Política

Cierre de Usac afecta a unos 200 mil estudiantes

Autoridades, asociaciones y sindicalistas se reunieron anoche para definir una hoja de ruta para poder reabrir sedes universitarias

Autoridades y líderes estudiantiles de la Usac discutieron anoche una salida a la crisis y así abrir sus puertas.  (Foto Prensa Libre: Cortesía)

Autoridades y líderes estudiantiles de la Usac discutieron anoche una salida a la crisis y así abrir sus puertas. (Foto Prensa Libre: Cortesía)

Después de  haber permanecido  cerrados durante  una semana  el campus central de la Universidad de San Carlos (Usac) y algunos  centros regionales, las autoridades universitarias y representantes estudiantiles intentaban anoche  integrar una mesa de diálogo,  con la mediación de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH).

Los primeros acercamientos se registraron ayer por la mañana,  cuando el procurador   Jordán Rodas se reunió con representantes de los estudiantes en la Usac —también participó el Instituto de Derechos Humanos de esa universidad (Idhusac)— y por la tarde con el Consejo Superior Universitario (CSU),  en la sede del Colegio de Profesionales, zona 15.

El rector  Murphy Paiz, en conferencia de prensa,  aseguró: “Nunca se  ha tenido una agenda de privatización de la Usac, solo han existido  programas autofinanciables. Estamos dispuestos a corregir todo lo que tenga algún impacto negativo”.

Al final de la tarde, Rodas regresó al edificio de la Rectoría,  donde  reunió con el CSU, estudiantes y sindicalistas, con el objetivo de “crear una hoja de ruta ágil  para volver a la normalidad y así  abrir nuevamente las instalaciones del alma máter”, informó el Procurador.

Con esas conversaciones se espera  reabrir la sede central y    cinco centros universitarios, así  como no  afectar a unos 200 mil estudiantes, entre ellos algunos que abren   sábados y domingos.

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Hasta ayer se mantenían cerrados los centros universitarios Metropolitano, de San Marcos, de Chimaltenango, de Huehuetenango, de Izabal y el Cunoc, en Quetzaltenango, así como el Paraninfo Universitario, Los Arcos y  el Museo Universitario (Musac).

El cierre del Musac, el lunes 27 de julio, fue el   que marcó el comienzo de esta nueva crisis universitaria, luego de que la comunidad estudiantil   increpó al rector Paiz y al CSU  haber autorizado al Congreso de la República  el uso de ese edificio para la discusión del acuerdo de  tercer país seguro entre EE. UU. y Guatemala.

Interés de los estudiantes

El profesor e investigador retirado de la Usac Adrián Zapata consideró que tanto el CSU como los líderes estudiantiles deben ser flexibles para llegar a acuerdos y abrir de nuevo  las instalaciones universitarias.

“Ambos tienen    que hacer un esfuerzo ágil de  negociación  para que se levante esa situación de hecho. Aquí hay  responsabilidad de las dos partes: el movimiento  estudiantil no debe  perder de vista a los que dicen representar  y  las autoridades  forzosamente tienen que agilizar las negociaciones para que los estudiantes no pierdan tiempo”, manifestó.

Zapata comentó que los estudiantes tienen que hacer un esfuerzo  de madurez para definir cuáles son las prioridades, porque  en la actualidad son demasiadas —18—. “Deben tener un sentido de realidad y definir sus  reivindicaciones con el CSU y el rector”, expresó.

Añadió   que una de las dificultades  es que la Usac  ha perdido  liderazgo en las propuestas de solución a  los problemas nacionales. “Creo que es necesario que se fortalezca, y para ello debe haber  una convergencia entre las autoridades, los profesores y los estudiantes”, afirmó Zapata.

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En cuanto al aumento de los costos del programa académico preparatorio, de Q300 a Q1 mil, y el  examen vocacional de Q50  a Q100, el profesor considera que la Usac debe seguir siendo “pública y  gratuita. Hay que buscar otras salidas”.

El también profesor de la Usac Alfredo Calderón aseguró: El punto “que ha provocado estos problemas es el entreguismo de las autoridades de la Usac. No hace crítica al Gobierno Central  ni al sector empresarial, lo cual se vio ahora cuando pretende entregarle mano de obra barata a  través del ejercicio profesional supervisado”.

En cuanto a los cobros, Calderón cree que estos eran problemas no resueltos desde hace varios meses, pero que ahora salieron a luz. “Fue así como tomó fuerza el movimiento”, afirmó.

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Petitorio: Las 18 demandas al Rector

El Consejo Consultivo Estudiantil Universitario presentó al CSU 18 peticiones:

No represión y no persecución académica legal, física o de otra naturaleza similar contra los manifestantes.

No utilizar  los espacios universitarios para usos políticos de otras instituciones ajenas a los intereses de la Usac.

Pronunciamiento del rector Murphy Paiz y del CSU  contra el acuerdo firmado por los  gobiernos de Guatemala y  EE. UU. en torno a la crisis migratoria.

Asimismo,  pronunciamiento  contra el intento de violación al acceso público del Archivo Histórico de la Policía Nacional y del Archivo General de Centro América.

Rescisión del convenio entre la Usac y la Cámara de  Industria, con el que se pretende condicionar el EPS para favorecer los intereses del sector privado.

Destitución inmediata del jefe de Seguridad Física de la Usac,  Alejandro Morfín.

Establecer la gratuidad general del programa académico preparatorio (PAP) y del examen de orientación vocacional.

La conversión de los programas autofinanciables que tengan una relación directa con los intereses estudiantiles para una financiación directa y total de la administración de la Usac con el presupuesto ordinario, y la no centralización del control de la investigación universitaria.

Exigir el 5 por ciento del presupuesto, sin instrumentalizar a la Usac para la adquisición de préstamos.

Anular las nuevas cuotas de servicios deportivos y apoyar al deporte universitario.

Eliminar  las cámaras con reconocimiento facial, en virtud de que la Universidad es un ente académico y no una cárcel.

Nos declaramos en total rechazo al préstamo con el Banco Centroamericano de Integración Económica, que ha generado una deuda pública externa por más de US$120 millones —unos Q912 millones—.

Rescisión inmediata de los contratos de arrendamiento con el sector privado, esencialmente el contrato del Club Deportivo Los Arcos.

Participación de los representantes  de centros regionales, escuelas no facultativas y demás organismos académicos no facultativos dentro del CSU.

Restitución de las votaciones del sector estudiantil para la elección de representantes catedráticos ante el CSU  y demás órganos administrativos.

Freno inmediato del acoso a los vendedores formales e informales y la no concesión de espacios a cadenas de comida rápida dentro de la Universidad.

Establecer que las sesiones del CSU sean públicas y se permita la transmisión de las mismas.

Readecuación del proceso de reforma universitaria, respetando la participación tripartita de la Universidad.

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