Sin embargo, las reuniones que ha tenido las últimas semanas denotan otra cosa, que solo ha aceptado hablar con sectores que, le informan sus servicios de inteligencia, le manifestarán respaldo.
Agregó que “definitivamente no podemos sentar a mil gentes a una mesa”, por lo que se buscarán las instituciones que tengan una “representatividad”, y se pueda determinar “a quién representan”.
En cuanto al diálogo, el jefe de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), Jordán Rodas, abogó por que no se trate de otro “pacto de élites”, sino que debe ser inclusivo y que no solo prevalezcan los intereses de algunos.
Varias organizaciones se han opuesto al diálogo, con el argumento de que el Ejecutivo y los diputados no tienen legitimidad y mucho menos credibilidad, después de varias acciones de esos organismos en favor de la impunidad o en contra de quienes luchan contra la corrupción.
No ha aceptado renuncias
El gobernante guatemalteco reconoció que da una “lectura complicada” la renuncia de los ministros de Gobernación, Francisco Rivas; Finanzas, Julio Héctor Estrada, y Trabajo, Leticia Teleguario, pero hizo ver que aún no ha aceptado las dimisiones.
“No podemos pensar que cualquier persona puede decir ‘bueno, renuncio y mañana me voy’, no. Todo tiene que tener un proceso, tenemos que verificar las personas idóneas y adecuadas”, aseguró.
Esto no se produjo, por ejemplo, en el caso de la exministra de Salud Lucrecia Hernández Mack, cuyo sustituto, Carlos Soto, fue nombrado rápidamente.
Agregó que cuando nombró a sus ministros se tomó su tiempo, y que ninguno era su amigo.
Además, el presidente no descartó más cambios. “Se conocen algunas renuncias, tenemos que analizarlas y poder tomar la decisión cuando sea oportuno y, si es necesario hacer algún cambio más, pues también se hará”, indicó Morales.
El procurador de los Derechos Humanos comentó que, por la coyuntura, se imagina que al mandatario le podría ser difícil reconformar su Gabinete, especialmente con ministros que han sido “muy bien valorados” no solo a lo interno, sino también en la comunidad internacional, e incluyó a Hernández Mack.
A propósito de la exministra de Salud y los señalamientos que Morales le hizo por un posible desabastecimiento de medicamentos e insumos, Rodas consideró: “Él -presidente- fue su superior jerárquico, y hay procesos para, si él no estaba conforme, pues hacerle ver sus observaciones de acuerdo a lo que es el Estado, hubiera sido el tiempo pertinente tomar las medidas correspondientes y no a posteriori”.
Poco qué decir
Acerca del escándalo que involucra al ministro de Finanzas, debido a unos audios difundidos por el medio digital Nómada, en donde se le escucha hablar sobre unas reformas al delito de financiamiento ilícito, tanto Morales como el vicepresidente Jafeth Cabrera tuvieron poco qué decir.
El gobernante calificó el tema como especulaciones, y pidió que se le preguntara del asunto al ministro.
En tanto, Cabrera dijo: “Estar conociendo que a través de estos audios que se difunden, uno llega a enterarse de cosas que indudablemente no están en una agenda prevista”.
Agregó que respeta las actuaciones de los ministros y espera que la situación “no tenga mayor trascendencia” para la administración.
Alejado de la prensa
La última vez que el mandatario accedió a responder preguntas de la prensa en un acto público fue el 18 de agosto, cuando visitó la Comisaría 14, en la zona 7. Después, hubo un par de ocasiones en donde brevemente fue abordado por corresponsales en otros puntos del país, pero habló solo de carreteras.
Ayer, en Escuintla, finalmente accedió, aunque por poco más de cuatro minutos, a contestar preguntas de otros temas, pero a medias, porque cuando se le cuestionó sobre la situación del ministro Estrada y los audios, solo dijo que se le preguntara al aludido y se despidió.
De hecho, periodistas de varios medios de comunicación publicaron en redes sociales que el mandatario ya lleva 40 días sin responder preguntas pendientes de varios temas.
Asimismo, el vicegobernante también atendió varios cuestionamientos este miércoles.
“Yo he estado con ustedes. La última vez fue en Antigua, donde hablé de la migración y cambiaron totalmente lo que yo dije. Si ustedes van a poner lo que ustedes consideren, para qué me preguntan”, reclamó.
El 7 de septiembre último, en la ciudad colonial, Cabrera aseguró: “La gente que se ha ido, se ha ido porque ha querido irse, buscando alternativas de vida, como ha sido la migración desde que inició la humanidad”.
El vicemandatario afirmó que, por la forma en que se manejaron los medios de comunicación al reportar esas palabras, tuvo repercusiones en Estados Unidos, al punto que varios migrantes le mandaron notas para maltratarlo.
“Si ustedes cambian lo que uno les dice, para qué me voy a dar una conferencia. De lo contrario, si ustedes dicen lo que yo digo, todos los días podemos platicar”, dijo Cabrera a periodistas.