El presupuesto del Estado no se ha aprobado desde el 2018 y para no repetir los mismos errores, expertos financieros recomiendan que desde ya se deben generar los espacios de diálogo y discusión para evitar contratiempos.
El Ejecutivo debe presentar la iniciativa de ley, a más tardar, el 2 de septiembre. Luego el documento debe ser conocido por el pleno y enviado a la Comisión de Finanzas Públicas y Moneda para su dictamen. Esa mesa la integran 15 diputados, de los cuales seis son de oposición.
Hay dos caminos para aprobar el presupuesto luego de su dictamen favorable: por el proceso normal de tres lecturas con 81 votos a favor en cada una, o de urgencia nacional, sin discusión, con el apoyo de 107 diputados en una sola sesión.
El haberlo aprobado sin discusión fue uno de los errores en el 2020. La alianza oficialista promovió la moción de urgencia y evitó la fiscalización ciudadana, aprobando el gasto del Estado por la madrugada.
Señales de alerta
Paul Boteo, analista de la Fundación Libertad y Desarrollo, considera que se debe comenzar por discutir el monto del presupuesto, y que este no exceda un déficit mayor al 2% del Producto Interno Bruto (PIB).
Un monto exagerado complicaría el pago de la deuda externa del país, y traería como consecuencia posibles reformas fiscales que se materializarían en un aumento de impuestos, agrega Boteo.
“Para Guatemala esto puede significar desestabilidad política. En primer lugar, por la pretensión de incrementar impuestos para pagar esa deuda, pero también causa incertidumbre entre los inversionistas internacionales, porque los desequilibrios macroeconómicos de deuda a veces se ven reflejados en el tipo de cambio, por ejemplo”, expuso.
Boteo también estima prudente desarrollar un ejercicio democrático y transparente en el pleno, ya que no hacerlo podría traer las mismas consecuencias que el año pasado, de grandes manifestaciones ciudadanas en contra de los diputados.
Sin embargo, la discusión del presupuesto ahora debe incluir otro componente: la pandemia.
Según Édgar Balsells, economista investigador del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos (Ipnusac), esta variable se debe tomar en cuenta, porque hay muchos bolsones de dinero que se deben dirigir a la protección, tanto sanitaria como económica.
“Tiene que escucharse al grupo de epidemiólogos, de virólogos, porque esto viene peor que el año pasado”, advirtió.
Más allá de los criterios técnicos, el presupuesto finalmente será aprobado con criterios políticos y ahí el panorama es más difuso, porque depende de cabildeos y negociaciones entre las diferentes bancadas, en un Congreso donde el oficialismo y los bloques afines tienen un peso considerable.
Ofrece puertas abiertas
Duay Martínez preside la Comisión de Finanzas y espera que este año sí se apruebe el Presupuesto 2022. ¿Cómo se prepara la Comisión para este nuevo desafío?
Las próximas dos sesiones de trabajo son para la planificación de cara al presupuesto 2022. Sin embargo, somos la mesa con la carga laboral más alta en el Congreso, porque casi todas las de iniciativas de ley terminan llegando con nosotros. Ahora la prioridad nuestra va a ser tratar de dictaminar las iniciativas de ley que no tienen nada que ver con el presupuesto, para que podamos tener el tiempo necesario y suficiente. Las condiciones nunca van a ser las favorables para dictaminar una iniciativa de ley; casi siempre esta situación es bastante complicada y más en estos tiempos.
El año pasado se tuvo que dar marcha atrás a lo aprobado. ¿Qué errores se cometieron?
En lo personal creo que lo que el gobierno hizo mal, en buena parte, fue la comunicación, entre lo que se estaba aprobando y lo que estaban solicitando, y ganó la desinformación. El discurso de aquel entonces, según decía la oposición al gobierno, es que era el presupuesto más grande de la historia. Luego fue archivado. Entonces, lejos de ayudar, creo que se terminó haciendo un daño al país. Como se recordará, en el transcurso de las manifestaciones el tema fue coherente con el momento, era una bandera política.
¿Cómo va a evitar la Comisión de Finanzas que se repita lo del año anterior?
Recordemos que las decisiones en el Congreso al momento de votar son personales. Se toma la decisión de votar o no por algo, pero el resultado es colegiado. Al final, el resultado es la decisión de un cuerpo colegiado, tanto en la comisión como en el seno del Congreso. Hubo muchos temas que a lo largo del año trataron de desgastar al gobierno de turno. Todos los gobiernos tienen su propio desgaste, el actual tuvo el suyo.
El año pasado abrimos las audiencias donde recibimos, si no a todos, a la gran mayoría. Tratamos de atender para poder responderle a la mayoría. Creo que lo otro que tenemos que hacer es lo que hicimos del año pasado. Es imposible quedar bien con todos, no se puede realmente, pero al final del día ya se tiene comprometido cerca del 90 por ciento del gasto, con nombre y apellido. Lo único que se puede orientar un poco es un 7 u 8 por ciento del total. Argumentaré la necesidad de un salón más amplio, de eso va a depender que podamos replicar el número de audiencias o que nos tengamos que limitar, posiblemente.