“Es una piedra en el zapato”, dijo el diplomático en Guatemala, que fue llamado a consulta por el presidente, Jimmy Morales, en abril, luego de los incidentes.
Tras conocer este viernes los resultados de una investigación realizada por expertos independientes de la Organización de Estados Americanos (OEA), Roldán aseguró que el documento “no es concluyente” y cuestionó la cadena de custodia de pruebas, por lo que no descarta que pudieran estar manipuladas.
El diplomático dijo que el escrito debería reconocer en sus páginas sus limitaciones, como que ya no había disponibilidad de las pruebas, y añadió que lo único que contiene es una breve reseña de sus dos autores y luego “un relato”.
El documento, hecho público este viernes, señala que el menor Julio René Alvarado, quien se había adentrado en la zona de adyacencia administrada por Belice, falleció a causa de los disparos realizados por los guardabosques beliceños que forman parte de las patrullas de vigilancia.
El joven, de 14 años según su partida de nacimiento, se adentró 562 metros al este de la línea de adyacencia y ahí se produjo un intercambio de disparos según las evidencias encontradas en un árbol, que indican que los proyectiles provenían del lado donde se encontraba la familia guatemalteca.
Roldán lamentó que no se pudiera haber evitado la pérdida de un campesino guatemalteco y que se hubiera usado excesivamente la fuerza, aunque reconoció que los acuerdos bilaterales entre ambos países, que mantienen un diferendo territorial centenario, continúan vigentes porque tienen una dinámica propia.
La muerte de Alvarado elevó en abril pasado la tensión entre ambos países centroamericanos, que mantienen un litigio fronterizo desde hace más de 150 años y en la actualidad no cuentan con una frontera delimitada.
Guatemala reclama 12 mil 272 kilómetros cuadrados del territorio que hoy ocupa Belice, lo que representa un poco más de la mitad de ese país.