El partido político URNG confirmó el deceso de uno de sus líderes históricos en un boletín de prensa en el que lamentó el fallecimiento de “uno de los integrantes de la comandancia general (de la guerrilla) y firmante de los Acuerdos de Paz”, que pusieron fin a 36 años de conflicto armado el 29 de diciembre de 1996.
El único diputado de dicha organización política en la actual legislatura, Walter Félix, aseguró que Rosales se encontraba enfermo y “bastante delicado” de salud.
Por su parte, el comandante Pablo Monsanto -seudónimo usado por Jorge Ismael Soto- indicó que Rosales “era diabético y tenía algunos problemas en el sistema digestivo”.
Rosales fue líder estudiantil de la Universidad de San Carlos, miembro y secretario general del clandestino Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT), además de secretario de actas de la URNG ya como partido político y diputado entre 2000 y 2004.
Al concluir su actividad política, fue columnista en el diario La Hora, aunque los últimos años estuvo retirado de la vida pública a causa de la enfermedad que, a decir de Monsanto, “lo fue postrando y desgastando físicamente”.
Junto a Monsanto (líder de las Fuerzas Armadas Rebeldes), Rodrigo Asturias alias “Gaspar Ilom” (Organización del Pueblo en Armas) y Ricardo Ramírez de León o “Rolando Morán” (Ejército Guerrillero de los Pobres), Rosales (Carlos González) lideró la facción “política” de la guerrilla a la cabeza del PGT, cuya facción prevaleció en los centros urbanos, principalmente.
De los cuatro comandantes de la guerrilla guatemalteca solo sobrevive Pablo Monsanto, actual secretario general del partido político Convergencia, que consiguió 49.447 votos (1.22 por ciento) en la elección legislativa y apenas 37 mil 579 papeletas marcadas (0.75 por ciento) en la decisión presidencial de junio pasado, por lo que será cancelado por el Tribunal Supremo Electoral al no llegar al 5 por ciento de las preferencias.
Monsanto subrayó el papel de Morán, Ilom y González (Rosales) para “concretar los Acuerdos de Paz”, pues “nadie más puede atribuirse el hecho de lograr esos acuerdos”, que significan el “legado más valioso que cada uno de los miembros de la comandancia dejó para el país”.
Los acuerdos firmados el 29 de diciembre de 1996 por el Gobierno de Álvaro Arzú, el Ejército y la URNG “siguen siendo la agenda que Guatemala debe cumplir”, enfatizó Monsanto, quien advirtió que aún “están vigentes en su contenido en más de un 60 por ciento” pues “ninguno de los Gobiernos (pasados) cumplió a cabalidad con ellos”.
El conflicto armado guatemalteco dejó un total de 200 mil muertos y más de 45 mil desaparecidos, el 93 por ciento a manos del Ejército de Guatemala, de acuerdo a un informe elaborado por la Organización de Naciones Unidas.
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