Guatemala

Moshé Bachar: “Israel es una mano amiga”

A pie y a jalón llegó el entonces estudiante israelí Moshé Bachar, de 30 años, a las pirámides de Tikal, en 1980. "Era todo selvático, no era un Parque Nacional y ante aquella grandeza mi gran pregunta era ¿qué ocurrió para que de repente un centro de culto tan grande quedara abandonado?".

Moshé Bachar afirma que la cooperación de Israel a Guatemala nunca se ha detenido.

Moshé Bachar afirma que la cooperación de Israel a Guatemala nunca se ha detenido.

Su hipótesis apunta a que por batallas o pugnas se destruyó el liderazgo, la autoridad, la guía decisiva. Aclara que es solo una opinión aventurada, pero eso sí, está seguro de algo: “Lo que ocurrió allí puede iluminar el presente. Sin conocer el pasado se está condenado a repetirlo”.

Israel tiene una historia de enseñanzas y tragedias que aún influye al mundo.

Los 10 mandamientos son la base de la civilización occidental y eso que se recibieron hace tres mil 500 años. Desde marcar el séptimo día como de descanso, imagínate, ya tienes la ley social más antigua.

Aún así, hay gente que simplemente no sigue esos principios.

Pero son pocos: la mayoría de gente acepta esos valores, que se necesitan para convivir.

¿Por qué en la región de Medio Oriente la convivencia parece tan difícil…?

El conflicto es por grupos que quieren imponer sus criterios radicales en todo el Medio Oriente. No todos los musulmanes son extremistas; son solo una parte, pero logran promover la inestabilidad. En Israel tenemos ciudadanos musulmanes, cristianos y judíos que viven en paz, con todos los derechos.

¿Cuánto tiempo tiene de estar en Guatemala?

Llevo ya casi un año y medio en el país.

¿Había estado antes aquí?

Sí, en 1980, estuve como turista mochilero. Visité Antigua, que me pareció preciosa y aún lo es, también el Lago de Atitlán y Tikal. Creo que Tikal todavía no era Parque Nacional en ese tiempo, no había una carretera o transportes como ahora, fue una gran aventura. Es una joya.

¿Y qué le motivó a venir?

Es una costumbre israelí que después de terminar nuestro servicio militar y la universidad, salimos a conocer el mundo. ¿Sabía que alrededor de cinco mil israelíes mochileros vienen a Guatemala cada año? A veces comienzan por México, pasan por Guatemala; después siguen hacia Costa Rica, Panamá o Ecuador.

¿Todos prestan servicio militar?

Después de la secundaria, los varones tienen un servicio militar obligatorio de tres años; para las mujeres, dos.

Al ver su hoja de vida, su servicio militar le tocó cerca de la guerra de 1973.

Es cierto, me tocó la guerra del Yom Kippur, de 1973. Terminé mi servicio en el 72, pero todo israelí está llamado a integrar las reservas. La verdad es que los agresores nos tomaron por sorpresa. Mi servicio militar era frente al canal de Suez, en la península de Sinaí. Nosotros conocíamos la amenaza de que Egipto estaba juntando tropas y tenían apoyo ruso. Sin embargo, la estrategia israelí es “ustedes no deben nunca comenzar el ataque”. No podíamos tomar la ofensiva; primero porque somos tan pocos y segundo porque queremos paz. El día que comenzó la guerra estuve en la sinagoga, era el día del perdón, yom kippur. Escuchamos la sirena. Por radio convocaron a mi unidad y salimos al servicio.

¿Y entró en batalla?

Eso era el infierno por la cantidad de bombas que dispararon. Pero gracias a la estrategia del general Ariel Sharon, no solo nos defendimos, sino que cercamos al Ejército de Egipto. Encima estábamos de ellos, pero llegó la orden: paren. Aquí hay algo curioso: cuando Israel está siendo atacado, nadie protesta; cuando Israel ataca y va ganando, le piden que pare. En fin, eso dio pie al comienzo de romper el congelamiento que había entre Israel y Egipto. Comenzamos las conversaciones, aunque al principio fue algo secreto. En 1979, Anwar Sadat —líder egipcio, asesinado en 1981— llega a la conclusión de que no puede conquistar Israel. Querían la península de Sinaí de vuelta. Ese territorio lo habíamos conquistado en el 73 y se les devolvió como un gesto de paz.

