Del Rincón tuvo que interrumpir más de una vez al jefe del Ejecutivo para que encausara sus respuestas a lo que él le preguntaba.
“Se les pidió a las personas que mantuvieran separadas porque muchas de estas menores tenían conflicto con la ley, algún tipo de carácter violento, y lo que se pretendía es que no hubiera una tragedia como la que se vivió. La tenencia de los menores en un lugar específico estuvo bajo las medidas de seguridad necesarias, incluida la llave”, reconoció Morales.
Dijo que no podía responder si ocurrió lo sospechado, en cuanto a que no se puedo quitar la llave durante el incendio para salvar la vida de las pequeñas, y pidió paciencia para que las investigaciones lo determinen.
Las niñas estuvieron encerradas después de los disturbios en el Hogar Seguro que permitió que 60 menores escaparaban.
Morales aseveró que el secretario de Bienestar Social, Carlos Rodas, le presentó la renuncia y él le solicitó permanecer cerca para colaborar con las investigaciones y en tanto se nombra un sustituto, posiblemente el lunes próximo.
Del Rincón inquirió si el sistema guatemalteco de protección a la niñez servía o no, basado en las denuncia de explotación sexual, malos tratos y fugas de menores, pero Morales evadió con que es el sistema con que cuenta el país y es necesario reformarlo.
Comentó que en una visita a los hospitales Roosevelt y San Juan de Dios pudo hablar con familiares de las pequeñas víctimas, quienes le pidieron justicia, y él respondió que los órganos correspondientes están trabajando en eso.
El gobernante atribuyó el origen de este problema a una “descomposición de la sociedad, donde la familia no ha jugado el papel que le corresponde”, por el cual hay seis mil niños acogidos a la protección estatal, y que los esfuerzos van en la línea de buscarles hogares sustitutos.
Según Morales, hay que resolver la situación de 700 menores institucionalizados y no hay infraestructura estatal para atenderlos como debe ser.