Para entonces, Felipe Alejos Lorenzana no era solo un diputado en el Congreso de la República, era vicepresidente de ese organismo y había logrado escalar en menos de dos legislaturas -cuatro años cada una- a un puesto de control con el partido Todos. Era la cara más visible del denominado Pacto de Corruptos, un grupo de bloques políticos que habían logrado modificar un año antes el Código Penal.
Finalmente, un juzgado protegió a Alejos Lorenzana y decidió que habían existido errores procesales, por lo que le mantenía la inmunidad y con esto no se permitió que avanzaran las investigaciones del Ministerio Público. Era la primera, pero no sería la última vez que la Corte Suprema de Justicia y su escala de influencia protegiera al joven diputado.
Desde su llegada a la política, a través del partido Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), en el 2007 como colaborador y en el 2008 como cónsul general en Miami, EE. UU., Alejos no ha hecho más que escalar en la jungla política donde ha sabido ocupar los espacios abandonados por caciques que, poco a poco y por efectos de investigaciones de corrupción, fueron perdiendo la fuerza.
La llegada a la UNE
En el 2011 llegó a ser el secretario adjunto de la UNE y aunque Sandra Torres no consiguió la candidatura por la presidencia, él sí obtuvo una curul en el Congreso.
Un año después Felipe Alejos junto a otro grupo de 12 diputados abandonó la UNE y se sumaron al proyecto de Roberto Alejos Cámbara, el partido Todos con el que el exconstituyente quería conseguir una oportunidad para competir por la presidencia del país, que Torres le había negado.
Entre el 2012 y 2015 Felipe Alejos trabaja en el Congreso y se hace notar. Consigue desde la presidencia de la Comisión del Migrante aprobar reformas a la Ley de Migración y es una pieza clave en la reforma a la Ley Electoral y de Partidos Políticos.
Es en esos años que ve caer uno a uno a diputados de trayectoria por la crisis política que se desató con las investigaciones del MP y la Cicig, derivadas del caso La Línea. Muchos políticos que venían controlando el Congreso bajaron su perfil para no ser alcanzados ni por los tentáculos de la justicia, ni por los movimientos ciudadanos que se abalanzaban hacia la denominada “vieja política”.
Felipe Alejos consigue salir de pie y amasando experiencia política, sobre todo para prestarse como una bancada “bisagra”, como se conoce en la jerga política y que en la práctica no es más que un bloque que sabe negociar y ofrecer su apoyo a quien lo pueda pagar.
Termina su primer período en el Legislativo como secretario general de Todos y encabeza la casilla uno del Listado Nacional. Consigue renovar su curul.
En la realeza de la política
Nieto de Carlos Alejos Arzú, hijo del empresario Luis Alfredo Alejos Ávila y compañero de colegio de Álvaro Arzú Escobar, Felipe Alejos Lorenzana consiguió en menos una década pasar de un diputado raso al vicepresidente del Congreso. Era el 2016 y Jimmy Morales prometía “la nueva política” y no tardó en buscar aliados y los encontró en el Congreso, en los jóvenes Alejos Lorenzana y Arzú Escobar.
Mientras el presidente Morales iba perdiendo apoyo ciudadano y se venía contra su familia señalamientos de corrupción, Alejos supo darle el apoyo desde el Legislativo y en gran medida, dicen algunos diputados de la legislatura pasada, fue él quien logró la protección de la inmunidad del mandatario en tres ocasiones.
También sobre él avanzaba el proceso penal por el que se pretendía abrir una investigación, Traficantes de Influencias. Los cargos de los que se le señalaba era asociación ilícita y cohecho activo.
La entonces fiscal general, Thelma Aldana, dijo durante la presentación de los hallazgos en conferencia de prensa a medios de comunicación, que Alejos cobraba comisiones a cambio de la devolución del crédito fiscal a las empresas, gracias a un contacto estratégico en la Superintendencia de Administración Tributaria, Giovanni Marroquín Navas, capturado y ligado al caso La Línea.
Era una “persecución política y selectiva”, dijo Alejos Lorenzana en un video difundido por las redes sociales y finalmente, la Sala Cuarta de Apelaciones del Ramo Penal decidió no retirar la inmunidad al diputado. Desde entonces ha enfrentado cuatro procesos de antejuicio y en todos ha logrado conservar su inmunidad.
En 2019, cuando Aldana ya aspiraba a correr por la presidencia de la República, Alejos Lorenzana, como presidente en funciones del Congreso, logró que de urgencia nacional se aprobara una comisión especial para investigar una supuesta compra sobrevalorada de un edificio del MP.
Meses después fue el golpe final. Felipe Alejos hizo pública una denuncia de la Contraloría General de Cuentas en contra de Aldana por supuestas irregularidades en el proceso de contratación de una persona en la Fiscalía, razón que valió para frenar la aspiración política de Aldana.
Entre 2018 y 2019 Felipe Alejos se convirtió en el operador del Congreso, aunque era su amigo y excompañero de colegio, Álvaro Arzú Escobar quien lo presidía.
Analistas como Alvaro Montenegro, de Alianza por las Reformas, lo describen como “el gran operador de Cortes y le ha garantizado impunidad a muchos diputados, aquí el concepto del Pacto de Corruptos nace porque significa que grupos aunque tengan problemas, aunque sean antagónicos y con intereses distintos, tienen un elemento en común que es la impunidad”.
Renovó por tercera ocasión su curul y con el cambio de gobierno supo atajar los cambios y el novato partido oficial, Vamos, encontró un aliado con el que conquistó en el 2020 la Junta Directiva, con un espacio reservado para él.
En el último trimestre del año pasado se marcó un distanciamiento de Todos con Vamos. Alejos se convirtió en una oposición funcional y critico directo del gobierno de Alejandro Giammattei, sin embargo, en diciembre volvió a ocupar su puesto en la Directiva y a bajar el nivel de crítica hacia el oficialismo.
Ayer, como un eslabón más en la cadena, el gobierno de Estados Unidos y del Reino Unido sancionaron al caudillo del partido Todos con la Ley Magnistsky. ¿Cómo se explica esta sanción? Recorriendo menos de 20 años en el tiempo para encontrar las respuestas.