Política

Entrevista con Luis Arreaga, embajador saliente de Estados Unidos: Lucha anticorrupción continuará

Arreaga se va con la preocupación del influjo de mafias en el retraso de elección de cortes, pero con la esperanza del espíritu emprendedor y resiliente de los guatemaltecos.

Luis Arreaga está por terminar tres años de comandar la misión diplomática de Estados Unidos en Guatemala. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Luis Arreaga está por terminar tres años de comandar la misión diplomática de Estados Unidos en Guatemala. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Al momento de publicarse esta entrevista, Luis Arreaga está a punto de convertirse en exembajador de Estados Unidos en Guatemala, el país donde nació (1952), del cual emigró a los 18 años por motivos estudiantiles y al que regresó a los 65, como cabeza de la representación diplomática de la potencia del norte. El diplomático expone su preocupación por el grave retraso en la elección de magistrados de la Corte Suprema de Justicia y salas de Apelaciones, y lo atribuye directamente a la influencia de “redes criminales” interesadas en manipular el sistema de justicia, sumado a retrocesos en la lucha contra la corrupción, lo que ha causado que “cientos” de visas sean retiradas.

Arreaga llegó en un momento ríspido para el país, en plena controversia que detonó el final de la Comisión Internacional contra la Impunidad (Cicig), los cabildeos no autorizados de parte de un “embajador honorario” del gobierno de Jimmy Morales en contra de su predecesor, Todd Robinson, así como los intentos del régimen por congraciarse con el presidente Donald Trump, aunque aun así, en marzo de 2019, intentó devolver cientos de vehículos artillados donados por EE. UU. para la lucha antidrogas, y con ese propósito fueron parqueados en el aeropuerto La Aurora, frente al hangar de la embajada estadounidense, por orden del entonces ministro de Gobernación, Enrique Degenhart. , En vista de que nadie recogió los automotores, fueron devueltos a los sitios de operación.

La última conversación con el embajador Arreaga transcurre con la espontaneidad relajada de quien ya finalizó una tarea. Se le pregunta sobre su legado y con sencillez responde: “Somos funcionarios públicos que venimos a trabajar, a llevar a cabo una misión. No se puede hablar de un legado, sino del trabajo del equipo entero de la Embajada. Yo solo ponía la cara”.

Lamenta que las grandes expectativas del 2015 se hayan diluido e incluso revertido en el gobierno de Jimmy Morales. “Talvez es un poco controversial decirlo, pero pienso que en 2018 hubo un cambio en la relación entre poder y ciudadanía, y no necesariamente a favor de la ciudadanía. Ya para el 2018 hubo una reducción importante en la lucha contra la corrupción”, señala.

También se refiere al retraso en la elección de cortes como un síntoma claro de “un atentado de redes criminales de tomarse el sistema de justicia”. “Esto no lo estoy diciendo yo, lo está diciendo el Ministerio Público. El mismo presidente Giammattei ha llamado al Congreso a obedecer a la corte constitucional en su fallo de que se elija a las dos cortes”, expresa.

El encuentro transcurre en la residencia del embajador, que estaba a solo dos días de dejar el país.

¿Sobre qué avances ve que podríamos construir en el futuro?
El emprendedurismo guatemalteco es fabuloso. Guatemala tiene una población trabajadora, muy creativa. En Estados Unidos lo reconocemos, el guatemalteco tiene fama de ser muy trabajador. Esa es una gran ventaja. El país se ha mantenido caminando a pesar de todos los problemas. Hubo una transición democrática a pesar de todos los esfuerzos que existieron en su momento, en donde algunos sectores del mismo gobierno anterior cuestionaban el proceso. Hubo una coalición del sector privado organizado, de la sociedad civil, de la academia, que decidió no permitir que las elecciones fuesen cuestionadas. Eso, para mí, es positivo porque existe la capacidad del país de abordar sus problemas. Ahora, ¿cómo lograr que estos mismos grupos trabajen en otros temas?