La inestabilidad se mantiene…

Por la misma razón que Egipto pidió la paz: ellos, al igual que Israel, temen lo que suceda con la yijhad islámica: éstos son radicales que influyen en lo que sucede con Hamás en la franja de Gaza, en Irak. Solo quieren acabar con Israel.

Hace poco murieron tres estudiantes israelíes…

Fue terrible y doloroso. Eran dos jóvenes de 16 y uno de 19 años, que murieron debido al extremismo.

¿Qué ideas equivocadas cree usted que hay sobre Israel?

Se lo voy a explicar así: hace algún tiempo, la esposa del Mahmoud Abbas, el presidente de la autoridad palestina, fue atendida y operada en un hospital israelí: el Azutta, de Tel Aviv. Hace medio año, la nieta de Ismael Haniyeh, jefe del grupo radical Hamás, fue operada en otro hospital de Israel. Atendemos ciudadanos sirios heridos, que se escapan de la guerra civil. Los pacientes nos cuentan que a ellos desde niños les dicen que Israel es el diablo, pero se dan cuenta que no es cierto. Israel es una mano amiga. Israel santifica la vida, estos extremistas santifican la muerte. Desde 1948 Israel ha luchado por estar en paz. Vivimos en una isla rodeados por los árabes.

¿Como David y Goliat?

Somos David. Seguimos siendo David.

¿Cómo impactó esto en su niñez?

En los primeros años fue la escasez, porque la mayoría de recursos eran para seguridad. Nadie nos vendía armas así que las fabricamos. A cada familia le daban dos huevos por semana, azúcar o harina; racionadas. Pero nadie moría de hambre.

¿Qué piensa sobre el Holocausto?

Es un gran crimen que no se puede olvidar porque asesinaron a gente inocente, pacífica, solo por ser judíos. No podemos aceptar que se minimice ni que se haga chiste de ello. Por eso es importante estudiar la historia, para aprender de ella, para que esos terribles crímenes no se vuelvan a repetir nunca más.

¿Cómo ve la realidad de Guatemala?

Yo respeto mucho a Guatemala y su soberanía. No quisiera entrometerme, pero mira: nosotros establecimos una ley de agua muy estricta, porque vivimos en el desierto. Allá no hay agua privada, ni pozo privado. Olvídate. Porque es un recurso valioso.

Mientras aquí en Guatemala, se contaminan los ríos y los lagos. Además aquí tienen una naturaleza rica que les debería permitir vender alimentos a otros países. Mira Amatitlán, es un lago divino, pero así como está es un pecado lo que ocurrió. El otro día fui a Panajachel. Vi un letrero que anunciaba una cascada, fui y era ¡un desagüe! Eso es triste.

Hay que cuidar el agua porque se puede vivir sin diamantes, sin oro, pero no sin agua, y ustedes aquí son bendecidos.

¿Cuál sería la prioridad para mejorar?

Aquí no faltan valores, ni faltan leyes, ni falta gente: el asunto es tener hambre de hacer las cosas, de llevar a cabo las políticas. La educación es primordial. Desde el padre que le enseña a su hijo a leer y a ser hombre de bien.

¿Cuál es su gran sueño en la vida?

No sé si lo veré, pero sueño con que alguna vez podamos vivir con tranquilidad en Medio Oriente. Es un anhelo.

HISTORIA

Amistad entre países

Aunque Guatemala votó recientemente por el Estado Palestino, el embajador Bachar afirma que la gratitud hacia el país se mantiene porque fue un guatemalteco, Jorge García Granados, quien fue decisivo para la creación del Estado de Israel.  

En 1947   García Granados visita la región  y la decisión fue repartir el territorio  en dos estados, refiere Bachar: “Uno judío y otro árabe. Ojo. No decía palestino.  Fue la resolución del   29 de noviembre  de 1947. Nosotros aceptamos la resolución: ellos no aceptaron y desde el primer día declararon la guerra”.

“Respetamos la soberanía de Guatemala y la hermandad se mantiene: seguimos brindando cooperación. Más de cinco  mil guatemaltecos han sido becados en Israel”, afirmó.

TRAYECTORIA

DIPLOMÁTICO   

Moshé Bachar  habla español, inglés, francés y hebreo.

Estudió Geografía en la Universidad de Tel Aviv.

Prestó servicio militar de 1969 a 1972.  Participó en la batalla de Yom Kippur.

Es embajador en el país desde  el 2013. Es director del Departamento de Asuntos Exteriores de Israel para CA y el Caribe.

Ha estado en las sedes diplomáticas de México,  Rusia, Chile y Colombia.

ESCRITO POR: