y secreto.
Luis Fernando Andrade, exembajador y exvicecanciller
Sáenz refiere que no puede considerarse legal ni legítimo a un régimen que violentó el pasado proceso electoral en Nicaragua en donde todos los que en su oportunidad fueron precandidatos de oposición terminaron y siguen en prisión.
El artículo 4 dice que “la tutela, respeto y promoción de los derechos humanos constituyen la base fundamental del Sica” y que la paz, democracia, desarrollo y libertad, “son un todo armónico e indivisible que orientará las actuaciones de los países miembros”.
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Desde el 2018, se agudizó una crisis política en Nicaragua que derivó en multitudinarias manifestaciones que fueron reprimidas por las fuerzas de seguridad y que dejaron alrededor de 350 muertos.
Con los mismos pasos
Sáenz señala que la elección del nuevo secretario general “es un fiel reflejo de la triste situación que está ocurriendo en Centroamérica”, con democracias cuestionadas y gobiernos señalados de corrupción, con lo cual “la institucionalidad regional sufre las consecuencias del deterioro institucional de los países”.
“Lo que vemos es una complicidad o pacto para taparse con la misma chamarra”, explica el analista político Renzo Rosal.
“Los gobiernos de Centroamérica avalan la designación de una persona que representa a un gobierno que viola día a día los principios democráticos que supuestamente el Sica debería defender”, cuestionó.
Rosal lamentó que el Sica “desde hace algún tiempo ha entrado en un proceso grave de deterioro” que lo ha hecho cada vez menos relevante y girar en torno a la defensa de los gobiernos de la región “haciéndoles el juego”.
Para Luis Fernando Andrade, exembajador y exvicecanciller, no hay razones para pensar que con la elección de Vargas habrá avances en la integración centroamericana y más bien, cree que la elección fue un “acuerdo para salvar la gestión administrativa” del organismo y una “negociación para que la secretaría general no se quedara acéfala” por más tiempo.
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Asimismo, lamentó que Guatemala no tenga una diplomacia integracionista más activa con Centroamérica, siendo su segundo socio comercial. En el pasado, remarcó Andrade, Guatemala ha sido el principal promotor de la integración. Pero las batallas internas, al igual que ocurre en otros países del istmo, han debilitado al Sica.
El gobierno de Otto Pérez Molina recibió fuertes señalamientos de corrupción mientras que el de Jimmy Morales se concentró en expulsar de Guatemala a la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, entonces “las relaciones internacionales han servido para apoyar esos objetivos”, declaro el exvicecanciller.
En esta lógica es que se prioriza visitar Ucrania cuando parece no haber ningún interés estratégico y que se nombran embajadores y diplomáticos que no llenan los requisitos para impulsar la inserción global del país, agregó.
Importancia de la integración
Los entrevistados coinciden en que al relegarse la integración centroamericana se deja pasar la oportunidad de ser más fuerte como región para negociar en cuestiones económicas y proponer soluciones regionales.
Históricamente, la integración ha sido muy esperada, pero nunca se ha concretado. Si fuera una realidad se podrían obtener beneficios en términos comerciales, burocráticos e incluso hacer compras conjuntas de medicamentos.
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“Los problemas tienen rostro regional, pero no hay planteamientos de solución y en temas como los desastres naturales, inseguridad y criminalidad hay cualquier cantidad de áreas temáticas por trabajar”, expuso Rosal.
“A nosotros nos ven como una región, porque lidiar con cinco o siete países es más complicado”, señaló Andrade.
Prensa Libre hizo una solicitud de comentarios a la secretaría general del Sica. Por teléfono se informó que la consulta debía dirigirse por medio de un correo electrónico que hasta el cierre de esta nota no había sido respondido.