Mario Taracena, presidente del Congreso, dijo que la solicitud se hizo debido a las críticas que se han recibido luego de que se dio a conocer la planilla de ese organismo, en la cual, además de sueldos elevados y sobrepoblación, se determinó que existen familiares de diputados y de los mismos empleados.
“No podemos comenzar a despedir, porque el Congreso está emplazado, pero sí le podemos decir a los diputados que le pidan a sus familiares que mejor se vayan del Legislativo”, subrayó Taracena.
El presidente del Congreso hizo el anuncio durante la sesión plenaria, pero no a viva voz, sino pasó por cada bancada para reunir a los diputados y hacerles las observaciones.
Según Taracena, primero les dio a conocer a los legisladores los resultados de la reunión que sostuvo el miércoles por la noche con el jefe de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), Iván Velásquez.
“Les conté que hablamos de la solicitud de los registros de los trabajadores desde 2008 y que el miércoles vendrá el comisionado, con personal del Ministerio Público, a presentar unas iniciativas de ley. Se sienten pasos de animal grande y les dije que mejor hay que prevenir y protegerse”, manifestó.
En la circular que recibieron los diputados se establece que para contratar personal las propuestas no podrán tener “parentesco alguno dentro de los grados de ley, es decir cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad”, y tampoco podrá trabajar en ninguna otra dependencia.
Esta solicitud se hace “en concordancia con el espíritu de la iniciativa que reforma la Ley Orgánica de ese organismo y a las normativas de transparencia”.
Discrepancia
Aunque para algunos la medida fue positiva, otros diputados afirman que la Constitución no prohíbe contratar a familiares.
Haroldo Quej, subjefe de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), expuso que está claro que no es conveniente contratar a familiares. “El problema es que cada congresista viene con personal, luego se va y deja a todos los que trajo”, aseguró.
Aunque en la planilla aparecen varios trabajadores con el apellido Quej, el diputado negó que sean s familiares suyos. “Solo está una familiar lejana que empezó a trabajar en 2006, es Éricka López, y no la traje yo”, explicó.
Respecto de la solicitud de Taracena de que se pida la renuncia, indicó: “Creo que no se puede, porque hay derechos laborales inalienables. Además, no puedo decirle yo “vete de aquí”, porque no es mi hijo ni mi hermano”.
Wálter Félix, diputado del bloque Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca, estima que la circular está basada en una ley que no ha sido aprobada, por lo que no puede ser vinculante.
Entre los trabajadores del Congreso se encuentra su hermano Rubén Félix, pero, según aseguró, ya no trabajará en ese organismo, debido a las críticas, pese a que, afirmó, es una persona que aporta en la labor que desarrolla como diputado. “Se desecha a gente capaz”, lamentó.
Raúl Romero, jefe del bloque Fuerza, considera que el Congreso está en un proceso de autodepuración y se está fundamentando en aspectos legales, pero “más que legal debe ser moral, ya que no debe haber abusos en el nepotismo”.
Según el congresista, las plazas en el Legislativo deberían tener perfiles, pues muchas veces se contrata personal sin experiencia.
Este planteamiento es similar a la propuesta de la bancada Encuentro por Guatemala, que presentó una reforma a la Ley de Servicio Civil del Congreso, para que las personas sean contratadas con plazas creadas bajo las necesidades de ese organismo y no por intereses personales.
