“En todo caso ocupará una posición donde se toman decisiones, pero detrás de él hay toda una institucionalidad”, explicó.
“Pongo un ejemplo: Obama tenía políticas muy interesantes de reformas migratorias, pero no se pudo y no fue la decisión de un hombre, sino la de toda una estructura institucional”, añadió el mandatario.
El presidente considera que Trump “está cometiendo un grave error” al acusar a los migrantes centroamericanos de llevar violencia a Estados Unidos. “Siempre me he opuesto a las generalizaciones (…) Posiblemente alguien en algún momento cometió algún crimen o quizá pudo haber matado a alguien, pero es esa persona y no la población de un país”, apuntó.
Sobre la intención del presidente electo de repatriar a personas con antecedentes penales, Morales dudó de que el país tenga “información exacta” de cuántas personas han cometido delitos “de todos los que están allí”.
“Este año ha sido el que más personas han sido retornadas, la mayor parte de México. Por ello, tenemos que mejorar nuestras condiciones para poder recibir a todo guatemalteco que quiera venir. No habría que tenerle temor a que regrese más gente si tenemos oportunidades de trabajo”, explicó.
A punto de cumplir un año como presidente, la corrupción ha sido uno de sus principales retos. “En el 2015, Guatemala dijo un ¡hasta aquí!, por lo que mi responsabilidad es luchar para que esas estructuras sean descubiertas y juzgadas”, destacó.
El mandatario aseguró que no teme “caer en un acto de corrupción” aunque consideró que “no está de más el cuidado”.
Promesa pendiente
Donald Trump deportará o encarcelará hasta tres millones de indocumentados apenas asuma el gobierno de Estados Unidos, ha sido su promesa desde que era candidato hasta que fue electo presidente.
“Lo que estamos haciendo es tomar a los criminales y a quienes tengan antecedentes criminales, pandilleros, traficantes de drogas (…) probablemente dos millones, incluso tres millones; los vamos a sacar del país o los vamos a encarcelar”, dijo el mandatario electo.
El número de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos se estima en 11 millones, la mayoría mexicanos, centroamericanos y sudamericanos instalados desde hace años en el país.