El 17 de junio de 1954 comenzaron los sobrevuelos de aviones no identificados. La apacible y silenciosa capital se estremeció con algunas explosiones de bombas panfleteras. La destrucción no fue severa, pero el efecto psicológico sí.
Guatemala había protestado por la campaña de señalamientos de comunismo en la Organización de Estados Americanos, en su décima reunión, en Caracas, por medio del canciller Guillermo Toriello.
En efecto, el principal señalamiento contra la administración Árbenz fue la de dar cabida a comunistas en el Gobierno. El embajador estadounidense John E. Peurifoy, dijo que aunque el presidente no era comunista, facilitaba demasiado las cosas a quienes sí lo eran.
Años después, mediante documentos desclasificados del Gobierno de EE. UU. se comprobó que el derrocamiento del régimen fue el objetivo de la denominada Operación PBS-Success, autorizada por el presidente Dwight Eisenhower y ejecutada a través de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, en inglés), que ya había intentado dar un golpe en 1952, sin éxito.
La causa
La política expropiatoria impulsada por el gobierno arbencista a través del decreto 900 golpeó a la United Fruit Company (Ufco), que tenía el monopolio del ferrocarril y enormes extensiones de tierra ociosa.
Esa compañía reclamaba un pago mayor que el ofrecido por el Gobierno por las tierras. Sin embargo, la base para tal oferta era el valor declarado.
John Foster Dulles, prominente abogado estadounidense, había trabajado muy de cerca con la Ufco, por lo cual promovió, junto con su hermano Allen Dulles —por entonces director de la CIA—, la campaña de desgaste y eventual derrocamiento de Árbenz.
El 18 de junio se reporta el ingreso desde territorio hondureño del llamado Ejército de Liberación Nacional, bajo el comando de Castillo Armas.
Por otra parte, el Gobierno implementó medidas de seguridad que llevaron al encierro de opositores, muchos de los cuales denunciaron posteriormente haber sufrido torturas.
El papel de la Iglesia Católica también fue determinante, pues el arzobispo Mariano Rosell y Arellano emitió duras críticas que señalaban la infiltración “comunista” en el Gobierno, lo cual pesó mucho en la mentalidad de la población.
Con la idea de evitar que se perdieran los logros de la Revolución, Árbenz renunció y dejó el poder en el coronel Carlos Enrique Díaz, quien sería sustituido por un triunvirato. Ya para el 1 de julio, Castillo Armas asumía la Presidencia. La contrarrevolución estaba consumada.
Jacobo Árbenz G.
Gobernó tres años
Hijo de un migrante suizo y una guatemalteca, nació en 1913, y tuvo una brillante carrera militar. Participó en la Revolución de 1944 y formó parte del Triunvirato. En las elecciones de 1950 fue electo presidente. Renunció en 1954 debido a la agresión armada. Murió en el exilio en 1971.
Guillermo Toriello
Canciller de la dignidad
Abogado, nacido en 1911, fue diplomático y canciller durante la década revolucionaria. En 1954 defendió el derecho de Guatemala a su autodeterminación. En la conferencia de la OEA en marzo de 1954 denunció la intervención de EE. UU. Murió en La Habana, Cuba, en 1997.
José Manuel Fortuny
Dirigente del partido comunista que en la campaña de 1950 se hizo amigo de Árbenz, a quien le escribió varios discursos. Se le veía con frecuencia en el palacio de Gobierno y se hablaba de su fuerte influencia sobre el presidente. Redactó la renuncia, que leyó el presidente el 27 de junio de 1954. Murió en el 2005.
María Vilanova de Árbenz
La esposa del mandatario
Nacida en San Salvador, El Salvador, en 1915, de padre salvadoreño y madre guatemalteca. Estudió en EE. UU. Se casó con Jacobo Árbenz el 14 de marzo de 1939, en la Catedral de Guatemala. Tuvieron tres hijos. Tras la caída en 1954, acompañó a su esposo en el exilio, pero paulatinamente su relación se distanció. Murió en el 2009. Ella afirmaba que no era comunista.
Carlos Enrique Díaz
Presidente por un día.
Al renunciar Árbenz, el 27 de junio, dejó el poder en el coronel Carlos Enrique Díaz (1910-1971), jefe de las fuerzas armadas, quien a su vez estuvo encargado de organizar la resistencia a la invasión. El 28 de junio fue obligado a depositar el poder en un triunvirato del cual formó parte, pero que solo duró un día. Lo veían como aliado de Árbenz. Posteriormente salió al exilio a México.
Monseñor Mariano Rosell y Arellano
Apoyo moral
El Cristo de Esquipulas fue usado como estandarte por las fuerzas de Castillo Armas. El arzobispo Mariano Rosell y Arellano era originario de Esquipulas (1894), y se opuso a posturas del ideario revolucionario que afectaban directamente a la Iglesia. En 1954 recibió una condecoración por parte de Carlos Castillo Armas por su participación en la defensa de la institucionalidad del país.
Allen Welsh Dulles
El cerebro de la operación
Nacido en 1893, fue director de la Agencia Central de Inteligencia entre 1953 y 1961. Tuvo bajo su cargo la operación PBS-Success, la cual comprendía propagada, logística y recursos armados para derrocar al presidente Jacobo Árbenz. El mayor de los hermanos Dulles es considerado como muy influyente. El presidente
John F. Kennedy le pidió su renuncia. Paradójicamente, Allen fue nombrado parte de la comisión investigadora del asesinato de ese gobernante.
John F. Dulles
Secretario de Estado
Nacido en 1899, fue secretario de Estado de EE. UU. entre 1953 y 1959. Era accionista de la United Fruit Company, afectada por las decisiones del gobierno de Árbenz. Propició la intervención, bajo el pretexto de que el gobierno era comunista. El aeropuerto internacional de Washington DC lleva su nombre. Murió en 1959.
John E. Peurifoy
Embajador de EE. UU.
Ferviente anticomunista, fungió como embajador en Tailandia y Grecia. En 1953 llegó a Guatemala, donde manifestó su oposición a las políticas del gobierno de Árbenz. Se dice que una vez derrocado el presidente y al salir al exilio, Peurifoy expresó: “Knock out, Arbenz!”. Murió en 1955.
Carlos Castillo Armas
Caudillo
Nació en Santa Lucía Cotzumalguapa, en 1914. Fue militar y apoyó la Revolución de 1944, pero intentó dar un golpe de Estado al presidente Juan José Arévalo, por lo que fue arrestado. Comandó las fuerzas que ingresaron en el país con apoyo de EE. UU. en 1954. Asumió la presidencia, y fue asesinado en 1957.