¿Cómo explica en Washington que el MP revelara esta intención, pero luego presentara un antejuicio en contra de los magistrados que resolvieron a su favor?
Nosotros tenemos una relación cercana con el Ministerio Público, la hemos tenido a través del tiempo y seguimos apoyando su fortalecimiento como institución; lo seguiremos haciendo. Creo que es una pregunta que habría que hacerle a la fiscal general —Consuelo Porras—. Nuestro apoyo es técnico, no estamos metiéndonos en las decisiones. En la última conversación con la fiscal, coincidimos en la importancia de que el MP mantenga su independencia de influencias de tipo político.

Hay grandes desafíos, pero el capital humano guatemalteco es extraordinario, y eso es lo que resulta un poco frustrante, porque un país que tiene emprendedores, intelectuales, trabajadores de primera, ¿cómo es posible que no se puedan poner de acuerdo para salir adelante?

¿Y en ese marco qué importancia tiene la Feci para Estados Unidos?
Es una de las instituciones que ha mantenido la esperanza de que la lucha contra la corrupción sigue. Tienen varios años de estar operando y obviamente va a incomodar a mucha gente. No voy a decir que todas las acciones de ellos son perfectas. Habrán cometido errores, claro que sí, así como los cometió Cicig, pero como institución la consideramos importante para la lucha contra la corrupción, por su especialización. Fue formada con una ayuda importante no solo de EE. UU., sino de varios países.

Si la cooptación de las cortes es el riesgo más grande en este momento ¿cuál sería su mensaje a los jueces y magistrados, presentes y futuros?
Yo pienso que todos ellos son profesionales que saben cuáles son los pasos que deben tomarse en aras de mantener el estado de Derecho.

¿Y para el sector privado?
El sector privado tiene todo el derecho de defender sus intereses económicos. Es algo inviolable. Pero cuando se habla del sector privado no es un monolito. Es un grupo bastante diverso de instituciones y de visiones. Hay algunas amplias, otras menos amplias, entonces no se puede hablar como si todos fueran lo mismo. Hay bastantes diferencias y entonces no es justo decir que el sector privado es este o el otro, porque uno habla con diversas personas que no siempre están de acuerdo. Hay empresarios importantes, grandes, que tienen una visión de país muy positiva y que entienden su papel. Por ejemplo, en el tema de la ruta para la prosperidad que nosotros iniciamos hace dos años, hay empresarios muy interesados en ayudar, lo que nos da mucha esperanza. El sector privado es el que genera empleos, es el que puede hacer la diferencia en zonas donde se necesita mucha inversión.

Son frecuentes las noticias sobre el aterrizaje de aviones en pistas del narcotráfico. ¿Cuál es la realidad en este momento?
Merece ponerle un poco más de atención, porque el dinero que se genera de esto busca la forma de cómo ser lavado y hasta de formalizarse. Quedan algunos retos de cómo investigar, cómo es que están tratando de meterse a la economía formal. El dinero oscuro no respeta las reglas y trabaja de forma coercitiva.
El presidente Giammattei nos ha mencionado muchísimas veces que él tiene toda la intención de apoyarnos y trabajar con nosotros en la lucha contra el narcotráfico, lo cual no dudamos. Pero ¿por qué es que avionetas pueden aterrizar casi en la impunidad? Porque hay personas que están cooperando, que talvez podrían estar dentro del mismo gobierno. No quiero decir que sean políticos, pero sí personas que están por esas zonas. ¿Cuántas veces no se ha visto que no dejan que el Ejército entre o que la Policía entre al lugar en donde aterrizan las avionetas? Eso deja mucho que pensar.

Va a seguir firme la lucha contra la corrupción. Ese sigue siendo un tema que goza de apoyo bipartidista en Estados Unidos; eso va a seguir.

¿Estamos peor, igual o mejor que cuando usted llegó?
Sí hay un cambio en la forma en que operan los narcotraficantes, porque se les quitó la capacidad de entregar por vía marítima y ahora están enviando aviones. El gobierno de Guatemala, comenzando en la administración anterior, ha tenido mucho éxito en la intercepción de tráfico marítimo. La unidad especial de la marina de Guatemala ha sido sumamente exitosa en no permitir que los cargamentos por vía marítima lleguen. Es por eso que estamos viendo un aumento en el número de trazas aéreas. Buscamos tener el mismo éxito para ayudar y que tenga el mismo éxito que la vigilancia por mar. Tenemos una unidad que, en conjunto, trabaja en reparar los helicópteros. Ya están aquí, estamos en el proceso de capacitación para tener pilotos.

