Guatemala

Se acerca el bicentenario: deudas históricas podrían persistir

¿Qué tan diferente será la situación de Guatemala cuando, en cinco años, llegue al bicentenario de la Independencia? Si los gobernantes —actuales y quienes asuman en el 2020— cumplen con lo prometido, los índices de desnutrición, pobreza, desempleo, criminalidad y deserción escolar tendrían que haber bajado significativamente para 2021, y el país debería ir encaminado a un buen cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Los guatemaltecos esperan que las condiciones del país mejoren. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Los guatemaltecos esperan que las condiciones del país mejoren. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Aunque no hay proyecciones precisas en pobreza, seguridad, educación y salud, para los dos tanques de pensamiento nacionales más grandes, respaldados por cifras oficiales e investigaciones propias, si no se emprenden acciones inmediatas, contundentes y con resultados medibles, al 2021 solo se conseguirán cambios leves que no permitirán una urgida mejoría en los principales indicadores nacionales.

Este análisis intenta dibujar el panorama para el próximo quinquenio.

Brechas  críticas

La Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asíes), por medio de su equipo de investigación socioeconómica, explica que para 2021 podría continuar una tendencia negativa si no se propicia un “más equilibrado” crecimiento económico.

El problema es que la fuerza laboral que cuenta con trabajo en el sector formal es baja en comparación con la población económicamente activa, lo que ha dado lugar al crecimiento del sector informal de la economía.

También advierten de que ese estrato poblacional, unido al de los jóvenes que no trabajan ni estudian, tiende a engrosar los segmentos de población en situación de pobreza, brecha social que se incrementó del 51 por ciento en 2006 al 59.3 en 2014.

“Esa tendencia podría continuar si no se implementan políticas  que propicien un crecimiento económico más equilibrado, en donde, en la medida en que crece el PIB, también se incremente el ingreso per cápita y el bienestar social”, sostiene Asíes.

Varios rezagos

Si bien hay avances en materia de pobreza y pobreza extrema desde hace 200 años, a la hora de comparar esos temas con las otras repúblicas centroamericanas y caribeñas  se observan importantes retrasos, destaca el Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos (Ipnusac).

“Rezagos principalmente en materia de vivienda, cobertura y calidad de la salud y educación, así como indicadores de nutrición. Las exigencias de productividad del trabajo son hoy mucho mayores que hace 200 años, que exige otras competencias, infraestructura y comunicaciones que hemos desarrollado poco”, explican los consultores.

Agregan que el modelo de desarrollo económico y social desde hace 200 años sigue siendo excluyente. “Las brechas de desigualdad  observadas seguirán siendo críticas hacia 2021, aunque habrá signos alentadores de emprendedurismo y modernización empresarial”, enfatiza el Ipnusac.

El objetivo: tasa de homicidios

Si se mantienen los niveles actuales de coordinación entre la Policía Nacional Civil (PNC) y el Ministerio Público (MP) en materia de investigación criminal, podría llegarse en 2021 a una tasa de 19.2 muertes violentas por cada cien mil habitantes, considera Ipnusac.

“Sin embargo, en términos absolutos seguiría siendo una sangría muy elevada, pues implicaría que en los cinco años por venir, de 2017 a 2021, moriría violentamente un acumulado de 20 mil 103 personas, a un promedio de cuatro mil 20 víctimas por año”, agrega la institución.

El Ministerio de Gobernación es más optimista y calcula reducir un 5.5 por ciento anual, hasta 2020, ese indicador, el cual se encontraba en 29.5 en 2015. En general, se busca disminuir en 10 por ciento la incidencia criminal en cuatro años.

De acuerdo con el equipo de Investigación Jurídica de Asíes, de continuar la debilidad del Estado para atender las causas de la violencia, inseguridad y criminalidad es posible que se observe la demanda sostenida de servicios de seguridad privada, cuyos prestadores de servicios reportaron en sus nóminas, en el 2014, 49 mil 424 agentes de seguridad privada, pero con un subregistro estimado en hasta 150 mil.

“La implementación y continuidad de las políticas públicas  aumentan las  posibilidades de que dentro del próximo quinquenio se perciban algunas mejoras en la seguridad y registren avances en el combate a la criminalidad”, asegura Asíes.

Poco cambiará

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los países con una densidad de menos de 2.28 médicos, enfermeras y parteras por cada mil habitantes generalmente no alcanzan la cobertura meta de 80 por ciento de partos atendidos por personas, recuerda el Ipnusac.

Guatemala, según el Banco Mundial, reportó 0.932 por mil habitantes en el 2009, “lo cual variará poco hacia 2021”, agrega.

La inequidad histórica estructural en términos de atención y resultados han provocado desabastecimiento y colapso en la red nacional de hospitales, explica el Ipnusac, lo que, sumado al abandono que ha sufrido el primer nivel de atención —en infraestructura, personal y puestos de salud—, ocasiona una sobresaturación del tercer nivel de atención.

“Para modificar este cuadro en 2021 es obligatorio reorientar la estrategia, fortalecimiento del primer nivel de salud con un gasto eficiente y niveles de transparencia que permitan optimizar el presupuesto”, añade dicho centro de investigación.

