Los únicos que han logrado mantenerse durante estos cuatro años de gabinete son el ministro de Educación Óscar Hugo López y el de Agricultura y Ganadería Mario Méndez, quienes tomaron posesión desde el 14 de enero del 2016.
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El Ministerio que mostró más inestabilidad en sus máximas autoridades fue el Ministerio de Desarrollo, por el cual transitaron José Guillermo Moreno Cordón, Ennio Horlando Galicia Muñoz, Alcides René Obregón Muñoz y el actual Carlos Velásquez Monge.
Le siguen el Ministerio de Comunicaciones el cual fue ocupado por Sherry Lucrecia Ordóñez Castro (11 días), Aldo Estuardo García y José Luis Benito, quien ocupó durante dos veces el más alto cargo de esta cartera.
El Ministerio de Economía también fue ocupado por tres profesionales. El primero fue Rubén Estuardo Morales Monroy, le siguió Víctor Manuel Asturias Cordón y el ministro Acisclo Valladares Urruela.
La cartera de Salud enfrentó varias crisis lo cual provocó que tres médicos ocuparan el máximo cargo. El primero en ocupar el despacho fue José Alfonso Cabrera Escobar, Lucrecia Hernández, quien fue sustituida por el actual funcionario Carlos Enrique Soto.
Los restantes ocho ministerios solo tuvieron un relevo, algunos por decisiones presidenciales, otros porque participaron en las elecciones presidenciales (Jose Luis Chea, ministro de Cultura y Julio Héctor Estrada, Ministro de Finanzas) y otros como resabios crisis política.
Cicig marca a gabinete
Gregorio Saavedra, analista político e investigador de Incidencia Pública de la Universidad Rafael Landívar opina que el presidente Morales comenzó su gestión el 14 de enero del 2016 con un gabinete diverso, pero que “lastimosamente” lo fue cambiando para plagarse de apoyos a raíz de la crisis con la Comisión Internacional Contra la Impunidad de Guatemala (Cicig)
Saavedra citó como ejemplo el caso de Francisco Rivas, a quien Morales nombró como ministro de Gobernación para “fortalecer la seguridad porque era un experto en el tema, pero cuando (Morales) se volcó en contra de la lucha por la impunidad” dejó el gabinete.
Saavedra agrega que la intención de expulsar a la Cicig también ocasionó que otros funcionarios también se marcharan, entre ellos Lucrecia Hernández Mack (Salud), Carlos Raúl Morales (Cancillería y poco después Leticia Teleguario (Trabajo).
En sustitución de Rivas en la cartera de Gobernación asumió Enrique Degenhartd y Morales fue sustituido en la Cancillería por Sandra Jovel, ambos funcionarios fueron claves en el cierre de la Cicig y en la firma del convenio de tercer país seguro, el cual se ha caracterizado por su escasa transparencia.
Ministros apagafuegos
Antonio Mosquera, experto en Administración Pública, considera durante estas últimas semanas que le restan al Gobierno de Morales ya no se registrarán cambios en las carteras, ni mucho menos los funcionarios presentaran “la famosa carta de renuncia” que acostumbran al finalizar el año.
Según el experto, los cambios de ministros suelen hacerse cuando los gobiernos se plantean una reorganización administrativa, pero que en el caso de este Gobierno, la mayoría de sustituciones se dieron como resultado de crisis políticas generales o particulares para apagar fuegos dentro del Ejecutivo.
“Los cambios nunca se dieron para hacer más efectivos los ministerios, sino que para apagar crisis políticas”, resume Mosquera.
Ministros útiles a la coyuntura
Saavedra y Mosquera coinciden en que tanto el ministro del Mineduc, Óscar Hugo López, como el del Maga, Mario Méndez, se mantuvieron en sus cargos porque le fueron útiles al presidente Morales. El primero para detener al sindicado de Joviel Acevedo y el segundo como operador en el Congreso de la República.
Según Mosquera la permanencia del actual ministro de Educación se debió a que durante los cuatro años no se registraron crisis porque la cartera no hizo más allá de lo rutinario pues se dedicó a “hacer lo mismo, que el problema de la educación”.
A criterio de Mosquera Montenegro se mantuvo en el cargo, porque “es un político muy fuerte que mantuvo control del movimientos y bases” del partido FCN-Nación.
Saavedra considera que Méndez se mantuvo en el cargo por su cercanía con el presidente Morales y por los apoyos que consiguió en el Congreso de la República a partir de su conocimiento como parte del equipo de Manuel Baldizón, en su momento”.
En cuanto al Ministro de Educación, Saavedra afirma que López fue un buen articulador entre la visión de los apoyos del presidente y el diálogo con la Asamblea General del Magisterio. “Al tener este apoyo se volvió como un intermediario necesario, aunque cayó la matrícula de primaria”.
Llegan por compromisos políticos
De acuerdo con Haroldo Herrera, máster en Estudios Estratégicos y Políticas Públicas, asegura que algunos ministros llegan a las diferentes carteras por compromisos políticos más que por cumplir adecuadamente con el perfil profesional o técnico que se requiere, lo cual trae consigo la falta de intención para que las cosas ocurran, ya que lo ven como una posición temporal o transitoria.
Agrega que la falta de continuidad y alta rotación de los puestos ocasiona que no existan planes y que el proceso de toma de decisiones responda más a los criterios de turno y no a proyectos organizados que demuestren continuidad y que sean consecuentes con lo ofrecido en las campañas políticas.
Herrera resalta que el hecho de “que un ministro cumpla él periodos de gobierno completo, no significa que sea eficiente, “algunos cumplen el periodo de gobierno completo pero tampoco tiene resultados exitosos”.
A criterio de Herrera el esquema ideal de un ministro debe ser La mezcla de un perfil político con conocimientos técnicos que puedan cumplir con planes de gobierno, pero que sobre todo puedan servir de asesores expertos al presidente de la República y no solamente de ejecutores de las instrucciones que reciben.
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