Durante su estadía en el país, Arreaga participó en actividades tradicionales, como parte de la comunidad. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

El 3 de noviembre hay elecciones en su país. Dependiendo de quién gane, ¿qué tanto puede cambiar la política hacia Guatemala?
Lo que le puedo decir es que lo que va a seguir firme es el tema de la lucha contra la corrupción. Ese sigue siendo un tema que goza de apoyo bipartidista en Estados Unidos; eso va a seguir. El interés en abordar los temas raíz de la migración también goza de apoyo bipartidista.

En el futuro cercano, si Guatemala cumple sus deberes para atacar los problemas estructurales de la migración, ¿existe la posibilidad de que EE. UU. considere una medida de protección temporal para migrantes?
El tema de TPS es de tipo doméstico interno, entonces no quisiera especular sobre ese tema. A mí lo que me corresponde es hablar del interés en el tema de migración. En los últimos meses mi gobierno ha liberado una cantidad fuerte de fondos para abordar las causas.

¿Por qué es que avionetas pueden aterrizar casi en la impunidad? Porque hay personas que están cooperando, que talvez podrían estar dentro del mismo gobierno.

¿Y están más enfocados en generación de empleo?
Exacto, pero también en servicios como acceso a la educación y salud, y por eso es que los tres sectores donantes, gobierno y sector privado, buscamos ese espacio para coordinar lo que cada uno aporta.

¿Qué piensa de las comunidades indígenas?
Me ha impresionado el liderazgo de las mujeres indígenas. Conversar con ellas le da a uno mucha esperanza. Obviamente necesitan apoyo, pero no están pidiendo que les regalen, están buscando oportunidades. Hay que valorarlas, escucharlas, porque desde la ciudad no se pueden solucionar todas las cosas.

Respecto de la lucha contra la corrupción, ¿cuál es el proyecto más importante?
Eso va a seguir, eso no va a cambiar. Apoyamos a la Feci, a la Fiscalía contra la Corrupción, y hay apoyo a la Comisión Presidencial contra la Corrupción. Es una institución a la que hay que darle tiempo para que pueda demostrar lo que hace.

¿Cuántas visas fueron retiradas mientras permaneció en el país?
Ya perdí la cuenta —ríe efusivamente—. Bastantes, bastantes, bastantes.

¿Pero bastante es cuánto?
Cientos, doscientos, por allí…

No voy a decir que todas las acciones de ellos -Feci- son perfectas. Habrán cometido errores, claro que sí, así como los cometió Cicig, pero como institución la consideramos importante para la lucha contra la corrupción.

¿Cómo interpreta Washington el hecho de que se quitan visas, se designan personas, pero estas siguen teniendo un amplio poder de maniobra?
No vamos a permitir que gente que sabemos corrupta goce de esas ganancias en nuestro país. Ese es el mensaje fundamental. Es lo menos que podemos hacer, pero si siguen operando, eso ya entra en el ámbito del sistema judicial de Guatemala. Es por eso que seguimos trabajando con el MP y otras instituciones.

Respecto del futuro de Guatemala ¿es optimista o pesismista?
Optimista. Hay grandes desafíos, pero el capital humano guatemalteco es extraordinario, y eso es lo que resulta un poco frustrante, porque un país que tiene emprendedores, intelectuales, trabajadores de primera, ¿cómo es posible que no se puedan poner de acuerdo para salir adelante?
En una entrevista reciente dije: siéntense a conversar el uno con el otro y sean respetuosos de las ideas de la persona que está sentada con ustedes. No se puede rechazar a alguien con una etiqueta. Entonces ya no es diálogo. No sé cómo esa inercia del conflicto armado, la división de izquierda y derecha se ha mantenido. Cuando uno viene de fuera y escucha eso piensa, ¡pero si ya no estamos en los años 1980! Es la gran distracción para los problemas de los que hemos venido hablando: pobreza, desnutrición, falta de oportunidad, grupos criminales tomándose las cortes.

