Aunque la medida aún no se aplica y no hay una fecha para comenzar a desarrollar las pruebas, las autoridades de Gobernación se preparan para que todos los niños que ingresen al país sin la compañía de sus padres o que exista sospechas de su relación familiar, tengan que pasar por una prueba rápida de ADN.
Según Gobernación, existen casos de menores centroamericanos que han viajado hasta ocho veces a Estados Unidos y han regresado a sus países de origen, lo que supone que los estarían utilizando para llegar de manera ilegal.
Degenhart explicó que viajará a Estados Unidos para observar los mecanismos que utilizarían para hacer estos exámenes.
Aunque el ministro dijo que no han aceptado ser un “tercer país seguro”, aseguró que es positivo aceptar. “El hecho de que EE. UU. nos vea como un país seguro es sumamente positivo… Que consideren que estas metodologías se puedan implementar en Guatemala, nos ponen como un algo bueno”, señaló Degenhart.
Ser un “tercer país seguro” es parte de un acuerdo ratificado en la Convención de Ginebra de 1951, en el que permite a una persona solicitante de asilo quedarse en un país de acogida.
Es decir, que los migrantes podrían quedarse en Guatemala, mientras Estados Unidos decide si aceptará o no las solicitudes de asilo.
Esa petición es parte de una estrategia promovida por Estados Unidos para que los migrantes no ingresen a su territorio, mientras se evalúan las peticiones de los miles de extranjeros que han viajado en caravanas.
México también negocia la condición de ser tercer país seguro.