Los consultores de Asíes indican que el acceso a la salud es un servicio limitado para la población, y para el futuro —2021— se vislumbra un panorama adverso si no se cuenta con medidas que garanticen la calidad y transparencia del gasto público, además de  fortalecer los ingresos tributarios.

Aumentar inversión

La educación de calidad es promovida por uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, recuerda Asíes, y  la cobertura debe ir acompañada de estrategias que aseguren que esa educación sea pertinente y de calidad.

Además, debe fortalecerse la formación de jóvenes fuera del sistema escolar,  que se considere el creciente número de jóvenes que ingresan al mercado laboral, en su mayoría, sin la formación laboral adecuada, agrega.

“Es evidente que para que estas condiciones en educación se alcancen, se hace necesario el incremento del presupuesto al sector de Educación”, considera el equipo de Investigación Educativa de Asíes, respecto de lo esperado para 2021.

“La principal problemática educativa seguirá siendo la caída de la tasa de cobertura, el gasto público insuficiente,  el deterioro de la infraestructura escolar y el bajo rendimiento escolar. Una condición para superar esas deficiencias de cara al 2021 es la reconstrucción de las capacidades institucionales  del Ministerio de Educación, y la recolocación de la política educativa entre las prioridades de política pública”, analizó Ipnusac en cuanto al panorama.

“Esa tendencia hacia el deterioro podría mitigarse y hasta revertirse en 2021 si la gestión educativa adquiere capacidades institucionales y programáticas de inversión”, añade.

Habrá 18.4 millones

Dentro de cinco años, el país tendrá casi dos millones más de habitantes, y para el bicentenario de la Independencia habrá 18.4 millones de guatemaltecos.

Según las estimaciones del Instituto Nacional de Estadística (INE), en el país hay 16 millones 548 mil 168 habitantes, y en 2021 se proyecta que habrá 18 millones 435 mil 692. Por casi 400 mil, serán más mujeres que hombres.

Por edades, el INE hizo una proyección al 2020, un año antes del bicentenario. Dentro de cuatro años serán mayoría los guatemaltecos de 0 a 19 años, quienes sumarán ocho millones 663 mil 966.

El Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos (Ipnusac) y la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asíes) coinciden en que los migrantes ganarán mayor participación en la vida nacional, pero resaltan la necesidad de mejorar las condiciones de vida de la población indígena y de participación de mujeres.

Cuotas o paridad

De acuerdo con el Ipnusac, para 2021 se habrán legislado cuotas y posiblemente alternabilidad, pero esa situación no soluciona de fondo el problema de subrepresentación de las mujeres en los espacios de toma de decisiones, mientras es necesaria la militancia partidaria, la adhesión y la participación de las mujeres en la vida de los partidos políticos, y no solo en los listados de candidaturas.

“La participación de la mujer en la economía y la institucionalidad pública es inminente. La presencia de mujeres en la vida pública tiene que ver con el rompimiento de la barrera de lo privado en materia de género, no obstante las amenazas de violencia intrafamiliar”, analiza el Ipnusac.

Asíes hace ver que Guatemala es el país con el menor porcentaje de mujeres que ocupan alcaldías en América Latina, y un bajo porcentaje de candidaturas para diputaciones. 

“A menos que una legislación de  cuotas o paridad fuera aprobada para entrar en vigencia en las elecciones de 2019, es altamente improbable que esta situación cambie para 2021”, asevera ese tanque de pensamiento.

Pocos recursos

Cada administración de gobierno ha tenido una visión diferente sobre la manera de brindar pertinencia cultural, por lo que para 2021 será necesaria la construcción de una visión de largo plazo con objetivos concretos, considera Asíes, entidad que en 2014 hizo un estudio que evidenciaba la existencia de 31 instituciones gubernamentales para la atención de las  necesidades de la población indígena, pero que no eran dotados de suficientes recursos.

“El actual gobierno, hasta este momento, no ha mostrado un plan que contenga la ruta para la atención de la población indígena. Y si las condiciones no cambian drásticamente, la atención de sus demandas y necesidades  en la administración pública seguirá siendo débil”, resalta Asíes.

El Ipnusac indica que el avance de la urbanidad y la penetración de la tecnología en los pueblos originarios los hacen actores con mayor nivel de participación de los debates públicos.

“Su participación política tiene avances cualitativos respecto del rompimiento de la lógica clientelar en la participación política de los indígenas en Guatemala”, agrega.

Mayor incidencia y participación

En el siguiente quinquenio, los flujos de guatemaltecos hacia Estados Unidos continuarán motivados también por condiciones antropológicas de imitación, estima el Ipnusac, y no solo por variables de exclusión, violencia y pobreza en los territorios expulsores de migrantes.

“Su participación política y la importancia económica de los flujos de remesas continuarán aceitando la dinámica electoral guatemalteca, variable incentivada por el voto en el extranjero. Su participación irá en aumento y su presencia en los debates de la cosa pública se incrementarán”, añade.

Un avance que ve Asíes es la oportunidad que se abre para la participación de los migrantes para el proceso electoral de 2019, con la aprobación del decreto 26-2016, reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, donde se establece el voto en el extranjero para la elección de binomio presidencial.

“El proceso de implementación del voto en el exterior probablemente será progresivo y en las elecciones  del 2019 veremos un proyecto piloto. Sin embargo, los migrantes tendrán cada vez mayor importancia en la vida política y económica del país”, coincide.

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