Con quórum reducido se inició la sesión plenaria en la que se eligió a la junta directiva y se reanudó con 140 diputados presentes en el Congreso.
El diputado Bernardo Arévalo presentó una propuesta de planilla de oposición la cual estaba integrada por los diputados Ligia Hernández, Sonia Gutiérrez, Walter Félix, Román Castellanos, Osmundo Ponce, Andrea Villagrán, Lucrecia Hernández, Adán Pérez y Lesly Valenzuela.
Sin embargo, en la votación de los legisladores Shirley Rivera fue electa de nuevo para dirigir el Legislativo gracias a los votos de diputados de 14 bancadas.
Según los listados públicos del evento de votación los siguientes bloques legislativos apoyaron a Rivera:
- Vamos,
- Visión con Valores,
- Todos,
- Bienestar Nacional,
- Unión del Cambio Nacional (UCN),
- Unidad Nacional de la Esperanza (UNE),
- Compromiso, Renovación y Orden (CREO),
- Partido de Avanzada Nacional (PAN),
- Podemos,
- Prosperidad Ciudadana,
- Frente de Convergencia Nacional (FCN)
- Partido Humanista de Guatemala
- Movimiento Semilla (dos votos de los diputados Luis Pineda y José Alberto Sánchez)
- Partido Valor (único voto del diputado Leopoldo Salazar)
La junta directiva quedó integrada por diversos bloques legislativos y varios de ellos buscarían una postulación en las elecciones con el oficialismo.
Junto a Rivera fueron electos: Boris España (Todos), primer vicepresidente; Sergio Arana (Vamos), segundo vicepresidente; Hérber Melgar Padilla (FCN Nación), tercer vicepresidente; así como Maynor Mejía (Vamos), Marvin Alvarado (Bien), Douglas Rivero (Humanista), Aníbal Rojas (Viva), y Leopoldo Salazar (Valor), del primero al quinto secretario, respectivamente.
Fue clave el apoyo de la bancada de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) la cual ha demostrado constantemente su apoyo al oficialismo, pues la agrupación que dirige Torres se ha convertido en la bisagra de los temas solicitados por el Ejecutivo. Por ejemplo, en la ratificación del estado de calamidad por la tormenta tropical Julia, 40 representantes de la UNE votaron a favor el pasado 11 de octubre.
Así fue la votación para la reelección de la Junta Directiva de los diputados de Giammattei, la alianza oficial. Más de lo mismo para lo mismo.
Planilla 1. pic.twitter.com/rSJOy4nhmM
— Román Castellanos (@rocasgt) October 19, 2022
El resto de los votos se distribuye entre los bloques Vamos (16), Unión del Cambio Nacional (12), FCN-nación (8), Todos (7), Humanista (6), Visión con Valores (6), Prosperidad Ciudadana (3), Compromiso, Renovación y Orden (3), así como los votos de dos diputados independientes.
También votaron a favor de la planilla encabezada por Rivera los diputados Luis Fernando Pineda y José Alberto Sánchez, quienes se separaron de la bancada Semilla, y Leopoldo Salazar, de Valor.
Shirley Rivera ya marcó la historia de la política en Guatemala. Es la tercera mujer en ocupar la presidencia del Organismo Legislativo, representando por tercer año consecutivo al partido de gobierno.
Es una política que siempre busca transmitir un fervor religioso, en la mayoría de sus intervenciones siempre invoca el nombre de Dios y sus iniciativas de ley transmiten reglas estrictamente conservadoras, según analistas.
“Le quiero dar toda la gloria y honra a Dios porque él ha tenido el control de esta junta directiva durante estos meses que llevamos en el cargo. Vamos a continuar con el trabajo que hemos realizado, confío en que la Junta Directiva y la alianza va a permanecer”, expuso Rivera en conferencia de prensa tras finalizar la sesión plenaria.
Fuentes del Congreso afirmaban desde septiembre que Rivera, además de asegurarse la reelección para los comicios del 2023 con el partido Vamos, buscaba también ser reelecta como presidenta del Congreso para el período 2023-2024.
Su candidatura está amarrada a otros temas que son prioritarios para el oficialismo y sus aliados políticos: la aprobación de un nuevo presupuesto para el próximo año, una nueva Ley de Contrataciones del Estado y la elección del nuevo titular de la Contraloría General de Cuentas (CGC).
Rivera llegó al Congreso como representante de los municipios del departamento de Guatemala. El primer año, cuando su compañero de bloque Allan Rodríguez ganó la presidencia de dicho organismo, se convirtió en su mano derecha. Su función fue llevar la agenda de la presidencia y el control administrativo, pero la situación cambió al año siguiente.
Con el Congreso al mando de Rivera la dinámica legislativa también se ha estancado, a criterio de analistas. De hecho, aseguran, lleva la misma línea que mantuvo el diputado Allan Rodríguez, expresidente del Congreso, quien en los meses del 2022 ha buscado la manera de pasar inadvertido de la vida política.
Las promesas de Vamos por una Guatemala Diferente (Vamos) en el Congreso han sido impulsar una reactivación económica y proyectos de desarrollo social, pero a la fecha siguen siendo temas pendientes.
Intento de la oposición
Las bancadas que representan la oposición en el Congreso trataron de dar batalla a la alianza oficial al proponer una planilla alternativa integrada por los diputados Ligia Hernández, Sonia Gutiérrez, Wálter Félix, Román Castellanos, Osmundo Ponce, Andrea Villagrán, Lucrecia Hernández, Adán Pérez y Lesly Valenzuela, pero solo lograron 24 votos.
“Estamos viendo que lo que hay es un intento de más de los mismo para lo mismo, cero de agenda legislativa para la gente, cero de iniciativas dedicadas al desarrollo, ciento por ciento de la agenda legislativa dedicada a la corrupción y a la impunidad”, manifestó el diputado Bernardo Arévalo al momento de presentar la planilla de oposición.
A partir de la elección de la Junta Directiva, ahora entre la agenda del Congreso se encuentra la discusión de una nueva Ley de Adquisiciones del Estado que es impulsada por el Ejecutivo y la cual busca derogar la Ley de Contrataciones del Estado actual, con la que se pretende aumentar los techos para realizar compras sin licitación.
Además, esta semana la Comisión de Finanzas y Moneda le dio dictamen favorable al Proyecto de Presupuesto General de Ingresos y Egresos para el 2023, el cual tiene un techo de Q113 mil 931 millones, es decir, Q1636.9 millones más del monto solicitado por el Ministerio de Finanzas.
Ambos temas son prioritarios para el oficialismo y sus aliados políticos, a lo que se suma la elección del nuevo titular de la Contraloría General de Cuentas (CGC).