Hablando de eso, usted es señalado como uno de los miembros del “club de socialistas” de este país, ¿qué responde a ello?
Mire, estos señalamientos no son dignos de una respuesta, no vale la pena pasar más de dos segundos en eso. Ellos tienen el derecho a pensar en lo que se les dé la gana. Defendemos su derecho de decir cualquier tontería. Que la digan. Pero ponerle atención a la tontería, tampoco.

¿El momento más difícil durante sus años de embajador y el más alegre? —se toma 13 segundos antes de responder y tararea—.
Guatemala es un país complicado, eso lo sabemos todos. No quisiera caracterizar algo como difícil. Hubo una gran cantidad de momentos de satisfacción. Muchos, muchos, muchos, como sentarse a conversar con mujeres emprendedoras indígenas, escucharlas y saber que a través de la asistencia de nuestros programas hemos ayudado y eso ha hecho la diferencia en su vida. Escuchar, conocer gente como Marcos Andrés Antil, dice uno, él representa el potencial de miles de jóvenes que viven en Guatemala hoy, jóvenes como Luis Von Ahn, que no solamente han logrado destacar, sino quieren devolverle a su país; son grandes esperanzas. Conozco a muchos empresarios exitosos que también quieren devolver a su país.
Hace poco tuve una reunión de despedida con un grupo de lideresas indígenas. Desde las más senior —experimentadas— hasta una jovencita de 17 años. Uno ve en ellas la transformación.

William W. Popp, próximo embajador de Estados Unidos, llegará en los próximos días a Guatemala.

¿Su mejor consejo para el nuevo embajador?

Algo que la gente no quiere entender es que nosotros somos personas de una institución. No somos individuos que traemos nuestras propias ideas. Quizá hay cambios en estilos porque somos distintos, pero en términos del trabajo, él encontrará la mejor forma de hacerlo de acuerdo a su propio estilo. Pero lo que viene a hacer es básicamente los mismo que he venido haciendo, independientemente de lo que mucha gente quisiera pensar. Él sabrá, yo estoy seguro, seguro, la forma de hacer las cosas para que sigamos en el mismo camino.

Retiro de visas
El 9 se septiembre último, en una conferencia organizada por la Cámara de Comercio Guatemalteco-Americana (AmCham), el abogado estadounidense Emil Infante afirmó que el gobierno de ese país está evaluando bajo un proceso de designación a personas en Guatemala.
Arreaga expuso al respecto: ”Yo no diría que son nuevos procesos, son procesos que están constantemente en investigación. Eso va a seguir, eso no va a cambiar”. En cuanto a la lucha contra la corrupción señaló: “Esa es la parte nuestra, la que nos corresponde”.

Fallos de la CC
“La Corte de Constitucionalidad ha tomado decisiones con las cuales no todo el mundo está de acuerdo. Estados Unidos ha tenido intereses que han sido afectados a veces, pero es la institución máxima y hay que respetar sus fallos. Nosotros estamos apoyándolos de forma técnica. Consideramos importante que se proteja y se respete la Constitución. La idea de sacar a un magistrado no entra en nuestra forma de pensar.
“En Estados Unidos hay grandes debates por decisiones, pero nadie está hablando de sacar a los magistrados y meterlos presos.

La prensa independiente
”Yo admiro mucho a la prensa independiente, porque operan en un ambiente hostil desde muchos puntos de vista y también operan en un ambiente económico en donde el modelo de la prensa, no solo en Guatemala, es difícil. Mucha gente los apoya y los lee. Ustedes tienen una influencia enorme”, expresa Luis Arreaga, quien destaca la necesidad de garantizar la libre expresión.
“Para nosotros es fundamental que sigan teniendo la capacidad de operar como prensa independiente, sabiendo que hay presiones para que no lo hagan”, afirma.