Otro que correrá por cuarta vez es el médico Alejandro Giammattei, quien lo hará por el nuevo partido político Vamos, quien lo proclamó en octubre del 2018. A diferencia de Estrada, el profesional de la Medicina buscó llegar al Ejecutivo por medio de distintas organizaciones políticas. En el 2006 por la Gran Alianza Nacional (Gana); en el 2011 Centro de Acción Social (Casa) y el 2015 por el partido Fuerza.
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Previamente, fue candidato a la alcaldía capitalina en 1999 y en el 2003.
Al respecto, cada uno de los presidenciables tiene su propia justificación. Estrada dice que irá por cuarta ocasión, porque gracias a las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos (Lepp) “ahora todos los candidatos competiremos en igualdad de condiciones. Antes los partidos grandes gastaban exorbitantes sumas en radio, TV, medios escritos y vallas, entre otros”, indica el candidato.
Giammattei, por su parte, dice que participará por cuarta ocasión porque cree que Guatemala puede ser un país diferente, lo cual no se ha logrado porque los que se han electo han fallado, porque no han sido honestos.
En cuanto a que sí es ventaja ser conocido por haber participado en otros procesos eleccionarios, Giammattei, dice que no está seguro, porque “hay personas que son conocidas, pero son rechazadas”.
¿Tercer intento?
Sandra Torres de la Unidad Nacional de la Esperanza (Une) y Zury Ríos del partido Valor tienen en común que dos veces han sido proclamadas como candidatas a la Presidencia, pero también en una oportunidad previa lo intentaron, pero al final no corrieron por distintos motivos.
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Torres quiso ser candidata a la Presidencia en el 2011, pero por ser esposa del mandatario Álvaro Colom tenía prohibición constitucional, por lo que, en su afán de lograrlo, se divorció del Presidente, pero la Corte de Constitucionalidad (CC), determinó que era “fraude de ley”, por lo que al final no participó.
Cuatro años después, en el 2015 participó con la Une, de la cual es fundadora, y logró pasar a segunda vuelta, donde fue derrotada por Jimmy Morales de FCN-Nación.
Ríos, por su parte, participó en el proceso eleccionario del 2015 y quedó en el quinto lugar. En enero de este año fue proclamada candidata presidencial del partido Valor, pero el Tribunal Supremo Electoral, rechazó su inscripción, por lo que se mantiene un proceso legal.
En el 2011 fue precandidata a la Presidencia, pero se retiró antes de las elecciones.
Ricardo Sagastume, quien fue proclamado como candidato a la vicepresidencia por el partido Todos este año, en el 2011 fue precandidato presidencial del Frente de Convergencia Nacional, pero declinó, según se mencionó, por falta de recursos económicos.
Ventas y desventajas
Haroldo Herrera, experto en mercadeo y especialista en comunicación estratégica, asegura que un partido y un candidato pueden ser muy conocidos, lo cual significaría una gran ventaja, pero que, “a la vez deben tener una buena reputación, lo cual en esta coyuntura política es difícil, porque se habla de la ‘vieja política’”.
En cuanto a que si es posible levantar una campaña electoral en tres meses Herrera dice que esto dependerá “del esfuerzo que hagan en ese lapso, la contundencia de sus mensajes, la reputación de los candidatos y qué han hecho en su vida”.
El semiólogo Carlos Velásquez asegura que en las actuales circunstancias el ser conocido no es una ventaja, porque las manifestaciones del 2015 lograron un cambio de pensamiento entre la población. “Los antiguos tienen un gran desgaste, porque los partidos no han entendido de que los candidatos no son mercancía”.
El politólogo Franco Martínez Montt, considera que una de las grandes ventajas de las organizaciones nuevas es que “no tienen tachas y la gente está harta de la ‘vieja política’”; sin embargo, agrega que estos deben hacer un fuerte trabajo a través de las redes sociales y a pie”.
Martínez Montt, no obstante, remarca que una de las debilidades de los partidos políticos nuevos es que no cuentan con una estructura partidaria fuerte, y que, además, tienen en contra los cacicazgos de la “vieja política”
Samuel Pérez, secretario general del partido Semilla, una de las organizaciones nuevas que aún no ha proclamado binomio presidencial, señala que en una campaña inciden las variables de conocimiento y aceptación, pero lo que al final determina “es la aceptación del candidato, por la población”.
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