Fuentes del Ejecutivo presentes en la reunión relataron a Prensa Libre que el gobernante llegó tranquilo y relajado a la cita, e incluso esbozaba una sonrisa. Sin embargo, su semblante cambió conforme los funcionarios le decían que iban a dejar el Gabinete.
El impacto más fuerte, según las fuentes, fue cuando Ricardo Bustamante, secretario técnico del Consejo Nacional de Seguridad, también presentó su dimisión al presidente.
“Definitivamente dejo el Gobierno”, manifestó Bustamante.
Además, Julio Godoy, jefe de la Secretaría de Inteligencia Estratégica, decidió retirarse.
Eso provocó una reacción de enojo en la ministra de Gobernación, Eunice Mendizábal, quien gritó y les reclamó que nadie tendría la experiencia para manejar el Consejo de Seguridad como ellos lo hacían.
“Son unos irresponsables. Nosotros somos nuevos, y ustedes saben cómo funciona esto; pero nos dejan”, alegó Mendizábal.
“El Consejo de Seguridad se queda debilitado”, gritó en algún momento la funcionaria.
María Eugenia Villagrán, procuradora general de la Nación, quien también se encontraba en la reunión, “suplicó” a los funcionarios que reconsideraran su postura y aseguró que ni ella ni Mendizábal tenían la experiencia para manejar la situación.
Mensajes de texto
Debido al alboroto que se armó en el Gabinete, Pérez Molina llamó a la calma, pero nunca gritó, aseguran las fuentes.
Llamó la atención que Verónica García, secretaria privada de Pérez Molina, escribía y recibía mensajes de texto en su celular y luego se acercaba al mandatario.
“Se dice que Antonio Solá lo anima a que siga aguantando, pero los integrantes del Consejo de Seguridad dejaron ver que ellos, por unanimidad, recomendaron la renuncia”, asegura una fuente.
De hecho, la mayoría de ministros se mostraron sorprendidos por la decisión del presidente de continuar en el cargo, ante la contundencia de evidencias en su contra.
Critican acción
Mientras, distintos sectores de la sociedad se pronuncian por el mensaje de Pérez Molina de anoche, en el cual afirmó que no dejará el poder y pidió que una Guatemala profunda se manifestara y arremetió contra el sector económico y la comunidad internacional.
En general los entrevistados concordaron en que es un error que el mandatario haya hecho ese pedido, pues se puede interpretar como que llamó a la confrontación.