Guatemala
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Embajador de España: “Aquí hay que seguir luchando contra la corrupción”
Luego de 3 años y medio, la embajada de España cambiará de diplomático.
José María Laviña, embajador de España en Guatemala. (Foto Prensa Libre: Carlos Hernández)
José María Laviña llegó a Guatemala en el 2020 para su misión diplomática, y el próximo martes se retira de Guatemala reconociendo como uno de sus mayores logros que el jefe de Estado guatemalteco haya ido en múltiples ocasiones a visitas oficiales en España.
Además, resalta las oportunidades de inversión que tiene Guatemala con el nuevo Gobierno, así como las posibilidades abiertas en cuanto a política exterior por la carrera diplomática del presidente Bernardo Arévalo.
Otro asunto que resalta Laviña es la lucha contra la corrupción.
¿Cómo encontró y cómo deja a Guatemala?
Después de más de tres años y medio me marcho y la verdad que es una Guatemala diferente y mejor.
Yo decía en un brindis que tuvimos con ocasión de la visita del presidente Arévalo a España, que a Guatemala efectivamente este presidente le ha devuelto un poco la sonrisa a los guatemaltecos.
Y la razón es que en los contactos que yo tengo y en la gente veo que hay un espíritu renovado con posibilidades de avanzar en cosas que hasta ahora consideraban los guatemaltecos que no se había avanzado suficiente.
¿Qué oportunidades ve usted para Guatemala con este nuevo gobierno?
Desde el punto de vista de la política exterior yo creo que este va a ser un gobierno más abierto al mundo. Y no hay crecimiento, ni desarrollo, ni democracia si no hay paz e inclusión de todos en ese sistema económico y político.
¿Cuáles pueden ser los retos o las tareas pendientes para la agenda bilateral entre España y Guatemala?
Hay muchas empresas españolas interesadas ya no solo en los sectores tradicionales, sino en muchos sectores que a lo mejor ya exigen una mayor cualificación profesional, como puede ser el tema de las energías.
En el pasado algunas empresas españolas han venido a invertir a Guatemala, pero eventualmente salen del país. ¿Cómo entender este fenómeno?
Hay tres razones por las que una gran empresa abandona un país. La primera es que se trate de una falta de seguridad jurídica normativa; la segunda, es que haya falta de seguridad física; y la tercera es que sea un sistema regulado tarifario, donde no se den garantías de respeto de las condiciones inicialmente pactadas.
Para eso es importante que haya licitaciones transparentes, libres, modernas, una adecuación normativa. Ahora están en el Congreso, pues, con numerosos proyectos de ley. Hace falta no solamente ley de competencia, ley de adquisiciones, ley de licitaciones y de contrataciones del Estado, también ley de agua, o sea, a lo mejor regular, en ciento sesenta y nueve, en fin.
Hablando de su misión como embajador. ¿Cuáles son los logros que usted más destaca de su estancia en el país?
El primero es que hemos logrado mantener un contacto al más alto nivel a lo largo de estos cuatro años. No todos los países del mundo pueden decir que el jefe de Estado guatemalteco se ha visto con su jefe de Estado en estos tres años y medio, cuatro veces.
¿Cuáles son aquellos temas de interés más relevantes para la agenda bilateral?
En primer lugar, hay que mantener un diálogo político entre países amigos, como lo son Guatemala y España. En segundo lugar, evidentemente hay un tema económico y comercial importante, porque creo que España y las empresas españolas tienen mucho que decir aquí.
¿Cómo ve usted ahora esta situación? Pues los meses anteriores fue muy criticado.
Yo lo veo como un intento afortunadamente fallido por no respetar la voluntad del pueblo guatemalteco. Es decir, que Bernardo Arévalo ganó legal y legítimamente las elecciones, eso es incuestionable.
Si alguien a fecha de hoy todavía no lo quiere reconocer, va por mal camino, y si alguien a fecha de hoy todavía no ha felicitado al presidente de Guatemala por su victoria, realmente no comprende lo que son las reglas del juego democrático.
Siguiendo con el panorama guatemalteco. ¿Qué espera del sistema de justicia? Considerando que en años anteriores hubo señalamientos por posibles actos de corrupción a empresarios españoles.
Sí, efectivamente, hay un caso que todavía está siendo juzgado en la Audiencia Nacional de España. Fue efectivamente un caso muy sonado y ahí sigue.
Yo creo que se va a hacer justicia, es decir, la corrupción venga de quien venga tenga la nacionalidad que tenga, ahí seguirá.
Tengamos en cuenta que la corrupción implica dos partes, una parte pública y una parte privada, y la parte privada española o no, evidentemente, tiene que ser perseguida y sancionada, esté donde esté.
Ustedes invitaron en su momento a la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig). España la financió fuertemente con más de 11 o 12 millones dólares.
Aquí hay que seguir luchando contra la corrupción, lo tienen que hacer ustedes, los guatemaltecos. Podemos ayudar desde fuera, pero la responsabilidad es suya, de su sistema de justicia.
Yo creo que si la Cicig hubiera durado 10 o 15 años más, evidentemente, la situación en Guatemala sería diferente.
¿Ha habido acercamientos o se han expresado intenciones de parte del gobierno guatemalteco para solicitar apoyo o asesoría de España en el combate a la corrupción?
Estamos también cooperando en aquello que se nos está pidiendo para, efectivamente, hacer qué medidas debería tomar el gobierno en aquellos puntos lo que ellos consideran prioritarios para sus primeros meses de mandato y, efectivamente, si se nos pide colaboración en materia de corrupción, ahí estaremos.
Considerando lo vital que es para España el sector justicia y la colaboración que se ha dado en el tema, hace unos años hubo retrasos en la renovación de Cortes y este año se debe renovar el poder judicial en Guatemala. ¿Cómo perciben estos escenarios?
Primero, que se respete estrictamente la legalidad y los plazos. Y eso que en España a veces no los hemos respetado.
Y una vez que se respeten los plazos y los procedimientos, entonces ahí dejar actuar al sistema judicial con independencia. Unas veces nos gustarán más, otras veces nos gustarán menos.
Hace unos años se firmó un acuerdo con España para la recepción de migrantes centroamericanos que quisieran ir a Estados Unidos. ¿Qué tantos guatemaltecos han optado a este proceso?
Lo que hemos firmado el año pasado, en enero, -fue- con ocasión de la visita del presidente Giammattei a España en el marco de FITUR. Guatemala era país invitado especial, se firmó lo que llamamos un acuerdo de migración circular, para que unos 250 guatemaltecos puedan ir a realizar trabajos temporales a España, y es circular porque acaban regresando.
Ese acuerdo ya lo tenemos con Honduras, lo tenemos con Ecuador y también lo tenemos incluso con otros países, como Marruecos, no necesariamente latinoamericanos.