Según los registros del Congreso, 86 de los 157 legisladores que asumieron el pasado 14 de enero son noveles en el hemiciclo, y representan el 54.7 por ciento de los diputados. Eso significa que el 42.3 por ciento de los congresistas pertenece a la cuestionada legislatura anterior, la cual también tuvo un alto número de debutantes, 87, lo cual no incidió en que dicho organismo mejorara su desempeño.
Respecto de la representación de las mujeres, asumieron 23 diputadas, el 14.5 por ciento de parlamentarios, pese a que este sector constituye la mitad de la población.
Algo se ha ganado pues hay tres mujeres más que en el período anterior; no obstante, este es uno de los cambios que se propone como reforma en la Ley Electoral: establecer cuotas de representación.
Una coincidencia entre la nueva legislatura y la anterior es que ambas iniciaron con la juramentación de 157 diputados, y no 158, como debería ser.
Hace cuatro años no se integró el Pleno por la muerte violenta de Valentín Leal Caal, un día antes de que tomara posesión. Caal había sido electo por Libertad Democrática Renovada.
Este año el ausente fue Édgar Zamora, electo por Visión con Valores, pero no le fue adjudicada la curul por la junta calificadora de credenciales, por no haber presentado su finiquito, el cual debería dilucidar una denuncia en su contra.
En ambos casos, el Congreso envió una carta al Tribunal Supremo Electoral para pedir instrucciones de cómo proceder.
Zamora aseguró que acudirá a los tribunales, para que se ordene su juramentación y toma de posesión del cargo.
Retos
Mario Taracena, presidente del Congreso, aseguró que “el Legislativo debería ser un referente para la confianza ciudadana y un espejo para que cada uno de los guatemaltecos se vea fielmente representado”.
“Debemos ser honestos y reconocer que el Congreso durante los últimos años no ha representado precisamente ese espejo fiel, ni un sinónimo de transparencia”, afirmó el congresista durante su primer discurso al frente del Legislativo.
Taracena expresó: Los congresistas “deben promover un cambio radical en el Estado, de cosas que deben empezar en la casa que representa a todos los guatemaltecos. El compromiso real es con el país y con la sociedad”.
Stephanie López, analista del Instituto Centroamericano de Estudios Políticos, precisó que el Legislativo tiene dos grandes retos: “El primero es aprobar ese paquete de reformas que se quedaron pendientes desde el año pasado. Lo mejor es iniciarlas de cero, y no retomar los procesos que vienen desde el año pasado”.
Para López, los cambios a la Ley Orgánica del Congreso, la Ley de Servicio Civil y la Reforma a la Ley Electoral y de Partidos Políticos deberían ser prioridad y conocerlos cuanto antes.
La experta agregó que el segundo reto será que los congresistas no deberán confundir oposición política con bloqueo.
“Una cosa es servir de oposición constructiva y otra es entrampar la agenda. Es claro que la oposición está en manos de la UNE —Unidad Nacional de la Esperanza—. Habrá que ver si pueden hacer un balance y aportaciones constructivas, de manera que la ciudadanía empiece a exigir”, dijo López.
La politóloga consideró que hay posibilidad de que la confianza que el Congreso ha perdido con el paso de muchos años sea recuperada.
La politóloga Andrea Morales también ve necesario priorizar temas “que se traen desde el año pasado”.
Agregó: “Hay que darles trámite. En el caso de la Ley Electoral, que está en la Corte de Constitucionalidad, el Congreso debería buscar la forma de que esta regrese al Pleno y se pueda aprobar”.
La experta consideró que, ligado con una reforma de la Ley Orgánica del Legislativo, se promoverá la participación ciudadana en beneficio del sistema.
