Ejecutivo
Responsabilidad es de todos
La situación que se vive en Guatemala es producto de la acumulación de la administración pública y de toda la conflictividad de la sociedad, afirmó Jorge Ortega, vocero presidencial.
“Se habla de que al guatemalteco le hace falta consolidar su proceso moral. Debemos sumarnos todos; no solo es responsabilidad del Gobierno, sino también de las iglesias y familias”, dijo.
Congreso
No se debe generalizar
Hay falta de compromiso por parte de los políticos, “un compromiso que garantice que lo que decimos eso hacemos”, afirmó Selvin García, tercer vicepresidente del Congreso.
El diputado aseguró que no se debe generalizar y es mejor señalar con nombre, color y partido. “Las instituciones están formadas por personas; hay responsables e irresponsables”, afirmó.
Lo que preocupa a los
obispos
Según el episcopado, estos son los problemas que aquejan al país y que se han agravado.
Violencia desenfrenada
Según el Inacif y la PNC, en enero hubo 488 muertos asociados con hechos criminales, cuatro más que el año anterior. En cinco fechas hubo más de 20 personas ultimadas.
Crisis
en Salud
Durante todo el 2014 hubo carencia de vacunas, medicamentos e insumos en hospitales y centros de Salud. Este año, médicos residentes denunciaron falta de pago.
Corrupción generalizada
Dependencias del Estado son señaladas de adjudicar compras sin licitar, muchas de ellas sobrevaloradas. Las denuncias por este tipo de ilícitos son escasas.
Baja calidad de educación
Solo la mitad de los egresados de primaria estudian básicos, y de estos pocos llegan a diversificado. Muchas escuelas están en mal estado y se atrasan los útiles y las refacciones.
Política partidista
El TSE suspendió a 11 partidos políticos por campaña anticipada en el 2014.
La CEG señala a estos de buscar sus propios intereses sectarios y no los de la nación.
Los obispos en una parte de su mensaje se refieren a los problemas sociales y explican: A la vista de los problemas sociales que nos afectan, desalientan y hasta nos deprimen, creemos que el fondo de todo nuestros males están enn una política sin moral que ignora la ética social que, en clave cristiana, se entiende desde “La claridad, comprendida como el criterio supremo y universal de toda ética social”. Estamos en un momento en que “la ética suele ser mirada como un desprecio burlón. Se la considera contraproducente por demasiado humana, puesto que relativiza el dinero y el poder. Se la siente como una amenaza, pues condena la manipulación y la degradación de la persona.
* Con información de Andrea Orozco