Desde 2018 fue remozada la piedra caliza, 80 puertas y ventanas, vitrales, piezas de orfebrería, bronce y pintura; balcones, portones, 50 lámparas y se atendió el sistema eléctrico.
Todos los planos fueron digitalizados para futuras consultas y obras.
En una fase previa, fue restaurado el Patio de la Paz, el Salón de las Banderas y el torreón central.
En un discurso, el presidente Jimmy Morales felicitó a los artesanos, obreros y artistas que estuvieron involucrados en el proyecto de restauración.
Dijo que tuvo “la oportunidad de oro” de que en su administración fuera restaurada la obra. “Siempre se hablaba de él como la Guayaba o Guacamolón, pero el color de nuestro Palacio ya era negro, café, gris, con concretos estallados, metales oxidados, maderas podridas y detalles en bronce opacados por un verde de moho. Este Palacio vuelve a tener el brillo que le caracterizó”, afirmó.
“Invertir en el Palacio Nacional significa invertir en la identidad del guatemalteco, en el rescate de nuestro patrimonio y la valoración de nuestra historia”, agregó.
También instó a que la administración de Alejandro Giammattei continúe la restauración de otras fachadas, así como el interior del edificio.
Un grupo manifestó contra Morales y lo llamaron “traidor”, a propósito del acuerdo migratorio firmado en julio con Estados Unidos. Además, deploraron que la organización quitó un homenaje a las 43 niñas muertas durante el incendio en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción en 2017.